Unas 6000 personas vibraron en el Luna Park; el inicio con Nito, un hit
Como viene haciendo en sus shows anteriores, el músico hizo un racconto de casi toda su vida en un clima de festejo y con un estadio a pleno; Nito Mestre y Aznar, dos invitados de lujo
“Instituciones” vuelve a sonar en su versión eléctrica y distorsionada como en aquella despedida de Sui Generis. Charly García y Nito Mestre están en el mismo lugar y no pueden evitar la mirada cómplice. Charly puntea la guitarra eléctrica que tiene sobre la falda. Nito Mestre evoca el falsete de la juventud con esfuerzo. La versión tan poderosa como distorsionada y la letra se enclava en el presente por su propio peso.
Es el comienzo de la actuación de Charly García, anoche, en un estadio Luna Park colmado, a siete años de su última actuación en ese escenario y a casi cuarenta y cuatro de su debut, con Nito Mestre, para Adiós Sui Generis.
Más adelante, clásicos como “De mí” y “Parte de la religión” se alternan con temas de su último disco en estudio Random como “La máquina de ser feliz” y “Lluvia”. Pasa de piezas más feroces, como “Otro”, de Kill Gill, a melodías directas y roncaroleras, como “El aguante”.
El concierto alcanza su clímax con los himnos: “Yendo de la cama al living”, “Cerca de la revolución”, “Rezo por vos” y “Demoliendo hoteles”. La banda suena realmente conectada y Charly comanda los tiempos desde los teclados. El show se convierte en un karaoke colectivo cuando repite la frase “Nos siguen pegando abajo”. Cada frase de Charly vuelve a cobrar actualidad.
A la hora de concierto dice el primer “chau, gracias”. El telón se cierra. La banda sigue tocando de fondo. Parece el final, pero Charly vuelve y trae a Pedro Aznar de invitado. Juntos hacen “No llores por mí Argentina”.
Lo que surgió el 25 de julio vía Twitter como un comentario del productor José Palazzo casi al pasar (“Anoche visité a Charly y me dijo que quiere tocar en el Luna Park. Y que tiene ideas”), pero con la clara intención de hacer ruido, era, en realidad, resultado de una gestión que había comenzado el 24 de noviembre del año pasado, cuando Charly le transmitió el deseo de volver a ese escenario, luego de siete años. En su edición digital, ayer Rolling Stone publicó detalles del momento. Todo comenzó el día en que Charly fue al Luna a ver a Herbie Hancock y luego visitó al astro del jazz en el camarín. Incluso, le regaló un vinilo de un disco de La Máquina de Hacer Pájaros.
El operativo de ensayos comenzó hace una semana, cuando la banda chilena que acompaña a Charly desde hace muchos años cruzó la cordillera: Kiuge Hayashida (guitarra), Carlos González (bajo) y Antonio Silva (batería). Junto al resto de los integrantes del grupo (dos locales: el tecladista Zorrito von Quintiero y la cantante Rosario Ortega) ensayaron cuatro días. Ayer hicieron la prueba de sonido en el estadio.
El mismo día que comenzaron los ensayos se pusieron a la venta las entradas, que costaron entre 1200 y 2650 pesos. Para otros espectáculos, una semana es poco tiempo para poner a la venta un show, pero para La Torre de Tesla de Charly García alcanzaron unas pocas horas para que los tickets quedaran prácticamente agotados. En 1977, durante un encuentro histórico bautizado Festival del Amor, Charly García tocó aquella noche del 11 de noviembre por última vez junto a su agrupación La Máquina de Hacer Pájaros, se dio el gusto de reunir a Sui Generis por un par de temas, cantó con Porsuigieco y contó con músicos invitados como David Lebón, Gustavo Santaolalla y los hermanos Makaroff, entre otros. De la grabación de ese concierto salió el disco Música del alma, que, editado tres años más tarde, se convertiría en el primer disco firmado con su nombre y apellido.
En mayo de 1985 presentó el disco Piano Bar en el Luna Park, acompañado por Guyot-Iturri-Toth (GIT) y Fito Páez, con una memorable puesta en escena a cargo de su amiga Renata Schussheim y la presencia de Luis Alberto Spinetta.
En 2010, luego del concierto subacuático en el estadio de Vélez Sarsfield que significó su regreso a los escenarios y de una extensa internación, García replica el show en el Luna Park, pero en su versión completa, ya que la fuerte tormenta le había impedido mostrar la puesta aérea montada por Pichón Baldinú (De la Guarda). Si bien esa vez no contó con la presencia de Spinetta (que sí había cantado con García “Rezo por vos” en el estadio de Liniers), se reunió con los sobrevivientes de Seru Giran.
Los rumores sobre la presencia de Nito Mestre habían comenzado a circular desde temprano. Porque a ese escenario llegaron juntos, siendo muy jóvenes, para la mítica despedida de Sui Generis. Cuando se cumplieron los 40 años de aquella despedida en dos conciertos (5 y 6 de septiembre de 1975), Nito Mestre recordó aquellos momentos: “Éramos muy pendejos, todo fue demasiado sorpresivo y pasó muy rápido. Además estaban los milicos por ahí dando vueltas. Yo terminé agotado de los nervios. (…) No fue el mejor show de mi vida, pero reconozco que fue fundamental para el movimiento rock y para su masificación. Algunos putearon porque decían que el rock dejaba de ser underground, pero por eso mismo fue una fecha importante”.
“Anoche visité a Charly García. Me dijo que quiere tocar en el Luna Park”, fue la frase vía Twitter del productor de festivales José Palazzo que encendió la alarma de los fans del astro del rock local
“Las entradas para todos los Gran Rex que hizo se vendieron muy rápido –explicó el productor, en torno a los motivos del show en el Luna, y además aseguró que Charly lamentaba que muchos fans se hubieran quedado sin entradas–. Además, fue a Chile a tocar en el Movistar Arena y agotó todas las localidades una semana antes”