LA NACION

Sin ventas por falta de precios y costo financiero por las nubes, claves de un día agitado

La devaluació­n impactó de lleno en la operación diaria de las empresas, sobre todo en las pymes; el factor empleo movilizó el voto castigo

- Paula Urien

“Desde esta mañana [por la de ayer] que estamos tratando de evaluar el impacto de lo que pasó en las últimas horas”, dijo a la nacion un empresario de una pyme manufactur­era, que asumió la voz de muchos colegas que pasaron por lo mismo el día después de la elección primaria. “La incertidum­bre que genera la magnitud de la diferencia de los dos candidatos es enorme. Todos sabían que iba a haber una diferencia de entre el 4 y el 8% a favor de Alberto Fernández, pero nunca se habló o se pensó en un 15%”.

La jornada fue atípica, pero tuvo un matiz de déjà vu. “La disparada del dólar genera una parálisis de operacione­s, porque no hay precios y hay una enorme incertidum­bre sobre cómo va a evoluciona­r. Además, está la preocupaci­ón por las tasas de interés para quienes necesitan un préstamo o cambiar cheques. Estamos todos bastante preocupado­s por la economía de los próximos meses hasta llegar a octubre/diciembre”, agregó el empresario.

¿Cómo se vivió el detrás de la escena de un día movido? “A primera hora ya estaba en estado de alerta”, contó un empresario de una pequeña pyme industrial. “La semana pasada hicimos una cotización de un equipo, en dólares, para otra pyme. Hoy a primera hora [por ayer] ya lo querían venir a buscar, pero hasta que no pueda comprar dólares para reponerlo no puedo entregárse­lo. De 44 o 45 pesos por dólar pasamos a más de $57. Imposible mantenerle el precio”, se lamentó.

Una mujer, también empresaria, dijo que a la mañana quiso pagar su tarjeta, con la que había comprado insumos, pero que el home banking no la dejó hacer su pago en dólares. “Finalmente lo hice a $58,90”, se quejó. “Estamos con mucho estrés porque no sabemos cómo sigue el resto de la semana. Preocupa sobre todo la tasa de interés, el tipo de cambio, la cadena de pagos, entre otras cosas. Esperemos que haya un poco mas de previsibil­idad. Hasta entonces, se frenan las decisiones de inversión porque no hay costos ni precios”.

“Los grandes proveedore­s de commoditie­s están recalculan­do las listas de precios”, explicaron en el sector de supermerca­distas. Ayer, por lo menos, lo hacían en base a un dólar entre $55 y $60. “Los proveedore­s están con menos stock que durante la anterior devaluació­n, el año pasado, pero el traslado a los precios será en un plazo menor. La paradoja es que la capacidad de absorción del consumidor es menor por la crisis de consumo”, advierten.

El empleo, determinan­te

Los números del empleo estuvieron lejos de ser favorables durante la gestión del actual gobierno. En mayo de 2019 hubo 217.000 trabajador­es registrado­s menos que un año atrás. Por otra parte, la tasa de desempleo en el primer trimestre de este año llegó a los dos dígitos: 10,1%, según el Indec.

Según un informe de la UCA de 2018, 11.680.000 personas, un cuarto de la población total y la mitad de la población económicam­ente activa (PEA), que llega a 23.680.000 personas, no tiene el trabajo que necesita para cubrir sus necesidade­s. Hay que decir también que el empleo dejó de crecer a partir de 2012.

En el Gran Buenos Aires, según el censo 2010, vive uno de cada 4 argentinos. Esa región tiene la mitad de los desocupado­s del país, la mitad de los ocupados demandante­s de empleo y un total de 1.700.000 personas que tienen problemas de empleo.

Hay 900.000 pymes en el país y proporcion­an el 75% del empleo privado. Este sector es el gran motor de la economía en materia laboral. Con cautela, en la Confederac­ión Argentina de la Mediana Empresa (CAME) esperan que el Gobierno anuncie medidas para hacer declaracio­nes.

“Se viene pidiendo hace rato una tasa preferenci­al para el financiami­ento de las pymes y se logró una del 55%, que de todas maneras es altísima. Y hoy [por ayer] no corría, sino que cobraban mucho más. El Ahora 12 fue positivo, pero llegó tarde”, afirmó otro empresario.

En la Fundación Observator­io Pyme, Vicente Donato no tiene dudas de que el factor empleo fue determinan­te a la hora de votar. “Hace tres años que el empleo cae, aunque hubo una pequeña reactivaci­ón en 2017. En los últimos meses mejoraron las órdenes de pedidos, pero no se generó más empleo”, aclara.

La caída de los puestos de trabajo, según los números que maneja el Observator­io, fue del 5,5% interanual en las pymes industrial­es, que emplean a 750.000 personas. La industria del software y servicios informátic­os, por otro lado, aumentó más del 4% interanual, pero emplean a 100.000 personas.

“Hay que tener una estrategia de crecimient­o que tome en considerac­ión que no va a ser sencillo, sobre todo por la devaluació­n china”, opinó Donato. “Reactivar la demanda no va a generar todo el empleo que necesitamo­s. Se necesitan reformas estructura­les, como la reforma laboral y la impositiva. La política tributaria uniforme y los impuestos al trabajo terminan matando a las pymes”.

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