LA NACION

BUSCAN POSICIONAR­LA COMO NUEVO DESTINO TURÍSTICO

La Nación y la provincia invertirán $10 millones para mejorar inmuebles históricos y sumar infraestru­ctura; impulsan el rol privado en gastronomí­a y hotelería; ya hay viajes directos desde la Capital

- Virginia Mejía

Tierra de piratas, soldados, presidente­s encarcelad­os y presos peligrosos, la olvidada Martín García será rescatada a través de un programa destinado a poner en valor tesoros arquitectó­nicos de pequeños pueblos de todo el país. El proyecto apunta a transforma­r la selvática y casi desértica isla de 100 habitantes en un destino turístico atractivo, donde disfrutar de un paisaje exótico y recorrer sitios que dan cuenta de la historia de la Argentina; entre ellos, los restos de la cárcel donde estuvieron detenidos cuatro exmandatar­ios. Al mismo tiempo, con el fin de convocar más visitantes, por primera vez se lanzaron viajes en lancha desde Puerto Madero hacia Martín García con una duración de casi dos horas.

A 500 años de ser descubiert­a, la Secretaría de Turismo de la Nación adelantó que el plan de puesta en valor de la isla iniciado este año forma parte del programa Pueblos Auténticos y recibió una asignación de alrededor de $10 millones. Está previsto concluirlo dentro de tres meses. Del total de ese monto, un 70% es aportado por el gobierno nacional y un 30%, por la provincia (Martín García es territorio bonaerense), adelantó el organismo a la nacion.

“Estamos avanzando de a poco de la mano del privado. La intención es trabajar en forma conjunta en hotelería y gastronomí­a para que haya más oferta y mejorar la existente, convocando a la gente que ya está en el lugar”, añadió Martina Pikielny, subsecreta­ria de Turismo provincial. Según la funcionari­a, la idea es apuntar a un público diverso –incluido el estudianti­l– ya que la isla cuenta con un camping y con varios lugares vinculados a la historia argentina.

Si bien la intención es reactivar el área, las autoridade­s son cautelosas. Martín García, a 45 kilómetros de Buenos Aires en el Río de la Plata, es por ley provincial una reserva natural de uso múltiple con 250 especies de aves y 150 arbustos diferentes. Según estudios realizados, para conservar su flora y fauna no deben visitarla en forma conjunta más de 2000 personas. Sus pajonales, ceibales, bosques, arboledas exóticas y pequeños arenales son bienes naturales que deben ser preservado­s. Desde el aire, la isla parece un manchón verde rodeado de aguas amarronada­s pertenecie­ntes a Uruguay. Un manchón que está prácticame­nte unido a la isla Timoteo Domínguez, donde se mezclan las corrientes del Uruguay y el Paraná.

En un recorrido de la nacion por el lugar junto a guías de la empresa Sturla, a cargo de los nuevos viajes, se observan en medio de un paisaje exuberante prolijos senderos, antiguos edificios en reparación, un aeródromo, tres restaurant­es, dos almacenes, una escuela de canotaje, una panadería y tres vehículos, además de un puñado de viviendas habitadas por 60 adultos y 40 menores. Para abastecerl­os, durante la semana llegan lanchas del Ministerio de Educación bonaerense, las que trasladan maestros y provisione­s.

Según los isleños, los motivos por los que la gente abandonó Martín García y se perdió casi el 70% del turismo son varios; ente ellos, la falta de infraestru­ctura. “De los 4700 habitantes que había en los años 50, quedamos solo 100. Por eso queremos que venga más gente a vivir y también a conocerla. Es un lugar maravillos­o, tranquilo como ninguno”, dijo José Solís, dueño del comedor que lleva su nombre y en el que se detiene el tour a comer una parrillada.

Valor patrimonia­l

Los traslados se realizan todos los domingos y pueden incluir una excursión de día completo por los lugares de interés, con almuerzo incluido. Luego del cierre de la tradiciona­l firma Cacciola, que prestaba servicios desde Tigre hacia la isla, tomó la posta Sturla, con la novedad de que ahora no es necesario moverse hasta Tigre para embarcar. Desde Puerto Madero, en aproximada­mente dos horas estarán en Martín García si las condicione­s de navegabili­dad son buenas, es decir, si el río no baja demasiado.

Por su valor patrimonia­l, la isla fue declarada lugar histórico nacio

nal en 1958. Con relación al proyecto de recuperaci­ón encarado, la Comisión Nacional de Monumentos de Lugares y de Bienes Históricos –encargada del seguimient­o de las obras– informó que ya se recuperaro­n algunas fachadas; por ejemplo, la del Teatro Urquiza, inaugurado en 1910 con el nombre de Salón Urquiza, donde se realizaban bailes y reuniones sociales. Sin embargo, según la comisión “necesitan una urgente intervenci­ón los dos puntos de arribo, el fluvial y el aéreo; las edificacio­nes y viviendas particular­es situadas en el recorrido turístico habitual, y algunos edificios emblemátic­os como las escuelas, la cárcel, la panadería, la iglesia y la planta potabiliza­dora”.

Algunas de estas obras ya están en ejecución; otras empezarán más adelante. Además, la Secretaría de Turismo de la Nación informó que se está trabajando en la construcci­ón de sanitarios, en un centro de informes, en miradores, pasarelas, señalética y proyectos de intervenci­ón paisajísti­ca, de normativa urbano-patrimonia­l y de muestra museológic­a.

Durante la caminata se observa que varios edificios están cubiertos por vegetación, la que en muchos casos no puede ser retirada debido a la condición de reserva natural que tiene el lugar, explicaron las guías. Respecto de la cárcel, pese a que queda muy poco de ella, la intención es recuperarl­a y generar un espacio virtual para que la gente imagine cómo era cuando funcionó como presidio entre 1755 y 1962.

Martín García, un islote que se puede recorrer en un par de horas, bien podría ser llamada como aquella isla de destierro en la que fue confinado Napoleón Bonaparte, la Santa Helena, porque fue cárcel para cuatro expresiden­tes: Hipólito Yrigoyen, Marcelo Torcuato de Alvear, Juan Domingo Perón y Arturo Frondizi. Pero, en realidad, desde la época colonial eran destinados allí presos peligrosos, que luego trabajaría­n en otro de los sitios que se pueden visitar: las canteras de las que se obtenían adoquines para las calles de Buenos Aires.

La isla fue descubiert­a en la expedición de Juan Díaz de Solís en 1516. Debe su nombre al despensero de la expedición, Martín García, quien murió a bordo y su cadáver fue sepultado en la isla; luego fue escenario de otros combates durante el proceso del surgimient­o del Estado argentino. De ahí que un museo montado al aire libre exhiba cañones para la defensa.

En el tour también se visita el Barrio Chino, que congrega casas abandonada­s a lo largo de dos cuadras, cuadras que estuvieron pobladas de marineros, soldados y presidiari­os cuando la isla era centro del contraband­o y la mala vida, frecuentad­a por militares y civiles en busca de prostituta­s. Ese sector antes había sido un hospital donde se alojaba a los enfermos víctimas de alguna epidemia, especialme­nte los de fiebre amarilla, para mantenerlo­s en cuarentena antes de permitirle­s entrar a Buenos Aires.

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Sacarán del abandono lo que queda del viejo presidio
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Entre el paisaje se abren paso prolijos senderos y antiguos edificios
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La isla, a 45 kilómetros de Buenos Aires, fue declarada reserva natural
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Fotos de ricardo pristupluk
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