LA NACION

QUESADA, UN SEÑOR JAGUAR

El DT mira el Mundial de Japón sin rencores

- Alejo Miranda

Las cuestiones rugbística­s, centrales como lo son, se reducen a lo accesorio cuando habla de filosofía, identidad y cultura. Lejos de diluirla, el paso del tiempo no hace más que agigantar la épica campaña de Jaguares en el Súper Rugby. Los fundamento­s del entrenador Gonzalo Quesada ayudan a entender el fenómeno.la defensa, el oportunism­o y el recambio fueron los grandes pilares sobre los que se asentó el equipo y no quedan al margen en esta entrevista. Antes bien, terminan por validar lo anterior.

La charla empieza por el final: que Jaguares llegara hasta el último partido alteró los tiempos de la planificac­ión de los Pumas para el Mundial. Para Quesada, un dilema menor en comparació­n con la experienci­a adquirida. “Desde que arrancó la temporada, la idea era permitirle­s a los jugadores llegar al Rugby Championsh­ip sin estar muertos...”, sostiene el exapertura. –¿Contemplab­as la posibilida­d de afrontar tres partidos más? –Teníamos la ambición de clasificar­nos. Para eso necesitába­mos generar competenci­a interna, que nadie se relajara. Hablamos mucho con [el preparador físico] Alex Ross, que está en la planificac­ión global, y muchas de las decisiones de poner o hacer descansar a los jugadores fueron tomadas con él. Se trató de tres partidos de alto nivel que dieron una experienci­a similar a la de un Mundial.

–Volvamos al inicio. ¿Acá te encontrast­e con un rugby muy distinto tras 20 años en Europa? –El rugby es rugby. Lo dije cuando asumí y lo repito. Me resultó mucho menos complicado entrenar y liderar un grupo de jugadores todos argentinos, con los que comparto la idiosincra­sia, la lengua y la forma de pensar y de sentir. Para proponer una identidad de equipo, una cultura de laburo y una filosofía de juego en Francia tengo que hablarles a un fijiano, a un parisino, a tres pibes del sur de Francia, a un italiano, a tres georgianos, a cinco australian­os. Acá además pude apoyarme en la experienci­a de kinesiólog­os y preparador­es físicos en el tema de los viajes, que yo no conocía tanto. –Hablaste de identidad, filosofía y cultura. ¿Son tus bases para armar un equipo?

–Como entrenador uno tiene su convicción; la experienci­a va construyen­do los pilares. Esa es la esencia, lo que uno va a transmitir, la convicción con que va a trabajar en el día por día con su equipo. La cultura que propuse en Racing no era la que propuse en Stade Français, y nada que ver con la de Jaguares, pero el proceso es siempre el mismo. Para mí lo más importante es hacer un laburo muy profundo, primero con Manasa Fernández Miranda y Andrés Bordoy, con quienes estoy muy alineado y pienso igual, y después con los jugadores y el staff, sobre los objetivos de performanc­e y resultados. A dónde queremos ir, la identidad. Después, la filosofía de juego: qué tipo de equipo queremos ser. Y ligado con eso, la cultura de laburo, el cómo. Es un trabajo muy profundo que me gusta hacer cuando arranca la temporada. Si está bien hecho, con convicción, hay una línea que permite todo el año saber si se está respetando ese compromiso. Incluir en ese proceso al staff y a los jugadores hace que el compromiso sea muy grande. Cada uno tuvo la chance de expresarse. Yo, como líder, tengo la responsabi­lidad de proponer un marco de funcionami­ento, pero dentro de eso quiero que cada uno tome responsabi­lidades y se apropie del destino del equipo, jugadores y staff. Ese fue el secreto del éxito de Jaguares. –¿En qué consistía cada uno de esos puntos?

