LA NACION

LOS SECRETOS EN LA CASA DE PAPEL

Alonso y De la Serna cuentan la nueva temporada

- Guillermo Courau

La cuenta regresiva fue larga. Pero anteayer Netflix puso finalmente al aire la tercera temporada de La casa de papel. Después de muchas especulaci­ones ya muchos saben qué fue de la vida de aquel grupo de ladrones (“atracadore­s”, del otro lado del océano) que se animaron a jaquear el sistema robando, nada menos, que la Casa de la Moneda española.

En esta nueva entrega de la saga, la sorpresa no es ya el nuevo botín que se convertirá en el objetivo de la banda, sino la aparición y reaparició­n de dos personajes. Por un lado, Berlín, que moría al finalizar la segunda temporada; y por otro Palermo, un argentino que se suma al equipo para comandar el nuevo plan. Pedro Alonso y Rodrigo de la Serna, alter ego de ambos, se entusiasma­n hablando de La casa de papel, pero lo justo y necesario para no develar las muchas sorpresas que traerá aparejado el nuevo guion.

–¿Cómo se enteraron de que iban a participar de la tercera y cuarta temporadas de La casa de papel? Porque de uno no sabíamos nada, y del otro estábamos convencido­s de que estaba muerto.

Pedro Alonso: –Mi personaje se hizo para morir. En su momento, que Berlín se muriera me pareció una noticia perfecta, sentí que revaloriza­ba todas las acciones del personaje en las primeras dos temporadas. Luego, con el estreno aparece este fenómeno, y antes de que a mí me llamasen yo ya dije: “van a seguir con esta serie, ¿quién va a poder parar algo tan gordo?”. Entonces recibí la muy buena noticia de que volvía a estar.

Rodrigo de la Serna: –Yo estaba en Madrid promociona­ndo Yucatán, una película de Daniel Monzón con Luis Tosar. Me llama mi representa­nte y me dice: “Alex Pina quiere tener una reunión con vos”. “¿El creador de La casa de papel?, ¡Vamos!”, le contesté. Ahí nomás me cuenta un esbozo del personaje de Palermo que a mí me parece extraordin­ario.

Alonso: –Las series se componen de seres vivos. Si tú estás trabajando con gente que no se conforma, siempre van a estar tratando de evoluciona­r lo que hay. Nosotros tuvimos conversaci­ones para ver en qué términos continuaba mi personaje, y más allá de que esté vivo, esté muerto, o sea un fantasma, en el equipo de La casa de papel hay gente muy lista. Es una serie donde, aunque lo que pase sea muy espectacul­ar, se intenta documentar todo para que tú te creas que lo que sucede es creíble. Y me consta que lo llevan a rajatabla. –Rodrigo, cuando te llamaron vos no habías visto la serie. ¿No?

De la Serna: –Había visto muy poco, después la terminé de ver y me pareció buenísima. Pero aceptar no fue fácil para mí, nunca había estado tanto tiempo lejos de mi país, de mi familia, de mis amigos. Un proyecto como el que me ofrecía Alex iba a involucrar nueve o diez meses de trabajo en España. Además, me estaba subiendo a un tren que iba a toda velocidad. Pero soy una persona más madura, que ha aprendido a administra­r sus ansiedades, y la serie me gustaba, así que acepté. –¿Cómo tomaste la repercusió­n que se generó en la gente cuando se supo que ibas a estar en La casa de papel 3? Se publicó en un solo sitio web, y en cuestión de horas ya estaba replicado no solo en la Argentina, sino en Europa, Estados Unidos y Latinoamér­ica.

De la Serna: –No me lo esperaba ni un poco. Me acuerdo de cómo fue, yo estaba haciendo una conferenci­a de prensa para una película independie­nte que se llama Al acecho, y había una chica periodista que me preguntó sobre lo que iba a hacer después. Quise tener un gesto, una gentileza con ella y le dije: “Voy a estar en La casa de papel”. ¡Para qué! Creció de tal manera que no me lo esperaba. En un primer momento te diría que casi me arrepentí de haber hablado (risas).

–¿Qué tiene La casa de papel para haber generado un éxito tan grande fuera de España, como por ejemplo Argentina?

Alonso: -–Creo que hay más de una variable. Es una serie en castellano, que llega al mercado latino compitiend­o con el mainstream pero desde otra tesitura, mucho más emocional, mucho más a flor de piel. Y luego esto de que esa banda, que es una banda de “Robin Hoods”, le están pegando un golpe a la línea de flotación del sistema.

De la Serna: –A mí me gusta mucho ese trasfondo coyuntural que tiene, sin ser el eje de lo que sucede. Esa mirada crítica que cuestiona, que pone un foco en el hastío y en la injusticia de este sistema financiero que asfixia y margina a millones de personas. Ahí está el por qué de cómo replicó en todos los países del mundo. Sin ir más lejos, el éxito que se dio acá en Argentina, donde sabemos de los avatares y las crisis financiera­s que sufrimos.

Alonso: -Es algo que lo que todos los que hemos pasado por una crisis, sea en Argentina donde desgraciad­amente sigue muy latente o en España donde nos pasó hace muy poco, lo sentimos y ver una historia como la de La casa de papel te sirve para desahogart­e.

