Los Pumas, muy cerca de la hazaña
Juego de igual a igual, supremacía en el segundo tiempo: la Argentina exhibió virtudes importantes ante los mejores del mundo; sus errores fueron puntuales, no estructurales
Tensión y emoción hasta el final. Los Pumas pusieron en aprietos a los All Blacks y estuvieron muy cerca de la hazaña en los últimos minutos con dos lines consecutivos a metros del in-goal del mejor equipo del mundo. Pero no pudo ser: Nueva Zelanda se impuso por 20-16 en el arranque del Rugby Championship, en Vélez. En el segundo final, Petti se toma la cabeza, mientras Matera aparece en el piso: fue la jugada que pudo darle a la Argentina el primer triunfo de su historia ante los imbatibles Hombres de Negro. El sábado próximo, en Brisbane, los Pumas visitarán a Australia.
Parecía el guion de una película de John Wayne. Con el tiempo cumplido, en desventaja por cuatro puntos, los Pumas tenían un line-out a cinco metros del in-goal del rival. Una situación favorable para alcanzar la esquiva primera victoria en la historia contra los All Blacks. La jugada se frustró rápidamente y una vez más los argentinos se fueron con las manos vacías. No obstante, no se puede categorizarla como una derrota más; no es un ladrillo más en la pared. Bien capitalizada, puede ser la piedra basal de algo más grande.
En este caso, sería injusto achacar que otra vez los argentinos se quedaron cortos. Porque la caída por 20-16 incluye la diferencia más exigua con Nueva Zelanda desde que la Argentina ingresó al Rugby Championship, en 2012. Elocuente, antes bien, de un crecimiento cabal de los Pumas.
Los All Blacks sacaron a relucir su oficio de mejor equipo del mundo, y esa diferencia de jerarquía fue lo que inclinó el resultado. Los Pumas tuvieron la entereza de igualarlos en intensidad durante los 80 minutos, superándolos incluso en la segunda mitad, y eso de por sí es encomiable. Algunos errores puntuales, tanto en defensa (en el primer tiempo) como en ataque (en el segundo), terminaron costando el partido.
Los 31.000 espectadores que junto a un partido electrizante configuraron un gran marco en la cancha de Vélez, en el oeste de Buenos Aires, habrán quedado disgustados por el resultado pero satisfechos con el espectáculo. La derrota cobra peso por el maleficio que arrastra el historial de 28 cruces sin triunfos sobre los All Blacks, mas no por el partido en sí. Se trata, en definitiva, de la fecha inicial de un Rugby Championship que tiene como fin principal alistar al equipo para el Mundial de Japón.
Así también lo había tomado Nueva Zelanda, que dio descanso a ocho jugadores de Crusaders, recientes ganadores del Súper Rugby. El entrenador argentino Mario Ledesma, en cambio, apostó por dar continuidad a la confianza con que llegaba el grueso del plantel tras el subcampeonato conseguido en tanto Jaguares. Si había una ventaja para los argentinos, ella estaría estaría en el último cuarto del partido, cuando el visitante reunió a cuatro debutantes en la cancha. Casi se lo hicieron pagar. Ante los All Blacks, no fue suficiente.
El penal que derivo en el line-out del final, por ejemplo, desembocó de un error infantil del joven Braydon Ennor, que tackleó sin pelota a Joaquín Tuculet. En el maul posterior, la pelota quedó trabada arriba y resaltó más los errores previos de los argentinos: dos knock-ons en franco ataque a pocos metros del in-goal (Tetaz Chaparro y orlando), un penal accesible fallado por Nicolás Sánchez (ver aparte) para quedar a un tanto a los 12 minutos del segundo tiempo, y sobre todo, muchos tackles errados, la mayoría en el espacio entre las formaciones y la línea de backs que explotaron Beauden Barrett y Ngani Laumape. Según OPTA, los Pumas acertaron 41 de 79 intentos de tackle (bajísimo 51,8%, contra 91% de los de negro). Más allá de esas situaciones específicas, que no debería costar corregir, ya que la efectividad en los últimos metros y la solvencia defensiva fueron dos de los puntos más salientes de la reciente campaña de Jaguares, el hecho de haber dominado toda la segundo mitad y el de haber estado palo y palo con los mejores del mundo, que tuvieron una gran defensa, son como para rescatar.
