Potencial de crecimiento
En un ranking de estimaciones sobre potencial de crecimiento, la Argentina se ubicó en el puesto 69 entre 180 países relevados, con lo cual ascendió 14 lugares. Se trata de la edición 2019 del índice Growth Promise Indicators (GPI), que elabora la consultora global KPMG, dirigido a gobiernos y a inversores a fin de proveer de información clave para decisiones de largo plazo. El GPI fue desarrollado en 2014. Incluye 26 series individuales agrupadas alrededor de cinco indicadores: estabilidad macroeconómica, apertura, infraestructura, capital humano y calidad de las instituciones.
Países de Asia y Europa ocupan los primeros diez lugares. Suiza lidera el ranking, seguida por Holanda, Luxemburgo y Finlandia.
La isla Mauricio, Bahamas y Corea del Sur mostraron un gran avance.
Respecto del informe 2018 también mejoraron posiciones Estados Unidos, Rusia, la India y España. En América Latina, la Argentina superó a Brasil, México, Colombia y Perú.
Con referencia a nuestro país Néstor García, director ejecutivo de KPMG Argentina, afirmó: “La mejora en el ranking es una confirmación de que el país sigue teniendo grandes posibilidades de iniciar un proceso de desarrollo que pueda ser sostenible. Del total de las naciones estudiadas, estamos casi en el primer tercio que logra las mejores performances.”
En contraposición, pronósticos del FMI hablan de una coyuntura delicada de la economía mundial y prevén una débil recuperación para México y Brasil, lo cual impactaría sobre la Argentina, que caería este año 1,3%.
Con datos provistos por el FMI y el Banco Mundial, la agencia de origen norteamericano Bloomberg elabora un ranking de vulnerabilidad, presentado también en estos días. A la cabeza figura nuestro país, desplazando a Turquía, que pasó a ocupar el segundo lugar, seguida por Sudáfrica.
Moody’s y Standard and Poor’s pusieron el acento en las dificultades de financiamiento que encuentran las empresas nacionales, con crédito al sector privado en contracción.
Desde KPMG Argentina resumieron que este año “el contexto argentino está marcado por un ordenamiento de sus principales variables macroeconómicas, cuyos resultados positivos comienzan a evidenciarse”.