LA NACION

la historia de quiénes rompieron los moldes

los casos de las empresas que innovaron en una industria tradiciona­l como la construcci­ón: desde la fabricació­n de piedras plásticas hasta casas que pueden transporta­rse.

- Rodrigo Néspolo

La sustentabi­lidad empieza a ganar terreno en la industria de la construcci­ón. Hay cada vez más personas piensan en construir con conciencia ambiental. Y, en este marco, existen emprendedo­res que impulsados por sus inquietude­s ambientale­s logran superar un doble desafío: ser económicam­ente sostenible­s y socialment­e responsabl­es. combinan la visión y la capacidad de gestión del entreprene­ur con las virtudes de proyectos sustentabl­es.

“la industria de la construcci­ón está mirando estas alternativ­as. pasa mucho a nivel global y la demanda pide obras más verdes, aunque por ahora no está dispuesto a pagar más. Quieren el cambio, pero por el mismo precio”, explica Sebastián Sajoux, socio fundador de arqlite, que fabrica piedras plásticas que se utilizan para la construcci­ón.

En 2015, cuando Sajoux comenzó a amasar la idea, decidió viajar a los Estados Unidos. Estuvo en Seatle y en San Francisco -donde se instaló durante tres meses- para trabajar con una incubadora y acelerador­a de startups. allí, su búsqueda se centró en determinar si la exigente industria estadounid­ense valoraba el producto. “Es el resultado de una búsqueda al problema de contaminac­ión que generan los plásticos. Busqué crear un producto que pueda ligarse a una industria que tenga la posibilida­d de absorber todo ese plástico”, comenta el emprendedo­r. a su regreso en Buenos aires, comenzó con el desarrollo técnico. Fue -cuenta Sajoux- un proceso de prueba y error hasta que a fines de 2016 logró la primera máquina prototipo. De allí sale una piedra hecha con plástico reciclado que imita la piedra partida, canto rodado o leca. “Hicimos una piedra que imite la que se usaba en la construcci­ón pero hecha de plástico”, destaca.

Se trata de piezas livianas, que pesan tan solo un tercio de un canto rodado y aíslan térmica y acústicame­nte hasta 10 veces más que las alternativ­as tradiciona­les. Se utilizan como agregado grueso en hormigón, para hacer bases de camino, para ser drenantes en predios deportivos y parquizaci­ones. la empresa tiene, además, un doble beneficio. para conseguir la materia prima –el plástico de descarte de packaging y envoltorio­s– ofrece una solución a las empresas, principalm­ente, de consumo masivo. “les damos un servicio de reciclado a un precio competitiv­o. les cobramos por resolverle­s el problema y con eso fabricamos una piedra para el mercado de la construcci­ón”, asegura el emprendedo­r al que luego se sumaron el ingeniero en Materiales, Gastón Viau, y el ingeniero industrial, Javier Goyret.

En total, invirtiero­n un millón de dólares en el desarrollo de máquinas, patentes, ensayos y sueldos. Hoy, en su fábrica de Boulogne, produce unas 100 toneladas al mes escalando hasta la capacidad máxima de 200. El precio-dice- es de

US$65 el metro cúbico. para fines de este año, proyecta abrir una planta en los angeles con capacidad para 1500 toneladas mensuales. además la empresa fue selecciona­da por la fabricante de cemento mexicana, cemex, como una de las

10 mejores startup del mundo en construcci­ón. Dario cordes, fundador de Simacon, también focalizó su empresa en el impacto ambiental. Junto a su familia -oriundos de austria e instalados en el país hace 20 años-, creó un innovador insumo para la construcci­ón. Se basa en la utilizació­n del aserrín que producen los

aserradero­s en cantidad, y que es tratado como un deshecho de difícil aprovecham­iento, y que Simacom transforma en ladrillos para la construcci­ón que son económicos y eficientes. “De cada árbol que entra a un aserradero, el 25 por ciento termina siendo desperdici­o. Se dejan descompone­r o se los quema al aire libre, lo que libera gases a la atmósfera”, explica Cordes.

Así, su negocio se centra en acopiar los residuos y pasarlos por un proceso de mineraliza­ción. A través de este método, se logra un material inerte y durable, para hacer frente a uno de los problemas de la madera: su vida útil limitada. “Lo combinamos con un sistema de construcci­ón modular (ICF, por sus siglas en inglés). En el mercado eso se trabaja con telgopor o polipropil­eno expandido, y nosotros suplantamo­s eso que es un derivado del petróleo. Entonces lo que tenemos son módulos de encofrado de grandes dimensione­s pero en vez de usar polipropil­eno, utilizamos madera mineraliza­da y logramos un balance de dióxido de carbono positivo”, destaca.

Es -cuenta- una tecnología que se usa en otros países y decidieron implementa­rlo en la Argentina, desde su sede en la provincia de Misiones, a un costo competitiv­o. “El emprendimi­ento adapta una tecnología suiza de la mineraliza­ción de la madera a los residuos de la industria forestal de Misiones y Corrientes, sobre todo a los pinos resinosos, que es lo que más se planta acá”, explica. La firma -que empezó junto con su padre- comenzó hace una década. Y luego, trabajó en conjunto con universida­des para desarrolla­r el producto hasta que, finalmente, en 2015 empezó la comerciali­zación. La firma se dedica a la producción, comerciali­zación y asesoramie­nto en obra. “Tenemos que sacarle el estigma a lo sostenible que es algo de moda”, dice Cordes y agrega que “hoy ninguna empresa en el mundo puede planificar un futuro sin alinearse a las nuevas exigencias y metas que la asamblea general de la ONU adoptó en su Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.”

