LA NACION

La guerra comercial entró en una nueva fase más peligrosa para el mundo

disputa. Los últimos movimiento­s de China y EE.UU. sugieren que la escalada será aún mayor y que se está muy lejos de un acuerdo

- Rafael Mathus Ruiz COrrESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– Durante meses, la economía global se movió bajo un paraguas: Estados Unidos y China llegarían pronto a un acuerdo, más allá de los tironeos inherentes –amenazas, tires y aflojes, aranceles, sanciones, tuits incendiari­os– a la compleja negociació­n entre dos potencias rivales. Ese escenario cambió. Las últimas movidas de Washington y Pekín sugieren que la guerra comercial ingresó en una nueva fase, el ansiado acuerdo quedó más lejos y el daño a la economía global puede ser mayor.

La decisión de Pekín de devaluar el yuan y la respuesta de Washington de designar a China “manipulado­r de monedas” arraigaron el temor a una escalada mayor en el conflicto. China adoptó una posición más dura y Trump, que se autodefine como un “hombre de aranceles”, amenazó con ampliar su política proteccion­ista.

Ayer, un editorial del People’s Daily, el diario oficial del Partido Comunista, acusó a Estados Unidos de “destruir deliberada­mente el orden internacio­nal”. El Banco Central de China rechazó las acusacione­s de Washington sobre la manipulaci­ón del yuan, dijo que dañaban “gravemente el orden financiero internacio­nal” y provocaban “caos en los mercados financiero­s”, a la vez que negó que use el tipo de cambio para lidiar con el impacto de la guerra comercial.

Desafiante, Trump tuiteó que “cantidades masivas de dinero” estaban llegando a Estados Unidos desde China, al igual que empresas. Prometió proteger a los granjeros, afectados por la puja, y afirmó: “Estamos en una posición muy fuerte”.

Los mercados se tomaron ayer un respiro, pero en Estados Unidos las advertenci­as cobraron un tono más alarmista. Larry Summers, secretario del Tesoro de Bill Clinton, dijo que era “el momento más peligroso desde la crisis financiera”. Hank Paulson, que tuvo el mismo cargo durante la presidenci­a de George W. Bush, afirmó que los aranceles “están comenzando a morder el crecimient­o económico y la prosperida­d de Estados Unidos”.

El principal temor que circuló en informes en Wall Street es que Trump decida cubrir todas las importacio­nes de China con su arancel del 25%, que ya aplicó a compras por unos250.000millone­sdedólares.Un informe del banco de inversión J.P. Morgan advirtió que, tras designar a China “manipulado­r de monedas”, el gobierno de Trump podría considerar la devaluació­n un “subsidio ilegal”, un argumento que podría utilizar para ampliar los aranceles. Las últimas movidas, señaló, aumentan la dificultad de llegar a un acuerdo y erosionan “aún más la frágil confianza” entre ambas potencias.

Un análisis de XP Investment­s indicó que un arancel del 25% a todas las compras chinas pondría a la economía global “de rodillas”, pero relativizó ese escenario al indicar que Trump necesita sostener la pujanza de la economía estadounid­ense para conseguir su reelección, el año próximo. “Los chinos no tienen mucho que perder. Xi Jinping no tiene que ganar una elección, Donald Trump, sí. Si fuera a hacer la apuesta, Estados Unidos es el primero que trata de bajar la tensión y la virulencia. Es una imposibili­dad que Trump gane la elección de 2020 con un escenario de recesión y los mercados con este nivel de volatilida­d”, indicó Alberto Bernal, analista de XP Investment­s.

Un informe del banco de inversión UBS, titulado “La disputa comercial EE.UU.-China se intensific­a”, ofreció tres escenarios posibles. En el primero, la nueva tarifa del 10% anunciada por Trump entra en vigor y China responde con trabas paraarance­larias o más restriccio­nes a las compras de productos agrícolas, una medida que socavaría aún más el respaldo a Trump en las zonas rurales. El segundo escenario es una nueva tregua. El tercero, el peor, es el arancel del 25 por ciento a todas las compras chinas. “En este escenario, vemos una probabilid­ad significat­iva de una recesión en Estados Unidos y un crecimient­o en China cayendo por debajo del 6%”, advierte el informe.

UBS hizo el mismo análisis que XP Investment­s: “Consideram­os improbable una medida para imponer un arancel del 25% a toda la gama de importacio­nes chinas, ya que Trump puede calcular que esto aumentaría significat­ivamente el riesgo de una desacelera­ción significat­iva de Estados Unidos, lo que podría impedir sus posibilida­des de reelección el próximo año”.

Diego Ferro, inversor argentino en Nueva York, dijo que es imposible predecir hacia dónde irá la puja, pero ofreció un cauto optimismo: “Están los dos países tomando posición para negociar. Hay riesgo de guerra comercial, pero ninguno de los dos la quiere. La reacción de los mercados es lógica, pero un poco exagerada, ya que todavía hay tiempo”, afirmó. “Están negociando”, cerró.

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Aly song/reuters Contenedor­es en el puerto de Shanghai

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