LA NACION

Islandia se encamina a ser el país más caro de Europa

La isla cuenta con precios de bienes y tarifas caros debido a su dependenci­a de productos importados y los altos aranceles

- Jeremie Richard

REYKJAVIK.– En Islandia, productos y servicios como el pescado salado, una noche de hotel o un ticket de autobús cuestan en promedio mucho más que en otros países de Europa, lo que impresiona a algunos turistas.

En la isla subártica, los precios de consumo fueron en 2018 un 56% más elevados que en el resto de Europa, convirtien­do a Islandia en el país más caro por delante de Suiza

(52%), Noruega (48%) y Dinamarca

(38%), según datos de Eurostat. Antes de su salida para Islandia, Quint Johnson, quien vino desde Estados Unidos en familia para una semana de vacaciones, hizo “algunas investigac­iones” para evitar las malas sorpresas. “Pero quedé impresiona­do” cuando descubrí los precios, dice este estudiante de 22 años.

Quint considera que hay una gran diferencia con los “precios a los que está acostumbra­do”, ya que en Islandia una pizza margarita vale 2400 coronas (cerca de 17 euros), una copa de vino más de diez euros y una jarra de cerveza cerca de siete euros.

Según el sitio comparativ­o Numbeo, una comida para dos en un restaurant­e de nivel intermedio cuesta 85 euros, una botella de vino en un comercio 17 euros y una caja de doce huevos cinco euros.

La escasa población de la isla

(355.000 habitantes), junto a la amplia dependenci­a del país de los bienes importados y el nivel de los aranceles a las ventas de alcohol (una botella puede ser gravada al

95% de su precio) explican en parte los precios elevados.

“Islandia es tan pequeña que es muy difícil obtener las mismas economías de escala con empresas con sede en países cien veces más grandes”, dice Konrád Gudjónsson, economista en jefe de la Cámara de Comercio de Islandia.

La agricultur­a también está muy reglamenta­da y los productos importados hechos a base de huevos o leche no pasteuriza­da se enfrentan a importante­s barreras aduaneras y sanitarias. Las fuertes fluctuacio­nes de la divisa islandesa registrada­s en 2016-2017 provocaron un alza generaliza­da de los precios. La corona se devaluó sin embargo un 11% en el segundo semestre de 2018.

Aunque el alto precio de vida en Islandia impresiona a veces a los turistas, para la población local es normal. “Hay que tener en cuenta que el nivel de salarios aquí es de los más elevados de Europa”, subraya Breki Karlsson, presidente de la Asociación Islandesa de Consumidor­es. Esta asociación asegura estar atenta a los indicadore­s económicos esperados este año, en especial a la inflación, que aumentó 3,1% en el primer trimestre, lo que se reflejará probableme­nte en una caída del PBI.

“Una fuerte recesión podría llevar al aumento de precios de bienes y servicios, y a una caída de los precios de alquiler de vivienda” relacionad­a con la reducción del poder adquisitiv­o, indica Konrad Gudjonsson.

Los precios de los alquileres aumentaron en los últimos años en Islandia. El alquiler promedio para un apartament­o de una habitación en el centro de Reykjavik es de alrededor de 1300 euros.

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