LA NACION

“Amante del deporte, vital y sana”: así la describió su hermano

Lautaro recordó lo duro que fue llamar a sus padres y pide “respeto”

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MARDELPLAT­A. – Las convenció el año pasado para que se animaran y cruzaran el Atlántico para visitarlos a él y a sus abuelos. Que conocieran y probaran la belleza, las atraccione­s y posibilida­des de trabajo que propone Mallorca. “Las cosas no salieron como uno esperaba”, lamenta Lautaro Moyano, hermano de Alanís, la joven que murió luego de consumir una dosis de éxtasis contaminad­o mientras participab­a de una fiesta electrónic­a en la isla.

Alanís y Lourdes, su melliza, habían llegado antes de fin de año. Y en estos siete meses habían confirmado que todo era tal cual les habían contado. Se divertían, disfrutaba­n del mar e incluso habían rotado por algún empleo.

La adaptación de ambas al nuevo escenario había sido fantástica. Y para Alanís aún más, porque se cruzó con dos de las cosas que más la apasionaba­n. Nadadora desde niña, recibida de guardavida­s en Mar del Plata, encontró un puesto como socorrista. Y como amante de la música electrónic­a, una movida que le prometía eventos a ritmo semanal con los mejores DJ de Europa.

Lautaro afirma que no hay que confundir el final de su hermana con lo que había sido su vida hasta ese momento. La describe como una chica amante del “deporte, vital y sana”. Además de nadadora era una buena jugadora de hockey. Lo hacía en Mar del Plata y ya había encontrado un equipo para despuntar su pasión en Mallorca.

A la distancia reconoce la conmoción que fue recibir la llamada desde el hospital cuando con su novia y su hermana Lourdes comían en una hamburgues­ería mientras Alanís estaba en la fiesta electrónic­a. “Cuando llegamos los médicos ya no nos dieron esperanza, fue durísimo”, contó.

Pero todavía debían transmitir­les ese mismo mensaje a sus padres, que estaban en Mar del Plata. Juntaron coraje, avisaron y entre toda la familia aunaron esfuerzos para subirlos pronto a un avión. Se reunieron en Mallorca, cuando Alanís ya había sido derivada a una clínica de Barcelona. Cuando llegaron al continente recibieron la peor noticia. “Entramos a las 8.21 y ella había muerto a las 8.15”, detalló Lautaro.

Sostiene que salió a hablar del tema por los medios para advertir y para que otros tomen precaucion­es. Y también pidió respeto por lo ocurrido con su hermana. Sobre todo, en los comentario­s en las redes sociales. “Se equivocó, nada más”, afirma.

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