De la Serna: –También hay que decir que los autores tienen un plus, porque además de entender de dramaturgi­a y guiones, son comunicado­res sociales. Eso creo que los ayudó a que esto sea un éxito masivo e iconográfi­co: el overol rojo, la careta de Dalí... –La canción “Bella Ciao”...

De la Serna: –Claro, el “Bella Ciao” que fue a un espíritu muy puntual. Es una canción partisana que remueve un montón de ideas revolucion­arias que están muy latentes. Es una melodía muy reconocibl­e. Yo no la conocía, y sin embargo cuando la escuché sentí que la conocía de toda la vida. Son muchas cositas que van en una misma dirección.

–En esta tercera temporada, al menos en los primeros capítulos se suma una estética muy emparentad­a a la cinefilia. Hay referencia­s inequívoca­s al cine de Brian de Palma, a la saga de James Bond.

Alonso: –Los autores son muy cinéfilos. Además del origen periodísti­co, ellos son “ladrones” por naturaleza, pero también son capaces de reinventar todo, que al final es una de las claves de nuestro trabajo. Ver qué es lo que te gusta, tomarlo y mezclarlo de una forma nueva. –En los primeros capítulos ya se ve cómo el personaje de Palermo toma simbólicam­ente el legado de Berlín. ¿Hablaron entre ustedes sobre eso antes del rodaje?

De la Serna: –En realidad el lugar de Berlín es inabarcabl­e e inocupable, pero sí es cierto que Palermo pasa un poco a tener ese rol.

Alonso: –No hubo ninguna charla, porque Rodrigo supo muy bien qué hacer. Una vez que tomas lo que te toca, lo que tienes que hacer es humanizarl­o, para que parezca un ser humano. Sí es verdad que al día de hoy está muy bien pensado que Rodrigo tome ese legado, por su tesitura, por su energía, por el tipo de actor que es. Somos dos vertientes de un mismo tipo de inquietud. Sin querer dejarme llevar por las expectativ­as, creo que su trabajo va a tener recorrido. Él y yo nos entendemos muy bien, somos capaces de hacer cualquier cosa juntos; y cuando tú sabes que alguien te alienta esa parte, es un regalo. Con la aparición de Rodrigo yo tengo un estímulo constante. El primer día que rodamos juntos pensé “Uy, con este hombre me voy a entender de maravilla”.

–¿Y vos Rodrigo? Después de la experienci­a con la coproducci­ón española Cien años de perdón, donde también hacías de ladrón, ¿no te cuestionas­te la imagen internacio­nal que estás dando?

De la Serna: –¡Tal cual! Pero ojo que voy mejorando, en esta soy un ingeniero devenido en atracador (se ríe). Alonso: –La vida profesiona­l te enseña que todos son ciclos, “Este actor puede hacer cualquier papel”. Pues ahora no. “Siempre haces de atracante”. Pues, ya no lo haces más. Tú no eres el que te pones las etiquetas.

Bendita sea la hora en que yo hice el personaje de Diego Murquía en

Gran Hotel. Eso me dio cancha para trabajar personajes más maduros, más turbios. Ninguno de los personajes que he hecho yo en los últimos años tiene que ver con el otro. Mientras tengan chicha, tengan contenido, a mí me van bien. Con las etiquetas no me peleo más. –Igual me gustaría que hablemos del tema dentro de veinte años, cuando todavía te estén gritando Berlín por la calle...

Alonso: –Pero hay gente en Galicia, de donde yo soy, que me sigue diciendo: “Lo miro y veo al Padre Casares (personaje que interpreto en la serie homónima emitida en España entre 2008 y 2015)”. Y yo agradezco. Si has acertado un poco, inmediatam­ente esto lleva a asociar a algunas cabezas que ya estás sentenciad­o. Es una paradoja. De la Serna: –También está en cómo llevás vos eso, cómo metabolizá­s y cómo también le decís adiós. Porque te podés quedar muy aferrado a un hit. Es un arte saber administra­rlo.

Pedro: –Yo por ejemplo este año estoy escribiend­o, estoy pintando. En lo que a mí respecta busco la manera de poder balancearl­o. Pero si estoy haciendo a Berlín es, entre muchas razones, porque me parece que el contenido del personaje todavía tiene mucho potencial. Ya lo vais a ver.

–Cuál es la expectativ­a de ambos en relación al lanzamient­o de esta tercera y cuarta temporada? A lo mejor para uno trabajar más en España y para otro más en Argentina.

Pedro: –Si bien sabemos que puede pasar cualquier cosa yo te voy a decir algo: tengo un hacha que afilo todos los días, y a la expectativ­a le corto la cola cada vez que aparece. Luego de eso procuro estar abierto a lo que venga. Rodrigo :– coincidoab­solutament­e con cada una de sus palabras.

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 ?? Fernando massobrio ?? Pedro Alonso y Rodrigo de la Serna se entusiasma­n al recordar el rodaje de la nueva temporada
Fernando massobrio Pedro Alonso y Rodrigo de la Serna se entusiasma­n al recordar el rodaje de la nueva temporada
 ??  ?? Berlín (Alonso), Palermo (De la Serna) y el Profesor (Álvaro Morte) forman el equipo junto con Tokio, que toma nuevamente vuelo en esta temporada
Berlín (Alonso), Palermo (De la Serna) y el Profesor (Álvaro Morte) forman el equipo junto con Tokio, que toma nuevamente vuelo en esta temporada
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