LA NACION

Liderazgo inesperado. Las lecciones de management de Toy Story/3

Los personajes de la película animada se asemejan a personas con las que cualquiera puede cruzarse en el ámbito laboral

- Andrés Hatum y Eugenio Marchiori Los autores son profesores de la Escuela de Negocios de la UTDT

La tormenta arrecia. Llueve de manera torrencial y los relámpagos iluminan la calle. En este momento, los juguetes advierten que uno de sus compañeros –un pequeño auto a pilas– se encuentra atrapado en una alcantaril­la y es arrastrado por el agua y por las hojas hacia el desagüe. A pesar de que lucha de manera denodada por escapar, el torrente lo vence. El momento es dramático. De inmediato, Woody (un cowboy de trapo) organiza al equipo mientras –corriendo el riesgo de ser descubiert­o por los humanos– se dirige a la ventana desde la que se puede observar la escena. Con la ayuda de Bo Peep (una pastorcita de porcelana), sube a una mesa y da instruccio­nes. Unas ovejas arman un trampolín con un libro mientras las Barbies se preparan a saltar sobre uno de los extremos para catapultar a Jessie (una cowgirl también de trapo), quien debe destrabar la ventana. Otro grupo consigue una linterna y alumbra al pequeño auto. Sin dudarlo, Woody se aferra a Slinky (un perro salchicha con cuerpo de resorte) y se lanza desde el primer piso. No sin esfuerzo el equipo consigue rescatar al autito. ●

La primera escena de Toy Story 4 es una lección de liderazgo y de trabajo en equipo durante una situación de crisis. Comandados por Woody, cada uno de los juguetes aporta sus capacidade­s para atravesar el momento y cumplir con el objetivo de rescatar a su compañero. Todos trabajan de manera ordenada siguiendo las instruccio­nes del cowboy, que toma riesgos y asume la tarea más peligrosa. Además, se destaca la confianza que los miembros del equipo se tienen. La comunicaci­ón y la coordinaci­ón entre ellos deben ser impecables, ya que no hay tiempo para dudas ni errores. Los juguetes de Andy son un auténtico ejemplo de equipo de alto rendimient­o.

Cada uno de los personajes de la película conforma un arquetipo de las cualidades que deberían poseer los miembros de un equipo. Veamos algunos ejemplos.

● Woody, el líder íntegro

Woody es un ser especial. Gracias a su valor, su lealtad, su entusiasmo, su capacidad de comunicaci­ón y su ejemplo, se transforma en el referente y en el líder natural de los juguetes. Todos recurren a él cada vez que necesitan orientació­n. Su misión en el mundo es proteger a sus “niños” –primero a Andy y luego Bonnie– sin descuidar a sus amigos. Tiene un estilo transparen­te y directo; todos los que lo conocen saben lo que está pensando y nunca remite a sí mismo. Su capacidad empática lo lleva al extremo de “donarle uno de sus órganos” (la caja de voz) a Gabby Gabby, “la mala de la película”. A pesar de su sensibilid­ad, Woody es realista y pragmático, y no deja de recordarle­s a sus compañeros que son juguetes.

Bo Peep, la mujer empoderada

Bo es una mujer de carácter. Cuando es abandonada por su dueña en una tienda de antigüedad­es, lejos de lamentarse, es capaz de rearmar su vida. En el parque de diversione­s, se encuentra con otros juguetes y se transforma en su líder. No necesita tener su “niña” porque disfruta del parque y de los niños que asisten a este. Es sumamente creativa: camufla un auto con una piel de zorrino para asustar a la gente y pasar inadvertid­a. El coraje es otra de sus cualidades y ayuda a Woody a enfrentars­e con los muñecos que se han apropiado de Forky –uno de los nuevos protagonis­tas de la serie–, el juguete preferido de Bonnie.

A diferencia de Woody, Bo Peep tiene sus propios valores e intereses, que están por encima de los institucio­nales. Suelen existir líderes como ella en las organizaci­ones y se puede aprender mucho de ellos, aunque hay que tener en cuenta que para crecer van a seguir su propio rumbo. ● Buzz Lightyear, el líder listo para entrar en acción Buzz (un astronauta intergalác­tico) es el segundo de Woody. Se caracteriz­a por un optimismo inigualabl­e. Su frase “¡Al infinito y más allá!” es la marca registrada de la saga. Está siempre listo para apoyar a Woody cuando lo necesita, ya que no olvida que él le salvó la vida más de una vez. Aunque no elige ser líder, asume el rol con autoridad cada vez que las circunstan­cias lo requieren. Para Buzz, lo importante es mantenerse unidos.

● gabby gabby, la antilíder egoísta y resentida

Gabby Gabby (una muñeca de la década de 1950) es egoísta por naturaleza. Su caja de voz está descompues­ta, razón por la cual fue abandonada en una casa de antigüedad­es 60 años antes. Su desperfect­o la hace sentir en inferiorid­ad de condicione­s para que le presten atención.

La frustració­n, el peor enemigo

Tal como lo demuestran los personajes de Gabby Gabby y Duke Caboom, la frustració­n puede ser una gran traba para el desarrollo profesiona­l. En este sentido, la película propone como remedio el trabajo en equipo o la capacidad de reinvenció­n de la mano de Forky, el tenedor de plástico descartabl­e que pasa de ser casi basura a un juguete valorado. Lidera a un grupo de muñecos de ventrílocu­o que asustan a los que se atreven a enfrentarl­os. Mantiene cautivo a Forky para obligar a Woody a entregar su caja de voz, aunque él lo hubiera hecho por piedad. Gabby posee las condicione­s para ser una gran líder, pero las emplea para beneficio propio.

● Duke Caboom, la frustració­n como traba profesiona­l

Duke es un motociclis­ta acróbata. Con sus habilidade­s y su moto debería ser capaz de hacer piruetas increíbles. A pesar de haberlo intentado infinidad de veces, nunca consiguió lograr las hazañas que imaginó. Por eso, Duke también termina en el anticuario. reincidir en la situación aumenta la frustració­n y torna más difícil aún lograr nuestros objetivos. Algo así le sucede a este juguete hasta que, por fin, consigue hacer sus saltos gracias al aliento de sus compañeros que lo impulsan a lograrlo.

● Forky, la identidad profesiona­l

Forky cambia su rol según el contexto en el que se desenvuelv­e. El nuevo protagonis­ta se convierte de un tenedor de plástico descartabl­e a un juguete valorado por Bonnie. Forky nos muestra que siempre hay tiempo para cambiar en el mercado profesiona­l. Hay que saber reinventar­se y no encasillar­se en un mismo personaje.

Toy Story es una suma de lecciones de liderazgo y de trabajo en equipo, un film para chicos que quieren divertirse y grandes que pueden aprender lecciones para la vida corporativ­a.

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Esta nueva entrega sumó personajes

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