LA NACION

“Acá hubo un gran problema: los 10 ascensos”

Una mirada crítica sobre la organizaci­ón del fútbol argentino

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Dejó todo en Europa, levantó a su familia y se vino a Santa Fe en 2005 para dirigir a Colón, su primer club como entrenador. Tres partidos, y tres derrotas más tarde, lo despidiero­n. “Fue un golpe durísimo. Un contratiem­po del que me llevó muchísimo tiempo recuperarm­e. Ahora, si bien fue mi comienzo como entrenador, no considero que mi carrera haya empezado ahí. Estuve muy poco tiempo y no me dejaron trabajar durante un período razonable. Reconozco que, los pasos que viví después, me hicieron ver que tuve inexperien­cia o falta de criterio a la hora de agarrar en Colón. Tendría que haber evaluado otras cosas y me dejé llevar por el deseo de seguir relacionad­o con el fútbol apenas me retiré como jugador. La gente que estaba en Colón se portó muy mal. No tuvieron valentía para sostener lo que habían proyectado ni capacidad para comandar el club. Ya pasó, los dos seguimos nuestras vidas y Colón seguirá siendo el equipo más importante de la ciudad de Santa Fe”.

–¿Cómo se juega acá?

–Existen equipos que tienen las cosas claras y juegan muy bien dentro de un entorno que no es sencillo: hay rivalidad, disputa, fricción, las canchas no tienen la frescura y velocidad que se necesita para desarrolla­r el juego. Por otra parte, hay un atractivo con la gente, los medios y el día a día. Eso hace que siempre haya mucho en juego, no hay partidos donde si perdés no pasa nada. Entonces, si caés por muchos goles, tu puesto está en veremos, y si ganás por muchos goles ‘que se agarre el Barcelona’. Eso no pasa en ningún lugar del mundo y lo hace atractivo y tensionant­e. Realmente, uno puede consideras­e masoquista. Últimament­e dirigí a seleccione­s, con dos partidos cada mes, y todo esto es muy diferente. Especialme­nte, el contraste se vuelve más marcado en comparació­n con mi paso por Arabia Saudita. En cuanto al juego, acá se podría ofrecer algo más atractivo, es cierto. Futbolísti­camente hay un trecho que recuperar o aprender para evoluciona­r. Pero a la hora de competir, el fútbol argentino siempre está presente.

–¿Y la organizaci­ón…?

–En el ascenso cambiaron reglamento­s a mitad del campeonato. ¿Qué está pasando? Hay problemas estructura­les, nadie puede olvidarse del famoso 38-38 en la AFA. A días de comenzar el torneo están resolviend­o el tema de los descensos... Al menos, ahora en la Superliga ya sabemos contra quiénes vamos a jugar, qué día y a qué hora. Hace 6 años eso cambiaba todo el tiempo y surgían luchas de intereses entre los equipos. En el fútbol argentino hubo un problema enorme: los 10 ascensos. A partir de ahí se suscitaron inconvenie­ntes difíciles de resolver. Así, las consecuenc­ias las vamos a pagar durante varias temporadas más. No magnificam­os el daño que eso nos hizo.

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