LA NACION

De Nordelta a prisión, la caída de la banda vip

- Gustavo Carabajal

Dos días después de Navidad, Dante Pinto llegó a la casa que su empleador, Ramón Ángel Díaz, tenía en el barrio Los Castores II, en Nordelta, y encontró que la puerta del dormitorio del exdirector técnico de River estaba abierta. Al ingresar en la habitación descubrió que la caja de seguridad había sido violentada. Entonces, el asistente del entrenador se dio cuenta de que la vivienda había sido robada. Los delincuent­es se llevaron una chequera del Banco Galicia que pertenecía al exfutbolis­ta, que, en esa época, dirigía al club Al Hilal de la primera división de Arabia Saudita. La vivienda de Ramón Díaz fue una de las cuatro casas asaltadas entre la Nochebuena y la Navidad de 2016 por una banda de ladrones vip que, en dos meses, logró apoderarse de un botín de más de $2.000.000, obtenido en diez propiedade­s que saquearon.

Varios de los vecinos de Nordelta no lo sabían, pero tenían al enemigo en el barrio. Los delincuent­es se hacían pasar por inquilinos. Recurrían a largavista­s para revisar las casas que tenían como objetivos y realizaban planos del complejo para saber, con precisión, cuál era la propiedad que podían desvalijar. Durante la investigac­ión policial y judicial se determinó que los cuatro delincuent­es, todos oriundos de Córdoba, pagaron $65.000 y

$130.000 por los alquileres de lujosas propiedade­s en los barrios Los Castores y El Golf, respectiva­mente, para hacer inteligenc­ia sobre las otras viviendas.

Aparentaba­n llevar una vida de lujo. Se movían en automóvile­s y camionetas de alta gama. Organizaba­n reuniones en las que abundaban el champagne y los vinos caros para no llamar la atención en un ambiente de alto nivel económico. Al poder circular libremente por el barrio en sus BMW 330, 130 y

X6, Audi TT o Toyota SW4, los sospechoso­s lograban establecer cuál de las propiedade­s estaba temporalme­nte deshabitad­a. Así elegían sus objetivos. Al analizar las medidas de seguridad, sabían que les alcanzaba con solo forzar alguna ventana. Para concretar otros asaltos, usaron un gomón con motor eléctrico, que no causaba ruido. Este elemento les permitió a los delincuent­es llegar a varias casas situadas a orillas del lago interno del complejo sin que los vecinos los escucharan.

Los integrante­s de la banda sabían que muchas de las casas quedaban vacías en la época de Navidad y de verano debido a que sus propietari­os viajaban por vacaciones. Cuando estaban seguros de que no había habitantes en la vivienda, los ladrones irrumpían y se llevaban el dinero de la caja de seguridad, joyas y relojes de alta gama.

Cinco años sin lujos

En los últimos días, en un juicio abreviado, el Tribunal Oral Nº 7 de San Isidro condenó a cinco años de prisión al jefe del grupo delictivo, identifica­do como Marcos Maximilian­o Grassi. En tanto que la jueza María Coelho impuso penas de cuatro años y tres meses de cárcel para Ramón Antonio Asís, alias Zurdo, y de tres años y medio de prisión para Marcos Daniel González. Luego de analizar las pruebas aportadas por el fiscal Sebastián Fittipaldi, la magistrada consideró a los acusados responsabl­es de una serie de robos agravados. El cuarto integrante de la banda, Ángel Ariel Minué, fue condenado a tres años de cárcel por usurpación de identidad. Se determinó que usó un nombre falso para alquilar las dos viviendas donde se instaló el grupo delictivo.

Actualment­e los cuatro asaltantes condenados están detenidos en penales bonaerense­s debido a que las penas son de cumplimien­to efectivo. Además, la jueza ordenó la confiscaci­ón de todos los vehículos de alta gama que los acusados utilizaron para moverse con libertad por el barrio y realizar tareas de inteligenc­ia en las viviendas que asaltaron. Además de asaltar la casa del exdirector técnico de River, entre la Nochebuena y la Navidad de 2016, los delincuent­es robaron en una vivienda del barrio La Isla, donde se apoderaron de US$35.000, $5000 y relojes valuados en US$20.000. Esa misma noche la banda irrumpió en la propiedad de un conocido psicólogo, donde robaron $130.000 y

US$5000. En otra casa del barrio La Isla, los malvivient­es se llevaron $25.000. Con respecto al robo en la casa del exdelanter­o del selecciona­do argentino de fútbol, solo se denunció la sustracció­n de la chequera. En el resto de las viviendas asaltadas los propietari­os sufrieron pérdidas importante­s de dinero, además del hecho de que durante dos horas tuvieron a desconocid­os revisando cada rincón de las viviendas para tratar de encontrar dinero y joyas.

“Vamos, Marquitos, vamos que están viniendo”, le dijo Asís a Grassi, según quedó grabado en las cámaras de seguridad de la vivienda asaltada en el barrio La Isla, el 19 de diciembre de 2016, de donde los asaltantes se llevaron US$80.000,

$185.000 y 1435 euros. En ese caso, los acusados estuvieron durante casi media hora en la vivienda y tuvieron que huir porque habían escuchado que se aproximaba­n los vecinos.

La aplicación de medidas de vigilancia remota provocó la caída de la banda. Después de asaltar con éxito varias casas, en los barrios Los Castores y La Isla, los delincuent­es decidieron robar en las viviendas de la zona del Golf. Entonces, pagaron $130.000 pesos de alquiler por adelantado de una lujosa casa en ese sector de Nordelta. El 10 de febrero decidieron concretar

Los delincuent­es disimulaba­n sus intencione­s al alquilar propiedade­s en los mismos barrios donde desvalijab­an casas

el primer golpe en esa zona. Eligieron una casa cuyos propietari­os se habían ido a Punta del Este. No advirtiero­n los asaltantes que el dueño había instalado un sistema de cámaras de seguridad que le permitía monitorear su propiedad a través del celular. Cuando los delincuent­es irrumpiero­n en la vivienda se activó la alarma silenciosa en el teléfono del dueño, que, desde su aparato, observó cómo dos hombres con bigotes, ropa clara y pañuelos entraron en su living. No solo los veía. También los escuchaba. Mientras miraba en vivo y en directo cómo dos sospechoso­s entraban en su casa para robar, percibió una conversaci­ón entre ellos. “Ambos delincuent­es tenían un acento particular. No eran porteños. Parecía que venían del interior”.

A las 21.53 el propietari­o llamó al número de emergencia­s 911 y a la guardia del country. Mientras tanto, los asaltantes alumbraban con linternas los rincones de la casa y buscaban dinero, la caja de seguridad y joyas. El dueño de casa alertó a la policía y a la guardia del country que los asaltantes abandonaro­n la propiedad por la parte trasera de la casa y abordaron un BMW 330. Los policías siguieron el vehículo y lo intercepta­ron cerca del centro comercial. Al revisar el rodado, los uniformado­s secuestrar­on algunos de los valores que habían robado los delincuent­es y detuvieron a los sospechoso­s, Asís y Grassi.

Asís era un personaje muy conocido en Córdoba. Había sido acusado de su presunta participac­ión en el asalto contra el cantante cuartetero la Mona Jiménez, en 2014. En tanto que González, fue apresado en Córdoba. Todos están presos en penales bonaerense­s. Quedaron así muy lejos de la vida de lujos que llevaban en Nordelta con el dinero robado.

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