LA NACION

A la medida de Boca

Fue uno de los más pedidos por el DT y su pase costó 7 millones de euros; aunque fue eclipsado por De Rossi, se adaptó rápido al mundo xenieze

- Franco Tossi

Eduardo Salvio ya le responde a Alfaro: anotó dos goles en apenas 117 minutos

Está claro que la contrataci­ón de Daniele de Rossi se llevó todos los flashes en Boca. La revolución que generó su histórica llegada aún sigue expandiénd­ose y se mantiene expectante y ansiosa del debut pensado para dentro de 12 días, cuando reciban a Aldosivi por la Superliga. Tanto que en medio de aquella locura hubo alguien que arribó a la Ribera, pero pasó más inadvertid­o: no hubo un grupo de hinchas esperando su aterrizaje en Ezeiza, no se habló demasiado de sus primeras prácticas, no se le realizó una presentaci­ón formal tan grande e individual ante la prensa ni tampoco abundaron los pedidos de selfies por la Bombonera o las calles de Buenos Aires. Y, por el esfuerzo económico que hizo el club para tenerlo en sus filas, también, quizás, ameritaba algo parecido. Pero, a veces, en el fútbol, el silencio vence al ruido. Y si bien esta historia recién da sus primeros pasos, eso es lo que está logrando Eduardo Salvio, el costoso refuerzo que empieza a darle soluciones importante­s a Gustavo Alfaro.

Quizás, el propio italiano haya sido una ayuda para el Toto. Claramente, eso solo lo sabe el propio jugador, su mentalidad. Pero no deja de ser una posibilida­d. ¿Por qué? Invertir cerca de 7 millones de euros por alguien, en Boca significa estar bajo la lupa y ser exigido permanente­mente. Sobre todo con el cartel que Jorge Sampaoli le permitió colgarse hace un año: ser mundialist­a en Rusia 2018 con el selecciona­do argentino. Todos indicios de que, evidenteme­nte, su paso por Europa (nueve años entre Atlético Madrid, de España, y Benfica, de Portugal) lo potenció y transformó en un futbolista de jerarquía y calidad. Todo aquello es sinónimo de presión, de cumplir altas expectativ­as. Aspectos de los que hasta acá no se habló en referencia al futbolista nacido en Avellaneda hace 29 años.

Incluso, hasta su madre llamó más la atención y generó un mayor revuelo entre los fanáticos boquenses: Justina López, conocida como la Tota Salvio, se ganó el cariño de todo el ambiente azul y oro por su amor por Boca y por haberle insistido a su hijo (también hincha) para que le cumpliera el sueño de verlo con la camiseta que toda la familia ama. Cuestiones que no son decisivas en lo que produzca dentro de la cancha, pero que sí pueden estar influyendo a su favor: el centro de la escena nunca fue él. Y aún no cumplió siquiera dos compromiso­s completos y ahora sí está dando que hablar por sus grandes aparicione­s. Al menos por lo que se vio en los pocos minutos que jugó, está a la altura y le saca sonrisas a muchos. “Estoy contento con mi adaptación, pero hay que ir día a día y partido a partido. Las cosas están saliendo bien, pero no hay que conformars­e, hay que ir por más. El objetivo es hacer una buena temporada, no solo unos buenos primeros partidos”, analizó el exLanús desde Paraná.

El domingo, en la ciudad entrerrian­a, jugó su primer encuentro como titular sobre el sector derecho de la línea de cuatro volantes: la posición que Alfaro le tiene reservada en su equipo ideal. Salvio vino a ser titular, pero definitiva­mente ya se ganó el puesto y empezó a justificar cada fajo de dólares puesto por él. Ante Patronato le alcanzaron solo cinco minutos para anotarse ante la red en el buen triunfo 2-0, en la Bombonera: fue punzante al espacio, controló el gran pase de Frank Fabra, definió fuerte sobre el arquero Ibáñez y empujó el rebote lanzándose de palomita. Fue su segundo grito con la camiseta de Boca: cuatro días antes había cerrado como local la clasificac­ión a los cuartos de final de la Copa Libertador­es ante Athletico Paranaense, con un zurdazo al primer palo sobre el final de un partido en el que ingresó en la segunda etapa. Algo similar estuvo cerca de protagoniz­ar en su estreno oficial ante Huracán hace más de una semana. Aquella noche entró en el segundo tiempo y, a puro desbordes, le cedió rápido el gol a Carlos Tevez, que no pudo vencer la valla del Globo.

Todo eso lo demostró en tan solo 117 minutos de acción. Pero, claro, no solo hay que referirse a esas jugadas puntuales y exitosas. Porque otra de las cosas interesant­es que le mostró a Alfaro y a los hinchas es su inteligenc­ia táctica para moverse. Es un todoterren­o sobre la franja derecha (en su carrera ha jugado de extremo, volante, carrilero y lateral), pero también tiene la sabiduría para cerrarse y asociarse: así no solo le crea una opción adicional de pase a los generadore­s de juego sino que le hace más amplio el espacio a la función ofensiva del lateral derecho. De hecho, esa especie de desorden intenciona­l fue muy saludable para el estado futbolísti­co de Boca ante el Patrón: con poco trabajo juntos, armó una gran sociedad con Tevez, que hizo muy fluido al equipo durante un largo rato. La jerarquía de Salvio invita a ilusionars­e.

“no tengo dudas de que nos dará las soluciones que buscamos. Porque no tengo que explicarle nada: pica al espacio cuando tiene que picar, tira la diagonal cuando tiene que tirarla. Tiene esa capacidad de resolución propia de su jerarquía”, lo elogió el entrenador de Boca al describirl­o tras su debut. Su aporte y mecánica no varía mucho con respecto a lo que le brindó nahitan nandez en la serie ante Paranaense, por más que tienen caracterís­ticas distintas: con la aparición por derecha de ellos dos, Alfaro encontró en el amanecer de este semestre mucho de lo que pretende moldear para su Boca ideal. Y con el uruguayo lejos de la institució­n (fue transferid­o a Cagliari, de Italia), el dueño absoluto del puesto es el Toto. El que llegó en silencio, el que quiere hacer feliz a su mamá y el que desea triunfar con el club que ama. Pero, sobre todo, el que ya le saca sonrisas a Alfaro y los hinchas.

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 ?? Fotobaires ?? Eduardo Salvio, de palomita al gol; así convirtió ante Patronato, por la Superliga, en la noche del domingo; le dio resultados inmediatos al técnico
Fotobaires Eduardo Salvio, de palomita al gol; así convirtió ante Patronato, por la Superliga, en la noche del domingo; le dio resultados inmediatos al técnico

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