Echegaray en tribunales
“No tenía trato con Cristóbal López y De Sousa”, dijo.
“De un día para el otro, pasé de ser un funcionario probo a que [Julián] Ercolini me decrete la muerte civil. Si ven mi legajo, mi vida, salvo por las denuncias que me han hecho [Elisa] Carrió y otros malandras de la política, nunca cometí delitos, ni grandes errores”, dijo el extitular de la AFIP, Ricardo Echegaray, en la reanudación del juicio oral que enfrenta por defraudación al Estado, junto con los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa, dueños del Grupo Indalo.
Frente a los jueces del Tribunal Oral Federal Nº 3, el exfuncionario del kirchnerismo cuestionó la acusación que hizo la AFIP en su contra y la investigación que llevó adelante el fiscal Gerardo Pollicita. Dijo que es víctima de una matriz de persecución y que no se llevó adelante ninguna de las medidas de prueba que pidió en su defensa.
Irónico, Echegaray resumió su situación: “Me empujaron al juicio oral como el comisario se llevó a Hijitus, Larguirucho y su pandilla”.
En su defensa, Echegaray dijo que no conocía a López y a De Sousa. “Nunca vinieron a mi casa, ni tampoco pidieron audiencia conmigo”, aseguró. “No cometí ningún fraude. No tuve ninguna reunión con estos señores. ¿Diagramé un plan sin juntarme con los copartícipes del delito? ¿Por telepatía hicimos esto? ¿Por internet?”, agregó. Dijo que no hubo irregularidades en los planes que fueron otorgados a la empresa, y que si las hubo, él no fue el responsable.
El exjefe de la AFIP e quejó por los dos vehículos que le secuestraron, un Citroën C4 y una camioneta Jeep, y dijo: “No son autos de la corrupción, me los tienen que devolver”.
De qué se lo acusa
En esta causa se acusa a Echegaray de haber proveído de manera irregular a la empresa Oil Combustibles, del Grupo Indalo, planes de pago particulares para el impuesto a la transferencia de combustibles (ITC).
Hace unas semanas, el TOF Nº 3 incorporó como material de prueba un peritaje que elaboraron y firmaron expertos sugeridos por las defensas, por el Ministerio Público Fiscal, por la AFIP y por la Corte Suprema. Ese informe precisó las cifras adeudadas por la empresa durante el período investigado por la Justicia (2013-2015) y la cifra adeudada al día de hoy. Los acusados consideran que el peritaje los favorece. Aún no hubo una manifestación del tribunal sobre ese material, porque recién comenzó la etapa de las declaraciones indagatorias.
“Se llevaron adelante auditorías durante mi gestión que no advirtieron irregularidades respecto de los dos planes particulares que se otorgaron”, se defendió Echegaray.
“Esos planes de pago solo tienen una firma mía y un aprobado. Y el funcionario que preparó todo eso está con una falta de mérito firme, pero descuartizaron la causa”, agregó. Se refiere a que la causa fue separada en distintos tramos. Ercolini envió a juicio el primero, donde se encuentran López, Echegaray y De Sousa, mientras que el otro tramo, donde se encuentran implicados los demás exfuncionarios de la AFIP, sigue en instrucción.
Respecto de los planes particulares de pago, dijo que fueron una política “del kirchnerismo” y que, en realidad, en este juicio se están juzgando “hechos de la política”. Puso como ejemplo el caso de Iecsa, la empresa que perteneció a Ángelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri, que también recibió planes de pago particulares. “El plan de Iecsa lo di igual que el plan a Cristóbal López, y de la misma forma que di 1600 planes de pago. Le di 108 cuotas a Iecsa, y al grupo Indalo sesenta y pico”, señaló. “Los planes están abiertos para todos”, dijo en su defensa.
En tanto, en relación con los temas a los que aludió Echegaray, el actual titular de la AFIP, Leandro Cuccioli, dijo a A24: “Tuvo que haber una connivencia con los servidores públicos de ese momento. Si bien el administrador federal tiene la facultad de dar planes específicos de pago, queda muy claro en el artículo que regula esa facultad que la empresa debe estar en una situación de estrés financiero para recibirlo”.
Cuccioli agregó: “Si a la empresa se le daba un plan especial, se suponía que era porque no daba más, pero si la empresa compraba otras empresas, ¿estaba en una situación de estrés financiero? Eso fue lo que nos hicieron a todos los argentinos”.