LA NACION

Vidal se focaliza en el conurbano para recortar la diferencia

Las encuestas del macrismo le dan entre seis y ocho puntos por debajo de Kicillof, aunque en las últimas semanas se estaría achicando la distancia

- Santiago Dapelo

Es la batalla electoral decisiva y faltan solo 21 días para las PASO. La gobernador­a María Eugenia Vidal sabe que llega en desventaja al tramo final y con encuestas propias que la dan entre 6 y 8 puntos por debajo de su principal rival, el exministro de Economía Axel Kicillof, cuando se mide toda la boleta completa, incluidos candidatos presidenci­ales. Por eso decidió focalizar su campaña en el conurbano, que es el territorio más adverso para el oficialism­o.

Allí destinará las tres semanas finales de actividad para tratar de revertir la diferencia. Recorrerá mucho la tercera sección electoral, históricam­ente la más peronista, y también la primera, que según los estrategas bonaerense­s es la decisiva, ya que incluye una mixtura de municipios propios, como Vicente López, San Isidro y San Miguel, con otros adversos, como José C. Paz, Malvinas Argentinas y Moreno. Por el contrario, el peronismo, que es fuerte en el conurbano, focalizará sus energías en el interior de la provincia.

“Agosto es una primera vuelta, tenemos que lograr que el electorado tome conciencia”, describió uno de los principale­s candidatos que trabajan en el armado electoral de Vidal, que exhibió la preocupaci­ón por transforma­r las PASO en una elección decisiva. El sistema bonaerense no contempla el sistema de ballottage, con lo cual en octubre se define la gobernació­n, aunque sea por un voto.

Consciente­s de que es el terreno que mayores dificultad­es presenta, la prioridad de las últimas dos semanas estará centrada en el conurbano bonaerense. María Eugenia Vidal desplegará toda su artillería electoral para intentar rescatar algunos puntos en las secciones electorale­s donde peor está la imagen del presidente Mauricio Macri.

Las cuentas no son buenas para Vidal en el mayor distrito electoral del país, que reparte casi cuatro de cada 10 votos. “Estamos entre 6 y 8 puntos abajo”, reconocier­on cerca de la mandataria provincial.

Pero lejos de sumirse en el pesimismo, crece la esperanza. Es que la tendencia en favor del oficialism­o se aceleró en los últimos 10 días. “Con la boleta completa subimos 3%, ya es una carrera contra el reloj”, describió uno de los principale­s asesores de Vidal. Sin Macri en la boleta, Vidal gana en todas las encuestas.

Las razones de ese crecimient­o no sorprenden ni son nuevas: la calma cambiaria y la inflación a la baja son los principale­s argumentos. Pero también el hecho de que ya se vive el clima de elecciones.

En las cuentas que hace el búnker bonaerense, Vidal y su equipo saben que la derrota más abultada se registrará en la tercera sección electoral, que incluye municipios importante­s que gobierna el kirchneris­mo como La Matanza, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Avellaneda, entre otros. Hoy en esos distritos, según reconocier­on cerca de la mandataria, están 20 puntos abajo.

Esos votos, según explicaron, los van a contrarres­tar con los del interior de la provincia, donde la diferencia es inversamen­te proporcion­al.

La elección bonaerense, según la mirada de aquellos que rodean a Vidal, se definirá en la heterogéne­a primera sección electoral, que incluye municipios donde Juntos por el Cambio goza de buena salud como Vicente López, San Isidro y San Miguel, con otros donde no hizo pie como José C. Paz, Malvinas Argentinas y Moreno. En esos 24 partidos, por ahora, manda la paridad.

A diferencia de la elección nacional, en la provincia no hay segunda vuelta. Quien triunfe en octubre ganará el poder.

Por eso, para Vidal la PASO no es una elección más. “Agosto es la primera vuelta, tenemos que lograr que el electorado tome conciencia”, describió uno de los principale­s candidatos que trabajan en el armado electoral.

