LA NACION

Podoroska, medalla de oro en tenis

Radicada en Europa para estar cerca del circuito más importante, la tenista argentina conquistó el título con dos remontadas notables ante la estadounid­ense Dolehide, un triunfo que le podrá acercar sponsors para desarrolla­rse

- Gastón Saiz

LIMA.– Olfateó miedo del otro lado de la red y no dudó. Encendida por su fuego interior, Nadia Podoroska completó una remontada genial ante la norteameri­cana Caroline Dolehide y le dio a la Argentina la medalla dorada menos imaginada en el tenis de los Juegos Panamerica­nos. Los candidatos en este deporte eran Facundo Bagnis o Guido Andreozzi, pero al final fue esta rosarina de corazón y mentalidad de hierro quien se llevó la recompensa dorada, la Nº 12 para nuestro país en el medallero general.

La épica de Podoroska alumbró a partir de sus dos remontadas 0-4, tanto en el tercer set como en el tie break definitori­o, para imponerse por 2-6, 6-3 y 7-6 (7-4). Quizás estos números represente­n una metáfora, porque en su carrera le sucede lo mismo: se siente contra las cuerdas en lo económico en el intento de salir adelante y desarrolla­rse como profesiona­l. Ahora, el metal que se colgó en el podio le abre una nueva esperanza y puede cambiarle la ecuación: llegada de auspiciant­es, más dinero, más margen de maniobra para que su cabeza no quede atrapada en el court con preocupaci­ones extratenís­ticas.

“Ojalá que gracias a esto pueda conseguir sponsors, la verdad es que estoy en una situación muy delicada. Me fui a vivir a Alicante, en España, porque estando allá gastás menos y podés viajar más fácil a torneos. Estaré un año sin volver a la Argentina y es una cosa que muy pocas chicas pueden aguantar. Por eso hay pocas chicas que llegan a un gran nivel”, revela Podoroska, de 22 años, abuelos ucranianos y seguidora del tenis de Guillermo Cañas cuando era una nena. Ahora, le cautiva el juego y la plasticida­d de Novak Djokovic. “Esta medalla de oro significa muchísimo, sobre todo para ganar confianza y jugar a este nivel en el circuito”, apunta.

Podoroska, uno de los mejores proyectos del tenis femenino de la Argentina en los últimos años, también padeció lesiones que frustraron su campaña. La buena noticia es que desde hace tiempo compite sin molestias y pudo demostrarl­o en las canchas de polvo de ladrillo del Club Lawn Tennis de Lima. Actualment­e es entrenada por Emiliano Redondi y Juampi Guzmán, que al margen del día a día también observan en el horizonte la posibilida­d de que su pupila forme parte de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Uno de los requisitos que deberá cumplir para actuar en Japón será permanecer entre las 300 mejores del ranking de la WTA el 8 de junio del año próximo, luego de Roland Garros. Hoy es 287º y estaría cumpliendo con la exigencia.

Cuando piensa en los cinco anillos, el rostro habitualme­nte pálido de Podoroska se ilumina: “Manteniend­o el nivel que tengo, debería superar mi actual ranking ampliament­e. Tengo que concentrar­me en seguir trabajando de la manera en la que lo vengo haciendo. Ese no tendría que ser un problema”, comenta, y transmite sus emociones: “Me ilusiona muchísimo estar en unos Juegos Olímpicos. Desde muy chica es un sueño para cualquier niño y deportista. Es una experienci­a que muy pocos pueden vivir, así que estoy emocionada”.

Con 14 años y nueve meses, se había convertido en una de las argentinas de menor edad en conseguir puntos en el WTA Tour, por detrás de Gaby Sabatini (14 años y cinco meses) y Gisela Dulko (14 años y siete meses). Después de esa espuma, de esa fuente de expectativ­as que se generó en su entorno y en el tenis argentino en general, empezó a sentir el rigor del circuito, esa presión semana tras semana que obliga a rendir en la cancha y a generar dinero para subsistir y consolidar un nombre en el circuito. Luego llegaron lesiones, algún problema personal y el ahogo de un presupuest­o que no cerraba. Así, de a poco, su nombre se fue diluyendo en ese espacio reservado para las ilusiones del deporte argentino.

Por fin, su proeza en Lima asoma como un revulsivo. Mercedes Paz, que fue la capitana del equipo femenino en los Panamerica­nos, señala: “A Nadia, este triunfo le sirve para soñar que se puede; estoy convencida de que arranca una nueva etapa en su trayectori­a. Por la tranquilid­ad económica que tendrá a partir de acá para hacer su carrera como correspond­e y por lo tenístico, porque se dio cuenta de que puede estar más metida dentro de una camada mucho más importante que su ranking actual”.

Para que la rosarina se sienta un poco mejor armada desde el vamos, no son para despreciar los 200.000 pesos como premio que recibirá por este oro, uno de los que segurament­e no estaban en las previsione­s del COA. Aunque, lógicament­e, es una cifra insuficien­te para un circuito donde manda el dólar. “Muchas veces se cree que el tenis es un deporte rico, pero son realidades distintas: si jugás challenger­s apenas te alcanza para subsistir. Entonces, esta medalla ayudará a Nadia para encontrar sponsors privados”, apunta la tucumana Paz, que en los drives y reveses de la rosarina empieza a ver un efecto dominó para el postergado crecimient­o de las tenistas de nuestro país.

 ?? Iván alvarado / reuters ?? La celebració­n, el alivio de la tensión de un partido durísimo y la perspectiv­a que se le abre a Nadia para que su campaña cobre otro impulso
Iván alvarado / reuters La celebració­n, el alivio de la tensión de un partido durísimo y la perspectiv­a que se le abre a Nadia para que su campaña cobre otro impulso

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