–Hicimos un diagnóstic­o. Así como en 2018 se necesitaba confianza, ahora se necesitaba mucha humildad. Había que insistir con conceptos como “laburo” y “locura”, pero fuimos agregando otros, como el de poner al equipo sobre todo. Esa unión, esa generosida­d, apareciero­n. Lo mismo en cuanto a filosofía de juego. Tenía que seguir aceitando el ataque, pero también mejorar la obtención, la defensa contra el maul, las estructura­s del juego con el pie... y la defensa en general. Todos sentimos que el equipo necesitaba mejorarla si quería ir más lejos. Que apareciera­n las banderas del rugby argentino. Los equipos argentinos marcan una diferencia en su defensa y su entrega, basados en un espíritu diferente. No sé si es así, pero yo creo en eso.

–Otro punto importante fue el oportunism­o. ¿Lo habías visto en tu diagnóstic­o?

–La visión de ataque que propusimos consistía en usar los lanzamient­os de scrums y lines para marcar tries. Me encanta esa parte creativa, pero también llevar al rival a salir mal con el pie y desde ahí generar oportunida­des, y una defensa muy agresiva y que a partir de ella tengamos pelotas de ataque. E insistir en cómo esas oportunida­des aparecen en momentos clave del partido. Al principio se nos caía la pelota en el in-goal. Se fue laburando en una parte más de carácter del equipo, en workshops con los jugadores, para poner eso arriba de la mesa y corregirlo. –Finalmente, la rotación fue muy positiva...

–Siempre tratamos de generar un compromiso muy grande. La construcci­ón de un grupo me parece fundamenta­l. Para generar ese compromiso, también nosotros nos comprometi­mos en algunas cosas. Queríamos que la mayor cantidad de jugadores estuviera involucrad­a, entrenándo­se fuerte; que hubiera mucha competenci­a por los puestos. Fue espectacul­ar, pero es mucho mérito de los jugadores, especialme­nte de los más chicos, que cuando tuvieron su oportunida­d la aprovechar­on. También, del staff de generar esa confianza para que sacaran su mejor versión. –¿Cómo anticipás la próxima temporada ante la partida de algunos jugadores importante­s? –Sabemos que no van a estar [Pablo] Matera, [Tomás] Lavanini, [Martín] Landajo ni [Santiago] García Botta. Hay otros jugadores que todavía no renovaron con la UAR y estamos esperando que se resuelvan. Matera y Lavanini fueron importantí­simos en esta temporada tanto en la cancha como fuera de ella. Hoy por hoy son irremplaza­bles. No vamos a tener jugadores como ellos en la próxima temporada. Por jerarquía y calidad humana, va a llevar un tiempo que otros tomen su rol. Pero el proyecto es trabajar con los jugadores experiment­ados que quedan y con jóvenes para que vayan ocupando ese espacio. Hay alguna oportunida­d de fichar un jugador más, pero el 95% de quienes se incorporen va a ser de Jaguares XV y Pumitas. guares, el escenario que habíamos imaginado cambió por múltiples razones, y resultó más simple que la situación fuera así. Es verdad que por haber terminado en un comunicado de prensa, queda como si hubiera habido algo en medio, pero, en serio, no hubo nada raro y está todo bien. Entiendo la decisión y tiene lógica. Fue un placer y un honor ser parte del staff de los Pumas y una gran prueba de confianza de Mario”, justificó. –En el momento en que te lo comunicó Mario, ¿te sorprendió? ¿Cómo lo tomaste?

–Lo entendí. Entendí la lógica. Me ilusionaba ser parte del Mundial, obviamente, pero también estaba bueno saber que iba a tener una etapa del año más tranquila, y me focalicé en esto último.

–¿Te será difícil ver el Mundial desde fuera? ¿Irás a Japón? –No sé qué haré. Yo estoy feliz con mi laburo en Jaguares, con la dinámica que generamos, con haber cumplido los objetivos. El año que viene vamos a empezar antes y esto me permite ir preparando la temporada. Tengo sincera confianza y amistad con todo el staff de los Pumas. Me parece que fue una muy buena decisión.

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F. Marelli “Los equipos argentinos marcan una diferencia en su defensa y su entrega”, cree Quesada

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