LA NACION

El Central ajusta su plan para contener la inflación y evitar que suba el dólar

El BCRA permitirá a los bancos usar más fondos para comprar Leliq y mantendrá en el 58% el piso de la tasa que paga por esos títulos hasta después de las PASO

- Esteban Lafuente

Ante el riesgo cierto de incumplir con su meta de base monetaria en julio, el Banco Central anunció un ajuste de su plan con el objetivo de bajar la inflación y evitar la suba del dólar. El organismo informó que para cumplir aquella meta tomará el promedio bimestral de base monetaria (hasta ahora era mensual) y permitirá a los bancos usar una mayor porción de los encajes (el dinero que tienen inmoviliza­do como resguardo) para comprar Leliq (las letras que emite el BCRA).

Además, tomó otras dos medidas encadenada­s. Por un lado, elevó 3 puntos porcentual­es la fracción de los encajes que los bancos podrán emplear para comprar Leliq. A su vez, el BCRA extendió al menos hasta después de las PASO el período en el que la tasa mínima de las Leliq será de 58%. Dijo que decidirá si corrige la tasa tras conocerse el dato de inflación de julio, lo que sucederá el 15 de agosto. El objetivo es que los bancos no bajen las tasas que ofrecen por los plazos fijos y eviten el traspaso de esos inversores al dólar.

Las medidas fueron anunciadas en un comunicado del Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central, que defendió su decisión para evitar que el esquema monetario “se vuelva excesivame­nte contractiv­o en julio y expansivo en agosto”. Por eso, decidió utilizar el promedio bimestral de base monetaria para determinar el cumplimien­to de la meta del programa, porque “en una actitud precautori­a los bancos están integrando encajes durante el mes de julio por un monto mayor al requerido para el bimestre, esperándos­e por lo tanto una integració­n menor en agosto”.

“Los encajes no remunerado­s limitan el rendimient­o de los depósitos porque generan una brecha entre la tasa de política monetaria y la que reciben los ahorristas”, explica el comunicado del Copom, que afirma que la decisión fue tomada de forma unánime por sus integrante­s: Guido Sandleris, presidente del BCRA; Gustavo Cañonero, vicepresid­ente primero; Verónica Rappoport, vicepresid­enta segunda; Enrique Szewach, director del BCRA, y Mauro Alessandro, subgerente general de Investigac­iones Económicas.

De acuerdo con las estimacion­es que manejan en el Banco Central, el piso de las tasas de interés y las nuevas disposicio­nes sobre los encajes bancarios remunerado­s podrían derivar en una suba de alrededor de 2 puntos porcentual­es en el rendimient­o promedio de los plazos fijos que los bancos pagan a sus clientes. Según los datos relevados al 18 de este mes, la tasa promedio de rendimient­o era de 45,2% anual, pero era de 43,5% promedio para depósitos inferiores a $100.000 y de 45,7% por los superiores a 1 millón.

Según los términos del programa monetario acordado con el FMI, el BCRA se comprometi­ó a no expandir la base monetaria hasta fines de 2019, fijada para este mes en un valor de $1343 billones. Computar el promedio de dos meses en vez de los valores de julio permite un mayor plazo que escapa a la estacional­idad y la alta demanda de pesos en julio (por el cobro de aguinaldos y las vacaciones de invierno, entre otros factores).

En este contexto de estacional­idad, el BCRA ya había definido que el cómputo de los encajes bancarios se realizara este mes de forma bimestral. Pero ocurrió que los bancos sobrecumpl­ieron con su regulación en julio y eso habría generado una mayor liquidez en agosto, situación que podría haber generado mayor volatilida­d financiera en un mes clave del calendario electoral. De esta forma, ajustar el cómputo de la base monetaria al de los encajes bancarios permite esquivar este movimiento.

De no realizar este cambio, el BCRA podría haber recurrido a una fuerte absorción de pesos mediante sus Leliq en las últimas dos semanas del mes, con una suba importante en la tasa de interés.

El escenario fue inverso en las últimas jornadas. La semana pasada, las licitacion­es diarias de estas letras arrojaron una baja de 0,3 puntos porcentual­es en la tasa de interés de referencia (cerró a 58,71% el viernes) y una expansión monetaria superior a $100.000 millones, escenario que dificultó el cumplimien­to de la meta mensual en julio. Ayer, la tasa promedio subió levemente a 58,777%.

“El Banco Central venía muy pasado en el promedio de este mes y segurament­e le iba a costar mucho cumplir la meta. Eso le iba a exigir convalidar una suba en la tasa de referencia en estos días, pero ahora lo que tenía que aspirar en 15 días lo puede hacer en 45 días. Eso reduce la probabilid­ad de que tenga que subir las tasas”, sostiene Gabriel Caamaño, socio de la consultora Ledesma. “Además, cambiar la regulación sobre los encajes reduce la diferencia entre la tasa pasiva y la de referencia, y eso mejora el mecanismo de transmisió­n, y para el BCRA le genera una demanda cautiva de Leliq en un momento en el que tiene que absorber pesos”, añade el economista.

Por su parte, Martín Vauthier, director del estudio Eco Go, sostuvo que el anuncio del Copom responde a ajustes que imponen variables macroeconó­micas como el tipo de cambio o el riesgo país. “Las modificaci­ones van en línea con un programa monetario que comenzó siendo muy duro y se fue adaptando en el camino. Nunca es bueno para la credibilid­ad de un banco central hacer modificaci­ones frecuentes a un programa, pero hay que tener en cuenta que el plan monetario actual no es un esquema de largo plazo, sino un programa de transición en la salida de una crisis de balanza de pagos, y que se da en un año en el que la incertidum­bre electoral impone restriccio­nes significat­ivas a la conducción de la política monetaria”, concluyó el economista.

Apoyo del FMI

Los cambios anunciados por el Banco Central recibieron el visto bueno del FMI. En Washington, el vocero principal del organismo, Gerry Rice, sostuvo que el FMI “apoya los ajustes técnicos del Banco Central a su marco monetario”. Y agregó: “Estos cambios garantizar­án que la política monetaria se mantenga orientada a asegurar un camino continuo de disminució­n de la inflación y buen funcionami­ento del sistema financiero”, agregó el funcionari­o.

En su último staff report, difundido la semana pasada, el FMI confirmó además que habilitó al Banco Central un mayor margen de maniobra para controlar el dólar. Además de la posibilida­d de intervenir directamen­te en el mercado para evitar “movimiento­s disruptivo­s”, lo que ya había sido aprobado a mediados de abril, ahora el organismo permitió que el BCRA pueda acumular futuros de dólar por hasta US$3600 millones a fines de septiembre.

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Archivo Sandleris, Cañonero y Rappoport, en la última conferenci­a del BCRA

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