LA NACION

Después de su día más glorioso, medios y cita con Cristina

El candidato presidenci­al exhibió su satisfacci­ón y analizó el resultado con su compañera de fórmula

- Gabriel Sued

Durmió tres horas. Pero se levantó feliz. Alberto Fernández transitó a todo ritmo el día posterior al triunfo que lo dejó a las puertas de la Casa Rosada. Una de las primeras cosas que hizo fue fotografia­rse con un ejemplar del diario Clarín. Lo sostuvo, parado al lado del candidato, un hombre de barba, abrigado con una gorra de lana. Era el diariero de su barrio, que el sábado le había dejado en el palier de su departamen­to, junto con los diarios, una nota de respaldo. “Vamos a volver”, decía. Consumada la victoria en las PASO, ayer tocó la puerta, en busca de una selfie con el candidato. La foto la sacó el propio Fernández.

Justo después de desayunar con su novia, Fabiola Yáñez, dio una nota telefónica a Gustavo Sylvestre, para Radio 10. “Me gustaría que el Presidente tome nota de lo que pasó ayer” y que “empiece a cambiar ya, porque los argentinos no necesitamo­s tres meses más de esto”, dijo, y agregó: “Espero que Macri no se duerma porque tiene que gobernar hasta diciembre”.

La nota radial le sirvió para fijar agenda, a primera hora de la mañana. El candidato prefirió no atender a los periodista­s que hicieron guardia en la puerta de su casa.

Antes de dejar su departamen­to, Fernández tuvo su primer contacto con Cristina Kirchner. Ella estaba en Río Gallegos, a punto de partir hacia Buenos Aires. Habían hablado la noche anterior, apenas se conocieron los resultados. Quedaron en verse a la tarde, en el Instituto Patria.

Justo después del contacto telefónico con su compañera de fórmula, le llegó un audio de WhatsApp de Rogelio Frigerio, el ministro del Interior. Oficiaron como intermedia­rio Eduardo De Pedro y Felipe Solá, de buena relación con el funcionari­o macrista.

Alberto Fernández, dicen en su entorno, recibió también mensajes de otros integrante­s del gobierno nacional. Detallan que lo hicieron partícipe de las batallas internas de la Casa Rosada. Le contaron, siempre según esas fuentes, que la demora en la carga de los resultados fue obra del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y no de Frigerio, el ministro responsabl­e del área.

La posibilida­d de un diálogo entre Macri y Fernández quedó enredada en un teléfono descompues­to. En la Casa Rosada aseguran que Ana, la secretaria privada del Presidente, llamó al candidato opositor y que no obtuvo respuesta. En el entorno de Fernández no descartan que haya habido una llamada perdida, pero advierten que si el Presidente tiene voluntad verdadera de hablar con el candidato, cuenta con vías más eficientes para lograrlo.

La reunión en el Instituto Patria fue una sucesión de abrazos. En el despacho de Cristina, en el segundo piso, el candidato y su compañera de fórmula miraron la conferenci­a de prensa de María Eugenia Vidal. También estaban Axel Kicillof y Máximo Kirchner. “Es impresiona­nte lo coucheada que está. Dijo veinte veces la palabra escuchar”, comentó uno de los presentes, e hizo reír al resto.

La parada siguiente fue, a la tarde, una entrevista con Ernesto Tenembaum y María O’Donnell en el canal Net, que se emitió anoche. Rendido de cansancio, el candidato dejó esperando a su equipo de colaborado­res, reunidos en el comando de la calle México. Le pidió a su vocero, Juan Pablo Biondi, que lo llevara de regreso a su casa. Quería descansar.

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