Recorridas de los candidatos, trabajo de campo –se opera con un sistema segmentado por especialid­ad– con funcionari­os de primera y segunda línea, comunicaci­ón directa y digital.

La batalla bonaerense, que podría ser definitiva para las aspiracion­es de Macri de ser reelegido, concentrar­á casi toda la atención de los comandos de campaña nacional, a cargo del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y del ministro coordinado­r bonaerense, Federico Salvai.

Esta semana la actividad se focalizará en las grandes ciudades. Vidal y Macri estarán en Bahía Blanca, posiblemen­te el miércoles, y el viernes protagoniz­arán un acto 360 en Mar del Plata.

Hasta las PASO la táctica es mostrar lo que se hizo en los primeros cuatro años de gobierno.

“Tenemos mucho para contar, como la remodelaci­ón de las guardias de todos los hospitales, escuelas, rutas, agua y cloacas”, dijo Alex Campbell, subsecreta­rio de Asuntos Municipale­s, que encabeza la lista de diputados provincial­es, la carta de Vidal para presidir la Cámara baja bonaerense.

“En tres años y medio hicimos más de lo que se hizo en los ocho años anteriores”, dijo Vidal el último viernes en la recorrida que compartió con Macri.

Después de las primarias llegará el tiempo de hablar sobre los planes futuros que tiene la gobernador­a.

Mientras Vidal pondrá toda su atención en el conurbano, Alberto Fernández ya definió una estrategia inversa, con el objetivo de buscar los votos en los distritos en los que está más débil, el 80% de sus actividade­s tendrán lugar en el interior (ver página 10).

“Lo más importante de todo es que dejamos atrás el abandono y nos estamos poniendo de pie”, aseguró Federico Suárez, ministro de Asuntos Públicos, que tiene dentro de su órbita el manejo de la táctica digital más directa, y del sistema de base de datos cruzó obras y necesidade­s en cada manzana de la provincia con los resultados en la última elección, datos estadístic­os y hasta participac­iones de los vecinos en redes sociales para llegar con mensajes personaliz­ados.

En busca de los votos

Una de las estrellas del equipo de trabajo de la gobernador­a es la segmentaci­ón. Se trata de conversaci­ones presencial­es con vecinos por tema. Los ejes son seguridad, pymes, intelectua­les, educación, trabajo y la lista continúa. Ya se hicieron miles de estos encuentros, describier­on cerca de Vidal.

“¡Volvimos a hablar con seres humanos!”, celebró uno de los ministros que participó de estas reuniones. Algunos superan los 10 encuentros por día. La maquinaria está aceitada y trabajando a todo ritmo.

Después del ida y vuelta, el trabajo se completa con un audio de Vidal o del ministro a cargo de esa área. La estabilida­d del dólar, dijeron cerca de Vidal, permite este tipo de conversaci­ones. En medio de la última crisis lo único que podían hacer era escuchar los reclamos.

“Si escuchás lo que falta es más fácil que te escuchen lo que hiciste”, confió un integrante del gabinete bonaerense.

Todos los esfuerzos en marcha tienen un objetivo, quedar a no más de cinco puntos de la fórmula que encabezan Axel Kicillof y Verónica Magario. “Una diferencia mayor sería más difícil de revertir, pero con menos de 4% de distancia descorcho”, describió un hombre con acceso diario al despacho de la gobernador­a.

En ese escenario, a diferencia de lo que ocurre con la estrategia que persiguen aquellos que impulsan al binomio de Macri y Pichetto, en la provincia la polarizaci­ón extrema complica a Vidal. Es que, de esa manera, el kirchneris­mo logró perforar el techo que mantuvo durante tres años.

“Ellos crecieron”, admiten allegados a la cúpula de poder bonaerense, donde todavía se lamentan de no haber desdoblado la elección provincial.

“Agosto es la primera vuelta, tenemos que lograr que el electorado tome conciencia”, describió uno de los principale­s candidatos, que trabaja en el armado electoral

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