El Gobierno capitalizó la decisión de incluir a Hezbollah como grupo terrorista
Los funcionarios que asistieron a la ceremonia dejaron el lugar sin recibir reproches y con elogios
“Señora expresidenta Cristina Kirchner, el memorándum fue una traición a los familiares y a la sociedad toda. Con el terrorismo no se pacta”, gritó Sofía Guterman desde el escenario. A pocos metros, y sin abandonar la mirada hacia el piso, con el rostro serio y en silencio, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aplaudía a la madre de Andrea, fallecida en ese mismo lugar, hace 25 años.
El momento reflejó, a las claras, la sensación de examen aprobado que invadió al Gobierno una vez culminado el acto de ayer en Pasteur al 600. Por primera vez en mucho tiempo, los oradores (Guterman y Ariel Eichbaum, titular de la AMIA) elogiaron de viva voz iniciativas oficiales, como el proyecto de ley de juicio en ausencia o el flamante decreto que estableció el registro de organizaciones terroristas.
Fue oportuna la Casa Rosada, además, en viabilizar en la misma mañana y a través de la Unidad de Información Financiera (UIF) la inclusión del grupo Hezbollah en ese registro, un paso que había motivado las quejas silenciosas de la DAIA y las públicas –como detalló la nacion– de organizaciones judías internacionales como el American Jewish Committee, que reclamaban “ir a fondo” contra la agrupación proiraní, sindicada por la Justicia argentina como el brazo ejecutor del atentado.
La novedad fue anunciada de manera reservada a la dirigencia comunitaria en el desayuno que compartieron con Peña y varios ministros, minutos antes del comienzo del acto.
Según asistentes al cónclave, Peña reafirmó el “compromiso del Gobierno” con el esclarecimiento del atentado, mientras que el ministro de Justicia, Germán Garavano, informaba que la UIF había incluido a Hezbollah en la nómina generada vía decreto anteayer.
Garavano también destacó que, mediante el acto que se llevó a cabo más tarde en el Museo Casa Rosada, “Macri es el primer presidente que abre las puertas del Gobierno para recordar a las víctimas”. En ese ambiente, que distintos asistentes calificaron como “cordial”, también hablaron el canciller Jorge Faurie; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj.
Minutos después, desde el escenario, y más allá de menciones genéricas de los oradores a “los gobiernos que están en deuda”, no hubo silbidos para los funcionarios –como cabeza de la nutrida delegación oficial, Peña y sus ministros recorrieron el largo pasillo vallado sin recibir reproches– y sí durísimas críticas hacia el kirchnerismo.
Pocas figuras opositoras
La ausencia casi total de referentes del gobierno anterior –solo se hicieron ver referentes opositores como el candidato presidencial José Luis Espert o el postulante a la Jefatura de Gobierno porteña Matías Tombolini, además de la extitular del Inadi María José Lubertino– habló a las claras de un escenario favorable para el oficialismo, más allá de los pedidos para “reforzar” la condena a Irán por su apoyo a Hezbollah.
“Nadie del gobierno anterior y de los que están hoy con Alberto Fernández y Cristina Kirchner pudo estar hoy [por ayer] junto a la comunidad, los familiares y los sobrevivientes, honrando la memoria de las víctimas”, afirmó el secretario Avruj a la nacion, al término del acto central.
Los que no se salvaron, claro, fueron los organismos a cargo de la investigación, como la UFI-AMIA (que depende del Ministerio Público Fiscal) y la propia Justicia.
Con distinto tono, pero igualmente críticos, Eichbaum y Guterman le pidieron a Sebastián Basso (a cargo de la unidad de investigación, pero también de una fiscalía de Morón), que se dedique full-time a la causa AMIA y que ponga “fin al maltrato” a los familiares.
El elogio de Guterman al proyecto de ley de juicio en ausencia incluyó, además, una sutil crítica a otras entidades de familiares de víctimas, como Memoria Activa o Apemia, que rechazan aplicar ese mecanismo. “Pero que sí aplaudieron el juicio a [Alfredo] Astiz en Francia” por el asesinato de las monjas francesas, señaló.
Pocas semanas antes de las PASO, el Gobierno recibió como un bálsamo los aplausos de una multitud dolida que aún espera justicia.
Los embates de los oradores y los gritos de reprobación contra el memorándum con Irán; la muerte violenta del fiscal Alberto Nisman, definida por todas las voces como un “asesinato”, y hasta la presencia del clérigo Mohsen Ali (según Guterman, “alguien que sostiene que lo sucedido el 18 de julio de 1994 fue un autoatentado”) en la presentación del libro Sinceramente de la expresidenta sumaron, a criterio de los funcionarios, más agua para el molino del oficialismo.