Vida de pueblo y una laguna donde se pone el sol
En Junín, a 260 kilómetros de Buenos Aires, el Parque Natural Laguna de Gómez conquista a los visitantes con playas, restaurantes, pesca y otras actividades
JUNÍN- “¿Cómo distinguir a un juninense de un turista en la laguna de Gómez? Fácil: el turista mira hacia la laguna y el juninense… mira hacia el camino, a ver quién pasa”, bromea Luis Bortolato, director de Turismo y Cultura de esta ciudad, importante destino lacustre de la provincia de Buenos Aires.
A 260 kilómetros de Buenos Aires, Junín integra distintas lagunas de la cuenca del río Salado, como Mar Chiquita, laguna de Gómez, Carpincho y Los Patos, que luego continúa hacia Chacabuco donde se forma la laguna de Rocha, y ya por fuera del partido se extiende hacia Chascomús. Sin embargo, a pesar de superar los 90.000 habitantes, su impronta pueblerina
permanece intacta, con las calles arboladas y tapizadas de adoquines; los bancos en las veredas, la vuelta del perro al caer la tarde y, por supuesto, la siesta que se respeta a rajatabla.
El origen de la ciudad se remonta a la creación del antiguo Fuerte Federación, hacia 1827, alrededor del cual se erigió el casco histórico. Su auge estuvo marcado por la llegada del Ferrocarril con sus talleres, que hasta hoy ocupan 150 hectáreas en el centro. Si bien algunos fueron reciclados para albergar universidades o museos, la mayor parte permanece intacto.
A escasos kilómetros del centro, el mayor atractivo de Junín es el Parque Natural Laguna de Gómez, 200 hectáreas arboladas a la vera de la laguna, donde funciona una vasta zona recreativa y de servicios, incluida una villa turística, tres balnearios con playas de arena, restaurantes (María María, Pochi y Malabar Costero), una bajada pública para embarcaciones, el club náutico, un club de windsurf y otro de kitesurf; carritos, parrillas, camping, proveedurías y cabañas.
La primera playa se extiende sobre el Camino de los Pescadores; la segunda, en dirección el Club Náutico, por el Camino de los Navegantes y la tercera, en pleno desarrollo, por el Camino Costero, donde se accede a la bajada pública de embarcaciones y tiene su sede la Asociación Parapente Junín, que en 2013 logró el récord Guinness al reunir 224 paramotores en el aire.
Dicen que la laguna es muy domindesde guera. Cada semana convoca a miles de juninenses. Son 4000 hectáreas divididas en dos partes, a un lado y otro de la RP 188, con profundidad media de un metro. Un ambiente ideal para los deportes náuticos como las motos de agua, jetski, kayak, lanchas, veleros, windsurf o kitesurf. Eso sí, por sobre todas las cosas, los juninenses se jactan de la puesta del sol sobre la laguna. “No es que estemos orgullosos sino que somos muy agrandados, pero tenemos con qué. El atardecer con ese rojo intenso que se refleja sobre el agua es una experiencia fantástica”, asegura Bortolato. No exagera.
La flecha de plata
Así como el verano es puro sol y playa, en invierno la pesca deportiva es la gran vedette de la laguna, y el pejerrey, su especie más representativa. Incluso sobre el Camino de los Pescadores se puede visitar la estación de cría y recorrer un laboratorio con diferentes acuarios y especies autóctonas, como el bagarito, la carpa, la sardina y la tararira, así como los tanques con pejerreyes reproductores. También asesoran sobre las reglamentaciones vigentes respecto de la pesca deportiva.
“La regla de oro es no sacar pejerreyes por debajo de la talla mínima, de 25 centímetros, ni más de las piezas permitidas, 25 por persona. La pesca está permitida todo el año: la temporada alta es en invierno y del 1° de septiembre al 1° de diciembre hay una veda parcial, ya que solo se puede pescar sábados, domingos y feriados”, precisa Marcelo Rossetti, a cargo de las visitas guiadas. Para pescar también es requisito portar un permiso de pesca que se gestiona desde la página del Ministerio de Agroindustria, Dirección Nacional de Pesca, y cuesta 40 pesos anuales.
Evita, Gardel y Perón
Declarada ciudad en 1906, Junín creció a la sombra del Fuerte Federación. El recorrido por el casco histórico se inicia en las afueras del antiguo solar, en la actual Plaza 9 de Julio, y avanza por la calle 20 de Septiembre, antigua entrada al fuerte, hasta la Plaza 25 de Mayo. En sus alrededores se abre un recorrido por edificios históricos como el antiguo edificio del Correo, el Palacio Municipal, la Iglesia San Ignacio de Loyola, el Banco Nación, el Palacio de Tribunales y la Escuela N° 1, donde estudió Eva Perón entre 1930 y 1934. Una placa la recuerda con la frase Los únicos privilegiados
Un poco más allá, el itinerario se completa con el Club Social, teatro de la Ranchería, la Escuela de Arte Xul Solar y el Mercado Municipal, donde funciona actualmente el Museo Municipal de Arte.
“Si bien existen otras versiones, la más aceptada dice que Eva nació en Los Toldos y en 1930 vino a vivir a Junín donde estudió entre los 11 y los 15 años, para luego partir con su familia hacia Buenos Aires, en enero de 1935. También acá, el 22 de octubre de 1945 se casó con Juan Domingo Perón, en la antigua escribanía Ordiales de la calle Ingeniero Arias y Quintana. El escritorio donde firmaron el acta de matrimonio se conserva en el Museo Histórico con una copia del acta”, explica la guía local Sabina Giménez.
Perón, Evita y... Gardel. Cuentan que El Morocho del Abasto también supo deambular por estas calles adoquinadas y cantó en el Teatro Crystal Palace, sobre Av. Roque Saénz Peña, que actualmente es un local de ropa. •