Una creciente hostilidad, eje de la propaganda china
El aparato comunicacional del régimen busca mostrar como responsable a EE.UU. por los problemas internos
PEKÍN.– En los últimos días, un popular presentador de noticias al que siguen millones de chinos manifestó su desprecio por Estados Unidos y lo acusó con palabras soeces de sembrar el caos. Un importante funcionario, por su parte, responsabilizó directamente a Washington por las protestas contra el gobierno que sacuden a Hong Kong.
Esa hostilidad direccionada hacia Estados Unidos y en la voz de altos funcionarios chinos y de medios estatales bajo el control de su todopoderoso departamento de propaganda viene escalando a la par de dos graves problemas que enfrenta China: la ralentización económica, potenciada por la guerra comercial, y la agitación social que parece no tener fin en Hong Kong.
“Es, después de todo, obra de Estados Unidos”, dijo esta semana Hua Chunying, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, en referencia a la conmoción que atraviesa Hong Kong. Al igual que otros funcionarios chinos, Hua no presentó evidencias de la injerencia norteamericana en las protestas y que surgen del malestar de los ciudadanos de Hong Kong por la invasiva influencia de Pekín sobre ese territorio semiautónomo.
Tampoco es la primera vez que China responde a sus problemas domésticos con un ataque frontal hacia el exterior. Hace 30 años, la Casa Blanca fue acusada de fomentar los levantamientos prodemocráticos de la Plaza Tiananmen. Pero tras décadas de cooperación económica, tecnológica y hasta militar, la relación entre China y Estados Unidos atraviesa actualmente un proceso de deterioro cada vez más virulento.
Y ahora, al señalar drásticamente con el dedo a Estados Unidos como el villano, Pekín intenta instalar un renovado discurso antinorteamericano en una opinión pública preocupada por la situación del empleo y que ve a Hong Kong como una isla llena de desagradecidos. Según los analistas, es una jugada deliberada.
“Hong Kong es parte de un guion más amplio, que consiste en culpar de todo a Estados Unidos”, dijo Ho-fung Hung, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Johns Hopkins. “Pekín sabe que el gobierno de Donald Trump es impopular tanto en China como en Estados Unidos, o sea, un chivo expiatorio perfecto”.
Tras la ruptura de las negociaciones, en mayo, y mientras ambos bandos evaluaban los pasos a seguir, China se mostró mayormente respetuosa hacia Estados Unidos. En junio, cuando las protestas en Hong Kong empezaron a repetirse, los medios estatales chinos apenas lo mencionaron.
Pero ahora ambos se calzaron los guantes: esta semana, en su reunión en Shanghai, los negociadores comerciales chinos y norteamericanos no llegaron a nada. Y el jueves, Trump tiró aún más de la cuerda al anunciar que impondría aranceles adicionales del 10% sobre 300.000 millones de dólares en importaciones chinas.
Pekín tampoco parece creer que su disputa con Washington por Huawei tenga fin en lo inmediato. El gigante chino de las telecomunicaciones fue agregado a la lista de amenazas a la seguridad nacional por Trump.
Pero los problemas económicos internos de China se intensifican y ahora los medios estatales describen las protestas en Hong Kong como obra de Estados Unidos y otras “fuerzas foráneas”. Uno de los estallidos antinorteamericanos más notables se produjo la semana pasada, cuando Kang Hui, uno de los presentadores de noticias más famosos de China, fustigó a Estados Unidos al aire, al calificarlo de “potencia hegemónica que patotea y amenaza” a los demás.
“Les gusta revolver mierda. Agitan los problemas porque ansían un mundo en caos”, dijo Kang en el usualmente parco noticiero de la cadena estatal CCTV. El improperio se convirtió de inmediato en la frase más buscada en las redes sociales chinas. El régimen empezó a redoblar su discurso antinorteamericano tras la reunión que mantuvieron el mes pasado en Washington el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el periodista chino Jimmy Lai, editor del Apple Dialy, un diario prodemocrático de Hong Kong. La cancillería china acusó a los altos funcionarios norteamericanos presentes en la reunión de tener “motivos ulteriores”.
En paralelo, varias importantes personalidades chinas han salido a criticar más abiertamente las protestas en Hong Kong, con acusaciones cada vez más directas. Un académico acusó a Estados Unidos de alentar el uso de mujeres embarazadas en la primera línea de las protestas como táctica para confundir a la policía.
Y en los últimos días, los dardos también empezaron a apuntar contra la economía de Estados Unidos.
El miércoles, la vocera de la cancillería dijo que la economía china estaba en mucho mejores condiciones que la norteamericana, tras crecer 6,2% en el segundo trimestre, frente al 2,1% de Estados Unidos. “¿Qué es mejor? ¿6,2 o 2,1? Que cada cual saque sus conclusiones”, dijo. Si bien es cierto que el índice norteamericano se quedó muy corto respecto del objetivo del 3% que se propuso Trump, el crecimiento chino está en un mínimo histórico en 27 años.