Fondo de inversión
Llama la atención las dificultades del país para obtener fondos frescos y las altas tasas que debe pagar mientras distintos economistas señalan que los argentinos poseemos en el exterior o en los colchones alrededor de 350.000 millones de dólares. Parecería adecuado que cualquier gobierno que surja el próximo 10 de diciembre promueva una ley por la que se cree mediante incentivos y castigos un gran fondo de inversión que atraiga, al menos, parte de esos capitales para ser prestados a tasas iguales o inferiores a las del FMI para el desarrollo de obras de infraestructura, promoción de exportaciones y créditos blandos para la industria, el campo y el comercio. Dicho fondo debería constituirse en el exterior y no estar su manejo al alcance del Ejecutivo ni del Congreso, tanto para garantizar su intangibilidad como su uso fuera de los objetivos designados. Su administración podría correr por cuenta de algún banco u organismo internacional,
y su auditoría en manos de expertos argentinos y externos que representen a los aportantes. Los incentivos deberían ser exenciones de los impuestos a la renta financiera y al patrimonio por una determinada cantidad de años, y los castigos un aumento de las alícuotas de esos tributos a quienes no contribuyan en absoluto. El fondo aliviaría al Gobierno al no demandar financiamiento externo y poder cumplir con sus obligaciones ya contraídas. También, que el sacrificio fiscal que se realice se vería compensado en el tiempo por la mayor recaudación que derivaría del crecimiento de la economía. Respecto de su uso en obras públicas, sería conveniente que los presupuestos contemplen de entrada la posible incidencia de mayores costos, lo que contribuiría también a ir frenando la inflación y evitar la corrupción. Desde ya espero todo tipo de descalificaciones a esta propuesta, derivadas fundamentalmente de la historia de incumplimientos y confiscaciones de nuestro país, pero me parece inmoral que con tanto dinero de argentinos dentro y fuera del país vayamos a llorar y a mendigar por préstamos al mercado internacional. Creo en esa frase que dice: “Ayúdate y te ayudarán”.
Carlos Alberto Correch
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