LA NACION

Cómo recaudan fondos los candidatos y quiénes son sus aportantes claves

El campo, los “unicornios” y los gremios son los primeros en contribuir; es la experienci­a inaugurada con la nueva ley

- Iván Ruiz, Maia Jastreblan­sky y Hugo Alconada Mon

La “pasada de gorra” ya comenzó. Empresario­s, sindicalis­tas, funcionari­os y empleados públicos son solo algunos de los convocados a financiar las millonaria­s campañas a presidente, gobernador­es, jefe de gobierno porteño e intendente­s. Tanto el espacio liderado por Mauricio Macri como la fórmula Fernándezf­ernández desplegaro­n a sus recaudador­es, una actividad que pese a la sanción de la nueva ley de financiami­ento todavía resulta un tema “tabú” en la actividad privada.

Pro maneja la caja y los números de la campaña de Juntos por el Cambio. Sus principale­s socios –el radicalism­o y la Coalición Cívica– solo colaborará­n con el aporte de fondos del Estado, aunque Elisa Carrió impuso sus condicione­s: exigió “escanear” a los potenciale­s donantes para verificar si existen conflictos de interés y consiguió bajar los aportes por debajo del tope legal. ¿Quiénes financian a Juntos por el Cambio? Banqueros, referentes agropecuar­ios, las startups, algunos “unicornios” y líderes del sector de servicios figuran entre los mayores aportantes, según reconstruy­ó la nacion. Nada que sorprenda demasiado si se considera que el campo, por ejemplo, fue el mayor sostén de Cambiemos en los comicios de 2017.

Si en 2015 la colecta era liderada por Nicolás Caputo, ahora es el jefe de asesores, José Torello, quien tomó ese rol, ayudado por la empresaria textil Flavia Martini. El diputado Ezequiel Fernández Langan será el responsabl­e económico. En esos papeles, cada empresa figurará con un tope de $18 millones en la campaña nacional por las tres elecciones.

Serán las primeras elecciones con la nueva ley de financiami­ento electoral que habilita el aporte de empresas. aunque fue legalizado, los empresario­s se resisten a que su nombre aparezca públicamen­te. “Primero reclamaron la ley y ahora tienen pruritos por cuestiones de seguridad”, dicen en la Casa Rosada.

El oficialism­o tendrá la ventaja de contar con el Estado de su lado. ¿Los beneficios? Los recorridos de obras y el uso de aviones oficiales antes del período proselitis­ta, la publicidad oficial y un número impreciso de empleados públicos que trabajan para la campaña en horarios de oficina.

Para la comunicaci­ón en redes sociales y en el despliegue territoria­l de los candidatos, los voluntario­s se mezclan con funcionari­os y empleados públicos. Muchos trabajan en el edificios del gobierno porteño en Parque Patricios o militan en la Fundación Pensar.

De arquero a recaudador

alberto Fernández delegó en Cristina Kirchner el manejo económico de la campaña. al frente de las cuentas diarias quedó el diputado Carlos Castagneto, baluarte de la agrupación Kolina. apenas oficializó su candidatur­a, la actual senadora lo llamó por teléfono para comunicarl­e que quería repetir el esquema de la campaña legislativ­a de 2017, cuando Castagneto se encargó de los números de Unidad Ciudadana en la provincia de Buenos aires.

Exarquero profesiona­l y contador, Castagneto cuenta con dos activos para cumplir esa función. Por un lado, lo propuso Cristina Kirchner por su obsesión en el manejo prolijo de los números. Por el otro, los gobernador­es e intendente­s del PJ lo recibieron con los brazos abiertos: lo primero que hizo Castagneto fue llamarlos para comunicarl­es que la campaña nacional les pagará la impresión del tramo nacional de las boletas Fernández-fernández, algo inédito.

Ese desembolso es, en la práctica, una inversión. Porque los gobernador­es y los intendente­s serán los encargados de acercar empresario­s y otros donantes de sus distritos para solventar la primera campaña después del escándalo por los cuadernos de las coimas.

El plan para recaudar es apuntar, sobre todo, a los empresario­s de las pymes más grandes. Les enviarán mails y cartas para invitarlos a que hagan donaciones por debajo del millón de pesos. Para blanquear su imagen, Fernández-fernández elaboró un instructiv­o interno que fija como pauta que se acepten aportes de empresas, pero solo hasta el 20% del tope establecid­o por ley.

¿Y alberto Fernández? Es el candidato a presidente, pero además conoce como pocos la cocina del financiami­ento electoral. Cumplió ese rol durante la campaña presidenci­al de 1999 con la fórmula Duhalde-ortega y después lo retomó durante el kirchneris­mo hasta que estalló el escándalo por los aportes de la mafia de la efedrina. ahora, el candidato designó a Juan Manuel olmos como el responsabl­e de interactua­r con el equipo de Cristina Kirchner.

El kirchneris­mo también plantea reparos: quiere el aporte de empresas, pero prefiere evitar las reuniones con el candidato. “Es una incomodida­d”, dijeron. apunta a conseguir donaciones menores al millón de pesos de firmas que puedan aportar tanto para su campaña como para la del oficialism­o.

Un dato más. alberto Fernández tiene llegada directa a empresario­s, pero también a sindicalis­tas. Uno de los pesos pesados, por ejemplo, ya le “regaló” buena parte de la asesoría en comunicaci­ón de su campaña, según confirmó la nacion. Ese equipo –al igual que muchos otros– funciona en unas oficinas de diseño sobre la calle México. “El búnker se paga con fondos de Parte, el partido de alberto”, explicaron.

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Mauricio Macri y Cristina Kirchner

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