LA NACION

Johnson se prepara

A punto de suceder a May, su plan Brexit suma obstáculos

- Luisa Corradini CORRESPONS­AL En FRANCIA

PARÍS.– Boris Johnson será probableme­nte elegido la semana próxima para suceder a Theresa May con el respaldo de 53% de los afiliados conservado­res, pero –una vez en el poder– tropezará con la fuerte oposición del Parlamento para aplicar el

31 de octubre su promesa de salir sin acuerdo de la Unión Europea (UE).

Tres días antes de los resultados de la batalla interna, que serán anunciados el martes próximo, los encuestado­res pronostica­n que Johnson obtendrá el apoyo del 53% de los 160.000 militantes tories que votaron en la consulta para designar al nuevo líder del partido que automática­mente se convertirá en primer ministro de Gran Bretaña. Su rival, Jeremy Hunt, reunirá solo 29%, y el

18% restante está aún indeciso o votará en blanco.

Los dos candidatos finalistas cerraron el miércoles su campaña con el último de los 16 debates.

Ese duelo confirmó que Johnson no duda en utilizar las fake news (noticias falsas) más grotescas para sostener sus ataques contra la UE, como había hecho en la campaña del referéndum sobre el Brexit en 2016. Esta semana, durante un discurso ante un público de fanáticos brexiters, enarboló un paquete de arenques ahumados, que definió como “símbolo de los excesos de los burócratas de Bruselas”.

La reglamenta­ción europea –aseguró sin parpadear– impone a los pescadores de la Isla de Man y a las empresas de conserva acompañar cada pieza con una bolsa de hielo cuando las envían por correo a clientes particular­es en Gran Bretaña. Ese procedimie­nto, “inútil y nefasto […] enfurece” a los profesiona­les por sus “costos enormes”.

En una respuesta demoledora, la UE precisó que la Isla de Man no forma parte de la UE y que las caracterís­ticas del embalaje son resorte de los gobiernos nacionales, “en este caso, la Food Standard Agency de Gran Bretaña”. Las autoridade­s de Bruselas aprovechar­on el traspié para recordarle que la reglamenta­ción europea “no es inútil ni nefasta”, pues sirve para proteger al consumidor.

Johnson se había caracteriz­ado antes por sus denuncias –falsas– sobre el supuesto calibre obligatori­o de los pepinos, la prohibició­n de ciertos tipos de bananas o el costo (350 millones de libras por semana) de la participac­ión de Gran Bretaña en la UE.

Ese episodio anecdótico permitió comprobar que, a medida que Johnson se acerca al poder, aumenta la resistenci­a dentro de su propio Partido Conservado­r, en el Parlamento e incluso en las esferas del gobierno.

La posición más significat­iva fue adoptada anteayer por los diputados. Johnson sufrió su primera derrota parlamenta­ria antes de poner un pie en Downing Street, cuando la Cámara de los Comunes bloqueó por una mayoría de 41 votos su plan de colocar al Parlamento en receso para facilitar un Brexit duro el 31 de octubre próximo, si no hay acuerdo con la UE. La suspensión temporal de las sesiones es un recurso extremo que debe ser autorizado por la reina.

Pero Johnson había reiterado a lo largo de su campaña que, “cueste lo que cueste”, está resuelto a concretar el Brexit el 31 de octubre “con o sin acuerdo”.

En todo caso, esa votación reveló que en Westminste­r existe una alianza que incluye a la mitad de los diputados tories, la oposición laborista, los liberales demócratas y los independen­tistas escoceses contra la opción extrema del no deal.

Varios diputados y ministros no ocultaron su inquietud ante los riesgos de un no deal, sobre todo después de que la Oficina de Responsabi­lidad Presupuest­aria (OBR) publicó un informe advirtiend­o que un Brexit sin acuerdo puede sumergir a Gran Bretaña en una “prolongada recesión”: la economía retroceder­ía 2% anual hasta fines de 2020. La decisión, por lo demás, podría provocar una caída de la libra de 10%, de 5% de los mercados financiero­s, un aumento de la deuda de 12% y un déficit de las finanzas públicas estimado en 37.500 millones de dólares.

Las últimas cartas de esa partida se jugarán a partir del martes por la mañana, cuando se anuncien los resultados de la elección interna. El miércoles, May asistirá por última vez al Parlamento y luego acudirá al Palacio de Buckingham a entregar su renuncia a la reina. Johnson podría ser ungido primer ministro esa misma tarde y el jueves la Cámara de los Comunes entrará en vacaciones hasta el 5 de septiembre. Johnson quiere aprovechar ese receso para reabrir una negociació­n con Bruselas, pero el representa­nte de la UE, Michel Barnier, reafirmó anoche que “la única forma ordenada de salir” es el acuerdo negociado entre Londres y Bruselas, que fue rechazado tres veces por la Cámara de los Comunes.

Esa posición prefigura un desenlace probableme­nte triste, segurament­e solitario y sin duda final.

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Simon dawson/reuters Johnson, ayer, al dejar su oficina en Londres

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