Un argentino, a bordo del barco humanitario que desafía al “capitán”
El socorrista Francisco Gentico criticó a Salvini, que les impide atracar en puertos italianos
El argentino Francisco Gentico, de 38 años, forma parte de la tripulación del barco socorrista open Arms que se encuentra en altamar, cerca de aguas italianas, y que desde hace varios días mantiene una pulseada personal con el vicepremier Matteo Salvini para que se permita desembarcar a 121 refugiados africanos que se hallan a bordo, tras ser rescatados frente a las costas de Libia.
El líder ultraderechista prohibió anteayer expresamente que el barco entre en aguas italianas, y la nave quedó así en un limbo, varada en aguas internacionales, con más de un centenar de personas en frágil estado de salud.
“Es frustrante ver que para Salvini y los otros gobiernos europeos prima la política sobre la vida de las personas. Que usan a los refugiados como herramienta política, poniendo la culpa por las fallas de sus gobiernos en la migración. Si fueran 121 europeos en un barco, los hubieran evacuado en cuestión de horas. Pero son migrantes africanos, y pareciera que su vida vale menos”, reflexionó Gentico en diálogo telefónico con lA nAciOn.
El presidente del Parlamento Europeo, David Maria Sassoli, envió ayer una carta al jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en la que pidió asistencia humanitaria urgente para el barco de la oNG catalana Proactiva-open Arms y una distribución “justa” de los migrantes.
Desde que se fue de la Argentina hace siete años, Gentico, un administrador de empresas que trabajó en YPF hasta 2012, convirtió la solidaridad y el trabajo humanitario en la vocación de su vida. En su primera campaña global grabó un video que se viralizó y en el que se lo ve haciendo jueguito con una pelota de fútbol en distintos lugares de un mundo que él sueña “sin barreras”, con imágenes que van desde Vietnam hasta Bélgica, Tailandia o Barcelona. Luego trabajó en un campo de refugiados cerca de Atenas y hace dos años comenzó su vinculación con Proactivaopen Arms, que se dedica a rescatar refugiados que están a la deriva frente a las costas africanas, para llevarlos a puertos seguros. Esta es la cuarta vez que Gentico se embarca en el open Arms.
“La ley marítima internacional, aprobada por Italia, establece que luego de un rescate en el mar es obligación de un barco llevar a los refugiados al puerto ‘más cercano y seguro’. Libia, obviamente, no es puerto seguro, así que lo más próximo es Italia o Malta. En todo caso el gobierno italiano podría acordar con el de España –la bandera que lleva el barco– para que luego trasladen los refugiados a territorio español. Pero es nuestra obligación llevarlos a puerto”, señaló Gentico.
Una de las jornadas más dramáticas para el socorrista argentino fue la noche del 1° de este mes.
“Estábamos navegando de noche frente a las costas libias cuando avistamos primero una barca de madera con 55 personas a bordo y horas más tarde, un bote de goma con 69 refugiados. Las dos naves estaban rotas, llenándose de agua, y con la gente deshidratada y angustiada. Cuando uno ve de primera mano en el medio de la nada, en la oscuridad total, una barca llena de personas desesperadas con tres mujeres embarazadas y varios nenes, gente que no sabe nadar, uno se da cuenta de que nadie, absolutamente nadie, pondría su vida en juego de esa forma si es que no tiene un temor extremo en tierra”, dijo Gentico.
Ya transcurrida una semana de convivencia con los refugiados –las embarazadas fueron evacuadas por la Guardia Costera italiana–, la tripulación reconstruyó las historias de vida de sus pasajeros.
“Hay mucho prejuicio respecto de quiénes son los refugiados. Entre ellos hay unos cuantos que hablan varios idiomas. Así que nos comunicamos en inglés. Son gente con estudios, en su mayoría provenientes del África subsahariana, y están más que capacitados para trabajar. Se vieron forzados a huir de sus países por cuestiones políticas, religiosas o culturales, y además, para llegar al Mediterráneo, todos pasaron por Libia, donde estuvieron presos, fueron torturados y la mayoría, mujeres y hombres, sufrieron vejámenes y violaciones sexuales. Por eso es que se lanzaron al mar”, dijo.
Gentico reflexionó: “Cuando uno escucha sus historias se da cuenta de que todo es cuestión de privilegios que la vida nos dio, o no. Y que si no hubiéramos tenido lo que siempre dimos por hecho, cualquiera de nosotros podría ser uno de ellos”.