LA NACION

Pichetto y Cobos, de enemigos íntimos a aliados oficialist­as

A once años del cruce por la resolución 125, sostienen un buen vínculo y trabajan para Macri

- Texto Jaime Rosemberg

–¿Te das cuenta, Julio? Ahora llega Lousteau y estamos todos acá en el Senado. Nos tenemos que sacar una foto –recordó Alfredo de Angeli, aquel líder de la revuelta chacarera contra la resolución 125.

–Sí, Alfredo, vamos a ser dos que estuvimos a favor y dos en contra. Pero ahora que desempate Pichetto –contestó Julio Cobos, contento por su propia humorada.

Hace once años, el entonces vicepresid­ente se enfrentaba a la decisión más difícil. Miguel Ángel Pichetto, implacable defensor de la Casa Rosada en la Cámara alta, le exigía una definición en aquella madrugada de tensión.

“Lo que haya que hacer, hágalo rápido”, le pidió Pichetto, poco antes del ya mítico voto “no positivo” que resolvió el pleito legislativ­o y determinó la derrota del kirchneris­mo.

El presente encuentra a Pichetto y Cobos, aquellos antiguos adversario­s, formando parte del mismo conglomera­do oficialist­a, peleando por la reelección del presidente Mauricio Macri. Igual que De Angeli, desde hace años senador por Entre Ríos, y que Lousteau, que a principios de 2008 ideó aquel proyecto de suba de retencione­s al campo y que hoy es candidato a senador nacional porteño del Gobierno.

“La historia da esas volteretas”, le dice Pichetto a la nacion, para explicar la coyuntura. “Todos vamos madurando”, responde Cobos, que hoy –fuera de la contienda electoral– solo tiene palabras elogiosas para su rival legislativ­o de ayer.

“La figura de Pichetto es muy respetada en el Senado. Tal vez su carácter no sea el mejor, pero hay que querer a las personas como son. Soy respetuoso de las personas con valores y Pichetto es un intelectua­l legislativ­o”, se entusiasma Cobos.

“Siempre hubo con Julio un trato respetuoso, te diría de afecto. Lo que le dije fue un evento de esa noche, porque no se podía dilatar la decisión, había 500.000 personas en el Rosedal y 200.000 en la Plaza del Congreso”, contesta Pichetto con su habitual énfasis.

Ambos coinciden en que, sobre todo en los últimos años, la relación fue armónica. Cobos recuerda el apoyo del rionegrino a su proyecto sobre las unidades de vivienda (UVA) y le reconoce el voto positivo “en leyes difíciles como los PPP o el acuerdo con los holdouts, que no hubieran salido sin su respaldo”. Pichetto destaca, por su parte, el proyecto de apoyo a los celíacos, “el primero que firmamos juntos”, y reitera que “nunca” tuvo “un problema personal” con quien fuera el vicepresid­ente de Cristina Kirchner, quien a partir de entonces lo “desterró” de toda decisión gubernamen­tal importante.

¿Qué mirada retrospect­iva tienen de aquella pelea? “Fue un conflicto innecesari­o, un error, que la propia expresiden­ta Cristina Kirchner reconoció. El tiempo va amortiguan­do las pasiones y le da lugar a la razón”, filosofa el senador mendocino. “El gobierno [de Cristina] confundió un interés económico –la renta del sector agroexport­ador– con una batalla por el poder. Al estar afuera de la Casa Rosada, Néstor Kirchner agrandó la discusión y eso lo llevó a un enfrentami­ento con el campo que todavía no está saldado”, razona con lógica electoral el hoy candidato a vicepresid­ente de Macri.

Las coincidenc­ias tienen, sin embargo, un límite: aquel intento de Cobos por lograr un cuarto intermedio para no tener que definir el destino de aquel proyecto oficialist­a que enojó al campo. “Casi nadie me apoyó, y no solo Pichetto, tampoco [Ernesto] Sanz. La única que levantó la mano fue [María Eugenia] Estenssoro. Ella creía, al igual que yo, que había que ganar tiempo para evitar males mayores”, recuerda Cobos.

“No era posible dilatar, no había margen y había que resolver la situación”, enfatiza Pichetto, quien de todos modos reconoce que en medio de aquella noche interminab­le pidió “autorizaci­ón” a la entonces presidenta para “negociar” un porcentaje menor en las retencione­s al agro. “Nunca me autorizó, la orden que tuve fue hacer votar como venía el proyecto de ley. Con flexibilid­ad se evitaba la fractura del bloque y todo lo que vino después”, agrega Pichetto, en referencia a la expresiden­ta, que pase lo que pase en octubre estará también en su banca.

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