Detienen a Karma, barrabrava de Tristán Suárez y “contratista” de la mafia china
Es señalado como responsable de conseguir la “mano de obra local” para balear a la cajera de un supermercado de San Francisco
A Jorge Alberto Karmazín le dicen Karma y lo señalan como jefe de la barra brava de Tristán Suárez. Acaba de ser detenido, acusado de haber participado en un ataque en el que la empleada de un supermercado de Quilmes fue herida a balazos. Se sospecha que el ataque habría sido encargado por la denominada mafia china y que él habría sido el “contratista” local al que acudieron para que, a su vez, consiguiera la “mano de obra” que ejecutó el “trabajo”.
Así lo informaron a la nacion fuentes policiales. Karma y otros dos sospechosos fueron detenidos por detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes. El hecho por el que están acusados Karma y sus presuntos cómplices ocurrió en el supermercado Hugo, de San Francisco Solano, Quilmes. Los atacantes ingresaron en el comercio y, sin mediar palabra, le dispararon a la cajera, que quedó herida.
A partir del análisis de las imágenes de cámaras de seguridad, los detectives de la DDI de Quilmes pudieron determinar que los agresores llegaron a la esquina del supermercado en un Peugeot 3008 conducido por Karma.
“Del auto se bajaron dos jóvenes. Los dos fueron a pie hasta el negocio. Uno ingresó y fue quien disparó, sin mediar palabra, a la cajera en las piernas. Después se fueron hacia el auto, en el que escaparon a toda velocidad”, sostuvo un detective que participó de la investigación.
Los investigadores y policías pudieron identificar la chapa patente del automóvil en el que se movilizaban los agresores. Se comprobó que el auto estaba a nombre de Karma, de 46 años y con antecedentes penales por amenazas múltiples. En junio había recibido el beneficio de la libertad condicional.
“No hay dudas de la participación de Karma y de sus cómplices en el hecho”, dijo un investigador.
Cuando comenzó la pesquisa, a cargo del fiscal de Quilmes Martín Conde, se descubrió que días antes del ataque el dueño del comercio había recibido un mensaje intimidatorio escrito en chino mandarín en el que le exigían un pago de 50.000 dólares; también sufrió amenazas telefónicas.
Lo extraño del caso, para los investigadores, es que el dueño del supermercado Hugo no es chino, sino argentino. Generalmente la llamada mafia china amenaza, extorsiona y, eventualmente, ataca a sus compatriotas.
Después de este hecho, tal como publicó la nacion el 3 de este mes, hubo otros ataques similares a supermercadistas argentinos: uno en Gerli y el otro, en Claypole.