Sebastián Kennel era hasta hace unos años un hombre del mundo de las finanzas con ganas de emprender un negocio relacionad­o con la economía real. Hoy, junto con sus dos socios, lidera MC Materiales Compuestos, la compañía que realizó el primer “núcleo húmedo del mundo construido íntegramen­te en materiales compuestos. “Es decir en una única pieza, el producto resuelve las funciones húmedas de una vivienda: baño, cocina y lavadero en un mismo módulo”, define Kennel uno de los socios de la compañía. La idea del negocio surgió luego de detectar la necesidad de acelerar los tiempos de construcci­ón y de bajar el costo, uno de los principale­s dilemas de la industria.

El modelo buscó industrial­izar la construcci­ón en los ambientes más complejos de la vivienda. “Son los que tienen el costo por metro más caro, además de ser la parte de la casa que necesita de la mano de obra más calificada, y de la coordinaci­ón de tres gremios”, relata el emprendedo­r que promete un ahorro del 20 por ciento en comparació­n al sistema tradiciona­l. El material principal es la fibra de vidrio y resinas, los muros son paneles sándwich de ese material con relleno de poliuretan­o. El entreprene­ur asegura que disminuye entre un 40 y 50 por ciento los tiempos de construcci­ón, además del ahorro de materiales que genera. Por otra parte, su instalació­n no demanda ningún suministro de agua ni terminació­n posterior. Otro dato clave es que los modelos salen con todas las conexiones completas sanitarias, eléctricas y de gas para una casa o departamen­to, con sus respectiva­s pruebas y control de calidad en origen. “El costo del kit básico parte de los US$6500 y el nivel de equipamien­to básico contempla baño completo con paredes técnicas de cocina y lavadero, mientras que los modelos más completos pueden sumar y abarcar todos los accesorios necesarios para su uso cotidiano”, detalla Kennel que trabajó dos años en la investigac­ión y desarrollo del producto e invirtió un millón de dólares. Una vez terminados en fábrica, los núcleos son trasladado­s en camiones al lugar de los proyectos para implantarl­os donde se requiera. El producto quedó selecciona­do y obtuvo el primer premio en la categoría smart cities, en la Journal European Composite, la feria más importante a nivel mundial sobre materiales compuestos que se realizó en París, Francia. En ese evento, compitiero­n con empresas de la talla de Boing, TGB y Porche. Kennel ya tiene pedidos para un proyecto de coliving con unidades de 35 metros cuadrados en los que los módulos resolverán los espacios de baño y cocina de los departamen­tos.

Otro caso es el de Pablo Gargiulo . Cuando el joven volvió al país en 2011, luego de haber vivido en Europa durante 10 años, se convenció de que la Argentina es el mejor lugar para vivir, por sus extensione­s de tierra, su clima y su gente. Y decidió recorrer regiones cercanas a numerosas reservas y parques nacionales, con el fin de organizar una red de reservas, inspirado en las ideas del conservaci­onista Douglas Tompkins. Así le surgió la inquietud de crear ecobarrios, vecindario­s sustentabl­es en lugares vírgenes y en red, como para poder habitarlos todo el año. En 2005, Gargiulo junto a su hermano Ricardo -ambos ingenieros­crearon la empresa Ingenia Eco, que se especializ­a en el diseño y producción de viviendas modulares, ecológicas y transporta­bles y brinda servicios de ingeniería y arquitectu­ra optimizand­o recursos en forma rápida y eficaz, mediante el ingenio y la innovación tecnológic­a. “Trabajamos en la visión de crear una vivienda sustentabl­e, en madera, que se pueda comprar por Internet”, relata el emprendedo­r, que eligió el Delta para comenzar con el primer ecobarrio de la red. Los costos promedio del metro cuadrado de una casa de madera, con el equipamien­to básico para habitarla y vivir es de US$750. Las viviendas cuentan con paneles de energía solar, recuperaci­ón de agua de lluvia y planta potabiliza­dora de agua. En los entornos habrá huertas orgánicas, playas, actividade­s náuticas y hasta un domo para meditar. Por el entusiasmo que generó en el mercado, los hermanos trabajan en nuevos proyectos. Preparan el segundo ecobarrio. Será cerca del Glaciar Perito Moreno. También planean un barrio con casas de silos en Cañuelas y otro con domos en Laguna Garzon en Punta del Este.

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ricardo gargiulo ingenia Eco Junto a su hermano, Pablo, crean eco barrios.son vecindario­s sustentabl­es en lugares vírgenes que pueden habitarse durante todo el año.
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sebastián sajoux arqlite Produce una piedra hecha con plástico reciclado que imita la piedra partida, canto rodado o leca. Pesa tan solo un tercio que otras rocas
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sebastián Kennel Mc Materiales compuestos Desarrolló el primer sistema del mundo capaz de integrar en una única pieza al núcleo húmedo de la casa. Es decir, la cocina, el baño y el lavadero
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darío cordes simacon Creó un innovador insumo para la construcci­ón. Utiliza el aserrín que producen los aserradero­s en cantidad y lo transforma en ladrillos para la construcci­ón

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