Un especialista en falsificaciones y el sueño de tener su casa de papel
Fueron procesados los integrantes de una organización criminal que fabricaba y distribuía billetes
César Foti Suárez ocupaba el rol de organizador y financista. Hugo Parralejo era el encargado del diseño y la producción. Daniel Gómez y Walter Agüero colaboraban en las terminaciones. Y, por último, Marcela Vallejos fue la principal distribuidora de “los papeles” que se fabricaban en la imprenta montada en Pilar. Así funcionaba la banda que falsificaba billetes de $200, $500 y $1000 que fue desbaratada por detectives de la Policía Federal Argentina (PFA) en un operativo denominado La Casa de Papel 3, en clara alusión a la exitosa serie española de Netflix.
Así se desprende de un expediente judicial que se tramita en los tribunales de Comodoro Py. En las últimas horas, el juez federal Sebastián Casanello, a cargo de la investigación, procesó con prisión preventiva a los cincos sospechosos. Parralejo y Foti Suárez fueron considerados organizadores de la asociación ilícita. Al primero también le imputaron el delito de falsificación de moneda y al segundo el de puesta en circulación de moneda falsa.
El clima era un factor clave para la banda. Según se desprende de las escuchas telefónicas incorporadas en el expediente, por momentos tuvieron “problemas de humedad” por los varios días de lluvia que hubo antes de que fueran detenidos. El mal tiempo no solo dañaba el papel, sino que también la maquinaria utilizada. “Se encuentra acreditado con el grado de probabilidad exigido para esta instancia que Parralejo, Foti Suárez, Gómez, Agüero y Vallejos formaban parte de una organización criminal destinada a la confección de moneda nacional apócrifa para su posterior distribución dentro del mercado”, sostuvo Casanello en la resolución en la que procesó a los sospechosos. Todos, en su indagatoria, se negaron a declarar.
Parralejo, de 46 años, es reincidente del delito de falsificación de moneda. Fuentes de la investigación lo definieron como un especialista en la fabricación de billetes truchos. En 2002, había sido sobreseído por el exjuez de Morón, hoy integrante de un Tribunal oral Federal (TOF) de San Martín, Germán Castelli, en una causa por falsificación de moneda. En 2011 fue absuelto por un TOF de Mar del Plata en otra causa por el mismo delito. Además, había otro expediente radicado en los tribunales de Comodoro Py, en Retiro, donde, en 2012, firmó una probation y se comprometió a hacer tareas comunitarias no remuneradas durante 18 meses.
Las causas continuaron y en 2015 el TOF porteño Nº 5 lo condenó a la pena de tres años de prisión en suspenso por el delito de falsificación de moneda. En 2016 el juez federal Casanello lo declaró en rebeldía en una causa iniciada el 12 de septiembre de 2015. Según se desprende del expediente, Parralejo intentó cambiar un falsificado billete de 100 dólares en dos locales de Paseo Alcorta. El magistrado lo procesó por poner en circulación moneda extranjera falsa en concurso con el delito de intento de estafa. El expediente fue elevado a juicio oral y público.
Las investigaciones en su contra no intimidaron a Parralejo, que continuó con la fabricación de billetes. Es más, según la resolución firmada por el juez Casanello, el 17 del mes pasado, día en que los detectives de la División investigación de los Delitos de Falsificación de la PFA allanaron el departamento donde se había instalado la imprenta, el sospechoso fue atrapado en pleno proceso de elaboración. La máquina fue montada en un complejo de departamentos de alquiler en la localidad de Manuel Alberti, en Pilar.
“Parralejo, en el momento de la irrupción policial, se encontraba en plena impresión de billetes. En una de las habitaciones había armado una imprenta clandestina de billetes de moneda nacional, donde se observaron diversos elementos e insumos utilizados para impresión”, sostuvo Casanello.
Parralejo solo usaba su teléfono celular para comunicarse vía Whatsapps con un familiar. Para comunicarse con sus supuestos “socios” de la empresa criminal utilizaba aparatos móviles de otras personas. Cuando intervinieron las líneas telefónicas de los sospechosos, los investigadores advirtieron que Foti Suárez, de nacionalidad colombiana, se comunicaba varias veces con una mujer que le solicitaba a diario billetes. Poco después se determinó que la interlocutora del sospechoso era Vallejos. En sus conversaciones, intervenidas por orden judicial, los sospechosos hablaban de “comenzar con los grandotes”, en referencia a los billetes de $1000, que fueron secuestrados.