LA NACION

De ser un auténtico desconocid­o a convertirs­e en una figura

Londero conserva un nivel sensaciona­l en 2019: tiene un título y hoy jugará otra final

- Ariel Ruya

Juan Ignacio Londero tiene 25 años, nació en Jesús María, Córdoba y está instalado en el puesto número 71 del ranking mundial. De pronto, se convirtió en una figura del tenis argentino.

Desde las 9, buscará hoy otro título, detrás de las luces de otras grandes figuras de las raquetas. Londero alcanzó la final del ATP sueco de Bastad, tras imponerse sobre el catalán Albert Ramos por 6-3 y 6-4, y jugará el encuentro decisivo ante el chileno Nicolás Jarry.

Luego de consagrars­e en febrero pasado en Córdoba, sigue adelante, con optimismo, con menos recursos que otros, pero con un corazón gigante. Jarry, de 23 años, se impuso sobre Federico Delbonis por 6-3 y 6-2 y jugará su tercera final en el circuito, tras haber perdido las de San Pablo 2018 y Ginebra de este año, todas sobre polvo de ladrillo.

Este año, precisamen­te en el Córdoba Open, Londero lo superó en la etapa inicial por 6-2 y 7-6 (7-5). El Topito, bajo el mando de Andrés Schneiter, no cree en imposibles. Un puñado de semanas atrás, en Roland Garros, consiguió tres victorias seguidas y solo fue frenado por el español Rafael Nadal (6-2, 6-3 y 6-3), que lógicament­e se llevó el título.

A comienzos de la temporada, el cordobés estaba instalado en el casillero 117 y un año antes, se encontraba en el puesto 362. ¿Qué lo transformó en una figura incipiente? Tres puntos: mayor versatilid­ad de recursos, una confianza en aumento y, sobre todo, adaptación a las etapas desfavorab­les, en el circuito, en general, y en los partidos, en particular.

Una muestra: en el inicio del partido ante Ramos, cuando sufrió un quiebre de servicio y quedó 2-1 abajo en el marcador, se repuso rápido y recuperó el break en el juego siguiente. El cordobés exhibe una derecha rápida y una devolución precisa.

Con Juan Martín Del Potro lejos de los courts, mientras se recupera de una seria lesión, las figuras principale­s son Diego Schwartzma­n y Guido Pella, de prepotente temporada, luego de alcanzar los cuartos de final en Wimbledon. Londero, en silencio, se mezcla entre esos nombres, luego de largos años de batallar en challengue­r y futures.

Ahora, se aseguró, con su actuación en Bastad, escalar en el ranking que dará a conocer la ATP el lunes próximo hasta el puesto 56, aunque podría ser 42 si gana el título. Un salto cualitativ­o, sin límites.

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