Decisiones pensadas y otras a los ponchazos
Decisiones. El fútbol está lleno de decisiones. Algunas son trascendentales. Otras pasan inadvertidas, aunque también tienen un gran efecto dentro de los clubes. Nada tan efectivo como apretar un botón. Una vez Marcelo Gallardo apostó por Matías Suárez, atacante de Belgrano, club que peleaba por la permanencia, que, a los 31 años, tenía la gran oportunidad de su carrera. Esa transferencia, más algunos buenos partidos en Núñez, le valieron la convocatoria al seleccionado argentino. Si hasta jugó la Copa América de Brasil.
Suárez fue protagonista de los últimos partidos de River. Para bien y para mal. El delantero cordobés pateó un penal a las nubes en el encuentro ante Cruzeiro, por la Copa Libertadores, que puso en duda hasta último momento la clasificación de los millonarios a los cuartos de final. En la revancha, los dirigidos por Gallardo se clasificaron en la definición por penales tras el 0-0 en el tiempo regular. Suárez debe haber respirado aliviado. Y anoche el delantero fue la figura de River, con dos goles que enderezaron al conjunto dirigido por Gallardo en el comienzo de la Superliga. ¿Fórmulas mágicas? Nada de eso.
Respaldo. Decisiones. Son aquellas posiciones que marcan la diferencia. River no tenía plata para gastar en el mercado de pases que acaba de terminar. Gallardo le apuntó a un nombre: el chileno Paulo Díaz, que tras arduas negociaciones terminó poniéndose la camiseta blanca y roja. Los millonarios cuidaron la economía –otro punto para más adelante será analizar por qué llegaron a una situación tan delicada– y apenas hicieron un retoque en el plantel. Da la impresión de que les irá bien. Por el perfil del futbolista, pero, mucho más, del que tomó la determinación.
River jugó contra Lanús, club aquejado por el promedio y por el balance. Y los granates no tuvieron mejor idea que poner a Carlos Auzqui como titular. El delantero, flamante refuerzo, llegó a prestámo justamente desde River. Y por incluirlo debieron pagar poco menos de medio millón de pesos. Auzqui jugó cerca de una hora y apenas tocó un par de pelotas. Pedro de la Vega, joya del club, de 18 años, jugó 22 minutos. El colombiano José Luis Sinisterra, de 21, actuó en la reserva. El verdadero patrimonio de Lanús está en juego y, lamentablemente, en duda. El DT Luis Zubeldía y el presidente Nicolás Russo, más ocupado por estas horas en la política nacional, se dieron un lujo demasiado caro para las necesidades de un club que, poco a poco, empieza a sumergirse en una zona desconocida. El fútbol está lleno de decisiones importantes, aunque algunas se tomen a la ligera.