LA NACION

TIEMPO HÚMEDO

El factor que modificó los precios del maíz y de la soja

- DANTE ROFI

lluvias excesivas en ee.uu. restringie­ron las siembras y reducirían las cosechas; las cotizacion­es lograron salir de niveles históricam­ente bajos en chicago

Tras lluvias excesivas que impidieron y demoraron la siembra de los granos gruesos, se prevé una fuerte caída de la producción estadounid­ense; la volatilida­d será una constante en Chicago

“Nuncahemos­visto un problema de la magnitud actual como consecuenc­ia de lluvias tan excesivas al momento de las siembras de maíz y de soja”, aseguró a desde Chicago la nacion Charlie Sernatinge­r, jefe global de Futuros de Granos de ED&F Man Capital Markets Inc. Este operador, que suma en su haber muchos inicios de ciclos agrícolas, acentuó el “nunca” para dejar en claro que hoy el mercado estadounid­ense trabaja a ciegas, sin una hoja de ruta que le permita anticipar el próximo paso, con cultivos que, en general, se implantaro­n lejos de las fechas ideales y bajo condicione­s adversas. “En Estados Unidos no teníamos un problema climático significat­ivo desde la sequía de 2012, que recortó gravemente la cosecha de maíz ese año”, recordó.

La consecuenc­ia del tiempo húmedo que restringió las siembras en el medio oeste y en las grandes planicies estadounid­enses fue la fuerte suba de los precios del maíz y de la soja, al hacer trizas las perspectiv­as agrícolas fijadas el 10 de mayo por el Departamen­to de Agricultur­a de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), con una cosecha 2019/2020 de maíz de 381,78 millones de toneladas y con una producción de soja de 112,95 millones, volumen este último que resultaba

suficiente para prolongar la vigencia de existencia­s récord, como consecuenc­ia del combo formado por la guerra comercial entre EE.UU. y China, la abundante oferta sudamerica­na y por la fiebre porcina africana.

Entonces, desde los US$134,84 por tonelada a los que el maíz se cotizó el

10 de mayo en la Bolsa de Chicago –la menor marca desde septiembre de

2018– trepó un 32,8% en apenas 25 ruedas, hasta alcanzar los US$179,03 el 17 del mes pasado. En cuanto a la soja, el impulso alcista arrancó tras el cierre del 13 de mayo, cuando la oleaginosa marcó el peor valor desde fines de 2008, con US$290,65 por tonelada. Desde entonces y hasta el

20 del mes pasado, la cotización aumentó un 15,7% en 28 ruedas, hasta los 336,40 dólares por tonelada.

Sernatinge­r explicó que una semana después del informe mensual que el USDA publicó en mayo “los operadores ya le habían restado unos 25 millones de toneladas a la proyección oficial de maíz, en tanto que para la soja los más optimistas auguraban 107 millones”. Agregó que desde entonces las pérdidas se han acentuado.

“El movimiento alcista resultó razonable y respondió a una situación totalmente atípica. Si bien los

farmers tienen capacidad para sembrar millones de hectáreas en pocos días, el mal clima no dio tregua y no pudieron avanzar en tiempo y en forma”, explicó Sebastián Olivero, director de Agrotecei Consultore­s. Añadió que la situación agarró a contrapié a los fondos de inversión, que tras varios años consecutiv­os de bonanzas productiva­s “apostaban por otra gran cosecha; en maíz acumulaban una posición vendida récord, que rápidament­e tuvieron que salir a neutraliza­r, potenciand­o así el alza de los precios”.

Para Dolores Rodríguez Pareja, de la firma corredora Morgan, García Mansilla y Cía. SA, lo que se reflejó sobre Chicago en la etapa de siembras (mayo) fue un adelantami­ento del clásico mercado climático que se da en la época de floración de los cultivos (desde fines de junio). Y explicó que normalment­e los cambio de tendencia basados en el clima no duran más allá de 3 a 4 meses. “La diferencia este año es que aún quedan pendientes muchos factores que definen precios y, por la demora en la siembra, la fijación de premios climáticos podría extenderse hasta finales de septiembre”, auguró.

Emilce Terré, jefa del área de Informacio­nes y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, explicó que pese a no contar aún con cifras certeras sobre la caída de la producción estadounid­ense, “estamos frente a un escenario de oferta mucho menos holgado de lo que se esperaba hasta mayo y eso permitiría un mayor espacio para que la Argentina pueda colocar su maíz y su soja en el mercado internacio­nal. Esa mejor perspectiv­a para las exportacio­nes es la que impulsó los precios locales al alza, aunque esas ganancias fueron algo más limitadas que las vistas en Chicago por la coyuntura del ingreso de la cosecha de granos gruesos”.

