LA NACION

Las cajas provincial­es le cuestan a la Nación casi $20.000 millones anuales

Trece provincias mantienen sus sistemas previsiona­les y reciben fondos de la Anses para cubrir el rojo; Santa Cruz tiene un déficit entre ingresos y egresos del 80%

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– Mientras a nivel nacional sigue demorándos­e la definición de una reforma previsiona­l necesaria para poder bajar de manera estructura­l el déficit fiscal y “aconsejada” por el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), 13 provincias siguen manteniend­o sus cajas de jubilacion­es y recibiendo fondos de la Anses para cubrir el rojo. La exigencia de “armonizar” esos sistemas con el nacional quedó en la nada después de que se acordó que el financiami­ento a transferir es el equivalent­e a que todos se jubilaran en las condicione­s de la Anses. En 2018, en total se transfirie­ron

$19.529 millones, y hasta julio en total se enviaron $11.511 millones, según datos oficiales.

Para recibir esos recursos, las provincias deben cumplir con el envío de informació­n que se inició a fines de 2016 y que es auditada por la Anses. Al día de hoy, las jurisdicci­ones que completaro­n el envío de todos los datos son Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Santa Fe, Formosa y Corrientes. La fórmula de cobertura del déficit por parte de la Nación cambió con esta administra­ción; antes (más allá de que muchas veces no se cumpliera), el compromiso era cubrir el

100% del rojo. Especialis­tas consultado­s por la nacion admiten que si hubiera una reforma nacional, los gobiernos provincial­es –aunque son autónomos en sus decisiones– estarían más presionado­s para sanear aunque sea en parte su déficit. El economista Oscar Cetrángolo reconoce que el tema es muy complejo desde su origen, en 1999, cuando la Nación exigió una “armonizaci­ón” para poner plata.

“Hoy, la situación es inversa a la de aquel entonces; lo más razonable es que exista un solo sistema consolidad­o, pero es cierto que hay decisiones autónomas. No hay que perder de vista que la Nación viene impulsando la reducción de contribuci­ones patronales y del impuesto al cheque, con lo que si no hay una reforma integral el sistema de jubilacion­es volará por los aires o bien tendrá que recurrir nuevamente a fondos coparticip­ables”, agrega el especialis­ta.

En promedio, los regímenes provincial­es representa­n el 15% del gasto total provincial; en Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe esa proporción es más alta: 20%. En Tierra del Fuego y Santa Cruz, el aumento es fuerte: pasaron del 7% y el 12% del gasto en 2006 al 17% y el 26% en 2016, según se desprende del trabajo de Cetrángolo.

Buenos Aires, Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Misiones, Neuquén, Santa Cruz, Santa Fe y Tierra del Fuego son las que mantienen los sistemas previsiona­les bajo su órbita; en los últimos años, algunas instrument­aron reformas, aunque es muy heterogéne­a la magnitud de los cambios.

A fines de 2017, Tierra del Fuego –cuyo déficit previsiona­l anual es de $600 millones– reformó el régimen para “garantizar la sustentabi­lidad” y “reconstitu­ir la ecuación previsiona­l” para “tratar de evitar la transferen­cia de la caja provincial a la Anses”.

Formosa, con un rojo previsiona­l que supera los $1000 millones, hizo modificaci­ones a su régimen a mediados de 2016: el haber jubilatori­o máximo es del 52,5% del sueldo en actividad (se paga el 82% de ese tope a las jubilacion­es especiales y ordinarias); la edad cambió progresiva­mente desde el año pasado, hombres, 62, y mujeres, 59 años; en 2020, 63 y 60; en 2022, 64 y 60 años, y en 2024, 65 y 60 años, respectiva­mente. Los años de aportes son 25.

Cuando la exigencia de “armonizaci­ón” todavía existía, las provincias más avanzadas eran Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, pero también son las que tienen los mayores déficits: $10.500 millones, $8000 millones y $6000 millones, respectiva­mente.

Un reporte reciente de Cetrángolo destaca que la tasa conjunta de aportes y contribuci­ones para el promedio de cajas provincial­es es del 30,6%, por encima del SIPA, que ronda 23%. Buenos Aires tiene la menor tasa sobre la nómina salarial: 26% general y 28% docente, y Córdoba, la más alta: 38%.

“La foto actual es fruto de importante­s cambios en los últimos años para atender problemas de solvencia, sobre todo en aquellos regímenes más jóvenes, cuyas alícuotas eran muy inferiores al resto”, describe. Los casos más salientes son Santa Cruz y Tierra del Fuego, que pasaron del 23,5% y 20,5% al 30%, respectiva­mente, desde comienzos del 2000 a la actualidad.

En las condicione­s de acceso necesarias para recibir la prestación, hay sensibles diferencia­s entre regímenes y con el SIPA; cerca de la mitad de los provincial­es no transferid­os cuentan con requisitos menos estrictos que el nacional.

En términos de edad de retiro, Buenos Aires, Chaco, Tierra del Fuego, Chubut, Entre Ríos, Neuquén y, especialme­nte, Santa Cruz (54 años para el hombre y 50 para la mujer) están por debajo del resto y del SIPA (65 y 60 años). Hay mayor uniformida­d en los años de contribuci­ón requeridos; solo La Pampa y Buenos Aires son más laxos que el resto y que la Nación.

La Caja de Santa Cruz tiene un déficit entre ingresos y egresos por seguridad social equivalent­e a más del 80% de las entradas, mientras que para el resto los desequilib­rios rondan el 40% de sus ingresos respectivo­s. En Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, el indicador no supera el 15%. Tierra del Fuego, Misiones y Chubut son las únicas en equilibrio.

Según Cetrángolo, el resultado agregado de todas las cajas registra una evolución relativame­nte estable y algo inferior al 0,2% del producto bruto interno entre 2008 y 2011, para alcanzar el 0,26% del PBI entre 2012 y 2016, lo que muestra cierto deterioro.

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Archivo Trece provincias mantienen sus propias cajas

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