El Pepo, más complicado
Hallan una botella de vodka en la camioneta en la que se accidentó.
El fiscal general de Dolores, Diego Escoda, confirmó hoy que el cantante de cumbia Rubén Darío Castiñeiras, el Pepo, iba manejando la camioneta cuando volcó, el sábado a la madrugada, en la ruta 63, a la altura de Dolores, lo que provocó las muertes del representante del grupo y del trompetista de la banda, y heridas a una de las coristas y al cantante, que está detenido, procesado por doble homicidio culposo agravado y lesiones graves.
También se ratificó que dentro del vehículo fue hallada una botella de vodka, lo que refuerza la hipótesis de que el artista había consumido alcohol e incluso estaba haciéndolo al tiempo que iba al volante a gran velocidad, en noche cerrada y en un contexto de niebla.
Escoda confirmó a la agencia de noticias Télam que el cantante iba manejando la camioneta al momento del accidente tras la declaración de Romina Candia, sobreviviente del vuelco. “Las pruebas recopiladas dan cuenta de que Castiñeiras estaba manejando, tomando un trago llamado ‘destornillador’, que contiene vodka”, indicó.
El Pepo, al momento del accidente, y cuando los peritos filmaban la escena del crimen, habría intentado desligarse de la responsabilidad penal del hecho y señaló a uno de sus acompañantes fallecidos como quien conducía la camioneta. Las dos víctimas mortales –el representante del grupo, Ignacio Abosaleh, y el trompetista Nicolás Carabajal– viajaban en el asiento trasero de la camioneta Honda CRV blanca.
En la causa judicial consta que el Pepo “iba transitando por un tramo recto, en forma imprudente, negligente y antirreglamentaria, conduciendo a gran velocidad en una ruta de escasa visibilidad y calzada húmeda dada la niebla imperante, y a su vez, consumiendo bebidas alcohólicas que disminuyeron su capacidad de conducir”.
Ayer, fuentes del caso informaron que en la inspección ocular del vehículo se encontró una botella de vodka y que en el lugar del accidente se hallaron dos vasos de plástico, tal como había señalado Candia en su declaración. También, un tetrabrick de jugo de naranja.
Fuentes de la investigación habían revelado que el día del hecho se había revisado la zona adyacente al vehículo, donde “no se secuestró nada prohibido”. En tanto que la camioneta Honda CRV blanca “se preservó” hasta ayer, cuando, por orden de la fiscalía, se revisó el interior de la cabina, donde se encontró “una botella de vodka, que coincide con el testimonio de la testigo que circulaba con ellos”.
En concreto, los peritos encontraron dentro de la camioneta una botella de vodka Absolut con muy poco contenido, una de una gaseosa cola a medio beber, una botella de agua cerrada, un teléfono celular (no trascendió de quién era), un blíster con comprimidos de un multivitamínico y ropas con leyendas alusivas a la banda del Pepo.
Por su parte, el abogado defensor del cantante, Walter Comarce, también sostuvo que se “recolectaron objetos importantes para la causa”.
El Pepo seguía internado en la habitación 6 del Hospital San Roque, de Dolores, “esposado” en su muñeca derecha y con custodia policial, con cuidados intensivos y acompañado por su esposa, Josefina Cuneo, y otras personas de su entorno.
Ayer lo visitó el abogado Miguel Ángel Pierri, quien dijo que el Pepo “está muy shockeado” y que “llora todo el tiempo recordando a sus amigos fallecidos”. Adelantó que mañana pedirá la excarcelación.
Falta de controles
Ayer, entidades dedicadas a alertar sobre la problemática de la inseguridad vial pusieron de relieve la falta de medios para realizar controles efectivos tanto para prevenir siniestros como para realizar peritajes en el acto apenas ocurridas tragedias como estas.
La Asociación Civil Luchemos por la Vida destacó que “para sorpresa de todos la fiscal interviniente en el hecho expresó a los medios que [al Pepo] no se le pudo realizar el control de alcoholemia en el lugar por falta de alcoholímetros, ya que en las importantes ciudades de Dolores y Chascomús no contaban con ellos”.
En tanto, el último relevamiento realizado por el Observatorio de Seguridad Vial de la Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones de Tránsito de la República Argentina (Cecaitra) refleja que tanto conductores como no conductores están de acuerdo, en su inmensa mayoría (88%), con la aplicación de controles de alcoholemia obligatorios en bares, restaurantes y locales bailables. No obstante, los entrevistados consideraron que si esos controles fueran voluntarios la mayoría no aceptaría someterse al test.