LA NACION

El salario venció a la inflación

- Constantin­o Hevia El autor es profesor de Economía en la Universida­d Torcuato Di Tella (UTDT)

En mayo, los ingresos promedio crecieron más que los precios en el sector privado.

El domingo pasado el precandida­to a presidente Alberto Fernández propuso forzar una reducción en la tasa de interés que el Banco Central paga por las Leliq (letras de liquidez) y usar el supuesto ahorro que esto generaría para aumentar las jubilacion­es en un 20%. Sin embargo, si hiciera esto, lo único que lograría Fernández sería aumentar la inflación y la cotización del dólar.

Las Leliq son bonos (títulos de deuda) de muy corto plazo que emite el Banco Central para controlar la cantidad de dinero que circula en

economía. Las Leliq solo pueden ser adquiridas por los bancos en la medida en que tengan depósitos. La tasa de interés de estas letras se determina diariament­e en subastas de estos instrument­os que realiza el Banco Central. Los bancos demandan en ellas una tasa de interés que les permita ofrecer a los ahorristas un retorno atractivo.

Ahora bien, volvamos a la idea de Alberto Fernández. El candidato kirchneris­ta propone bajar la tasa de interés de las Leliq y, “con la plata que nos ahorramos” (mis comillas), financiar un aumento de las jubilacion­es.

Pero hagámoslo recordando el rol que juegan las Leliq en el esquema monetario como instrument­o de absorción de pesos (el impacto del stock de Leliq sobre la emisión monetaria futura no es trivial, pero merece otra nota).

Convencer a los bancos de renovar el stock de Leliq se trata, en definitiva, de convencer a los ahorristas de mantener sus depósitos en pesos. ¿Qué pasaría, entonces, si el Banco Central redujera la tasa de interés de las Leliq, digamos en un 30%? Muchos ahorristas pensarán: estas tasas que me ofrece el banco son demasiado bajas; prefiero comprar dólares (o lo que sea). No renovarán sus depósitos a plazo fijo y, por lo tanto, los bancos renovarán menos Leliq.

Entonces, al reducir la tasa de interés, el Banco Central verá que se renuevan menos Leliq y, por lo tanto, deberá entregar los pesos no rela novados a los bancos, que, a su vez, se los darán a sus depositant­es.

¿De dónde saca esos pesos el Banco Central? Los emite, claro. Esto genera un aumento de la cantidad de dinero que, tarde o temprano, generará un aumento del nivel de precios agregados y del precio del dólar.

Siguiendo este argumento, en ese caso no habrá habido ningún “ahorro por pagar menos tasas de interés”. El Banco Central tendrá que emitir pesos para dárselos a los bancos, que luego se los darán a los ahorristas que no quisieron renovar sus plazos fijos (por la consecuent­e baja de tasas).

¿Cómo es posible, entonces, que con este método ahorremos dinero para pagar mejores jubilacion­es? No es posible. La única forma de financiar el aumento de las jubilacion­es por este método es imprimiend­o aún más pesos (más que los que hubo que imprimir para devolverle­s a los ahorristas que no quisieron renovar sus plazos fijos). Y ese aumento adicional de pesos se traducirá en más inflación y en un dólar más caro.

En conclusión, no es cierto que lo que se ahorre por bajar la tasa de interés de las Leliq se pueda usar para aumentar las jubilacion­es. Lo que Alberto Fernández está proponiend­o es usar el viejo y conocido impuesto inflaciona­rio para pagar jubilacion­es. Y ya sabemos cómo termina esa historia.

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