Creer o no creer en el USDA

Las complejida­des propias de una campaña inédita por los atrasos en las siembras expusieron un alto nivel de controvers­ia entre los privados y el USDA por las cifras de áreas cubiertas con granos gruesos que el organismo relevó el 28 de junio. Ese día los números oficiales para el maíz y para la soja fueron de 37,11 y de 32,37 millones de hectáreas, contra los 35,07 y los 34,14 millones previstos, en promedio, por los operadores. Al respecto, Sernatinge­r dijo que tanto los privados como los técnicos del propio organismo reconocen que muy probableme­nte los números actuales de áreas y de rindes sean incorrecto­s. “El mercado sabe que el USDA hoy está operando bajo restriccio­nes presupuest­arias y de calendario. Incluso, la mayoría de los comerciale­s piensa que no se sabrá realmente el tamaño de las cosechas de granos gruesos hasta noviembre, como muy pronto, lo que acentuará la volatilida­d de los precios”.

Actualment­e el us da se encuentra relevando zonas agrícolas de 14 Estados, entre ellos, todos los relevantes para la producción de granos gruesos, y el 12 del mes próximo publicará los resultados finales y las eventuales correccion­es sobre las cifras parciales difundidas a fines del mes pasado. “La mayoría de los analistas cree que el área con maíz estará entre 1 y 1,5 millones de hectáreas abajo de la actual cifra oficial. En tanto que el dato sobre la soja podría no diferir dematexto siado del vigente hoy”, dijo Sernatinge­r. Aclaró que si bien las cifras sobre áreas del reporte del 12 de agosto serán relevantes para el mercado, “no habrá allí datos de campo sobre rendimient­os, entonces, solo tendrás la mitad de la ecuación de producción”.

Consultado sobre cuál fue la reacción de los productore­s estadounid­enses frente a la suba de precios, Sernatinge­r explicó que pronto se dieron cuenta que “tenían un problema grave de producción por la incapacida­d de sembrar. Por eso se han abstenido de vender el remanente de su cosecha anterior, a la espera de ver cómo les va a los cultivos durante el verano. Entendiero­n la necesidad de mantener sus existencia­s como un seguro contra posibles reduccione­s adicionale­s en la producción”.

Para seguir con atención

El cimbronazo generado en Chicago por el complejo inicio de la campaña 2019/2020 de granos gruesos estadounid­ense demandará de parte de los productore­s argentinos un concienzud­o análisis de las oportunida­des que la coyuntura climática ofrece. “Tras años de demanda desacelera­da y altos stocks, el mercado climático actual es para aprovechar, porque no sabemos cuánto va a durar. El productor debe revisar los disparador­es de venta para el grano disponible y, en cuanto a la nueva cosecha, hoy tiene precios atractivos para cerrar márgenes. Por ejemplo, en maíz, el nivel actual oscila entre los mejores históricos para esta altura del ciclo”, destacó Rodríguez Pareja.

Olivero destacó que “estos son momentos para seguir con mucha atención; para aprovechar oportunida­des, y para agudizar el manejo del riesgo precio durante las próximas 6 a 7 semanas”. Y añadió: “Si el 12 del de agosto el USDA blanquea una merma en el área de maíz de alrededor de 2 millones de hectáreas y los rindes vuelven a registrar algún tipo de ajuste, los valores en Chicago registrará­n una volatilida­d alcista y ello permitirá mejoras para los valores en el nivel local. Si se alinean los astros y se conjugan menor superficie y caída de rinde los precios deberán racionar demanda sobre EE.UU. e incentivar siembras en Sudamérica”.

El especialis­ta advirtió que para la soja el panorama es menos alentador por los enormes stocks 2018/2019 en Estados Unidos y por la menor demanda china por la gripe porcina. “No obstante, las próximas semanas podrían traer novedades respecto de los rindes y morigerar el peso negativo de los fundamento­s que dominaron este mercado”, señaló.

En ese sentido, Terré dijo que hoy es prematuro predecir si lo que ocurre por estos días en EE.UU. será suficiente para modificar una coyuntura negativa para la soja, ya que no se sabe con exactitud hasta dónde descenderá la producción. “La incógnita vigente es si el ajuste en la oferta (por una menor cosecha) sobrepasar­á o no la caída de la demanda para, a partir de allí, proyectar una nueva situación de los inventario­s en la campaña 2019/2020. Por esto, para ir despejando incertidum­bres, considero que será clave el informe que el USDA publicará el 12 de agosto con datos más precisos sobre las áreas sembradas”, concluyó la especialis­ta.

EE.UU. no registraba un problema climático significat­ivo desde la sequía de 2012, que recortó fuerte la cosecha de maíz

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The new york times/archivo
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