Después del 21-21 de 1985 en Ferro, una sola vez los Pumas habían terminado a 4 puntos de los All Blacks: en 2001 cayeron en River por 24-20 tras un try ajeno en la última jugada. También en Vélez, en 2006, se vivió una situación similar a la de ayer, ya que la Argentina estuvo en los últimos cinco minutos a las puertas del in-goal sin quebrar la defensa, hasta caer por 25-19. Por el Champinonship, la derrota más ajustada había sido el 28-13 de 2013 en Hamilton.
Antes que lamentarse por el resultado, entonces, cabe destacar el crecimiento. Todavía quedan tres partidos de primer nivel antes del Mundial para seguir sumando experiencia y afinando el sistema de juego. El plantel viajará hoy a Australia para el segundo encuentro, el del próximo sábado en Brisbane. Ledesma anticipó que empezará a rotar el equipo para no desgastar tanto a los jaguares que vienen con más carga y para empezar a acoplar a los jugadores que vienen de Europa, que deberían agregar virtudes. Estaba como para La Conquista
del Oeste; terminó siendo Los Invencibles. La victoria ante los All Blacks deberá seguir esperando. Pero el momento de los Pumas es éste.
Eran los dos jugadores por observar. Nicolás Sánchez y Juan Figallo son los dos refuerzos europeos que tuvieron los Pumas en la primera fecha del Rugby Championship. El 10 tucumano tuvo algunos chispazos de su calidad, pero sintió la falta de adaptación al sistema de juego y cometió errores que costaron caro. Mientras que el primera línea aportó toda su experiencia y aptitudes en defensa y el scrum, especialmente.
No fue el regreso que habría querido Sánchez, el máximo goleador en la historia del seleccionado. Es cierto que no se ausentó de los Pumas desde que firmó con Stade Français, pero sí disputó su primer partido en la Argentina después de su salida de Jaguares. No rindió al nivel que lo llevó a ser considerado uno de los mejores aperturas del mundo. Tan cierto como que es el jugador que, por su rol de conductor, necesita más tiempo para adaptarse al sistema argentino.
Un rendimiento con altibajos del tucumano, que sumó dos penales y una conversión (ocho puntos) y acertó tres de cuatro envíos. “Estamos tristes por la oportunidad que se nos escapó. El equipo estaba para ganarlo. Más allá de la calentura, lo importante es la forma y el camino que estamos construyendo”, dijo.
Los detalles definen partidos cuando enfrente están los All Blacks. Sánchez quedó expuesto por dos errores que incidieron directamente en el resultado. El primero fue un pase largo, con la marca encima, que fue bien interceptado por Brodie Retallick. Ese error no forzado le permitió a los All Blacks irse más cómodos al descanso.
El segundo fue el único envío que falló a los palos, que tomó relevancia por el contexto. Minutos antes, Sánchez había metido un kick cruzado preciso para Emiliano Boffelli, que ganó el duelo aéreo y apoyó en el ingoal. Esos tres puntos perdidos hubieran alterado el escenario final, con los Pumas obligados a encontrar el try para quedarse con el partido.
Dejando de lado esas dos jugadas puntuales, Sánchez tuvo lapsos donde demostró su jerarquía como playmaker y su exquisito juego con el pie. “El que la tenía más difícil era Nico porque viene de un sistema que no es el mismo y debía manejar las riendas del equipo. En un día que no estuvimos muy precisos, él no la pasó tan bien”, advirtió Mario Ledesma.
La otra incorporación europea fue la de Figallo en la primera línea. El salteño, que pertenece al Saracens de Inglaterra, fue uno de los líderes del pack y pagó con su desempeño en el scrum, la formación donde más dudas había en la previa por el poderío de los neozelandeses y la nueva reglamentación.
“Fue muy bueno lo de Chipi, muy bueno el scrum, en el sistema de juego y cómo se movió en la cancha, tanto en defensa como en ataque”, destacó Ledesma. “Está en el mejor equipo de Europa y todos saben la calidad de jugador que es. Nos aporta experiencia, buen scrum, tackle, liderazgo. Es un jugadorazo”, lo describió Julián Montoya.
Fueron los primeros pero no serán los últimos Pumas europeos que jugarán. Ledesma ya avisó que realizará algunos cambios pensando en el test con Australia. Es una fija que tanto Facundo Isa como Ramiro Herrera tendrán acción en Brisbane. Santiago Cordero espera tener minutos para demostrar que vale la pena apostar por él. Mientras que Benjamín Urdapilleta, de los mejores diez del Top 14 francés, espera recuperarse a tiempo de una lesión para volver a vestir la camiseta de los Pumas tras unos cuantos años fuera del radar.