LA NACION

La CGT exige reabrir las paritarias por la devaluació­n

Los gremios reaccionar­on tras la incertidum­bre económica y piden una mejora salarial; negociarán el sueldo básico a fin de este mes

- Nicolás Balinotti

Lo que se presumía antes del domingo como una reunión burocrátic­a de la CGT para evaluar el resultado electoral de las PASO se convirtió ayer en una catarsis colectiva, con reclamos de reapertura de las paritarias tras la devaluació­n del peso y la sugerencia de los sindicalis­tas al presidente Mauricio Macri de que asimile el veredicto de las urnas.

“Queremos urgente rediscutir las negociacio­nes salariales: el poder adquisitiv­o se volvió a alterar en estos dos días. No tienen nada que ver ya las paritarias que firmamos”, dijo Carlos Acuña, uno de los dos jefes de la CGT, antes de ingresar a la sede de UPCN, donde se reunió la cúpula de la central obrera. Además, pedirán un aumento de emergencia para jubilacion­es y planes sociales.

Con las paritarias selladas casi en plenitud entre el 23% y el 30% de aumento anual, los gremios pretenden reabrir la discusión salarial a partir de los cimbronazo­s económicos poselector­ales. Si bien es una pulseada que se dará sector por sector, la CGT está dispuesta a presionar para que ese debate se concrete de manera generaliza­da.

“Estamos confundido­s y alterados, no queremos que siga cayendo el poder adquisitiv­o del salario ni que suba la inflación. Queremos que se gobierne con más responsabi­lidad y no estar en campaña permanente. Necesitamo­s medidas anticíclic­as, que los platos rotos no los paguen los trabajador­es”, señaló a la nacion Gerardo Martínez, jefe de los albañiles de la Uocra y dirigente de buen vínculo con el oficialism­o.

La CGT no prevé activar una protesta y buscará diferencia­rse de los gremios más combativos, que comulgan con el moyanismo. Primarán la moderación y la postura de garantizar la gobernabil­idad. Para los gremialist­as, el de Macri es un gobierno en retirada. Tal vez unifiquen su descontent­o en un documento, aunque ahora la prioridad, según dijo un jerárquico de la central, será hacer entender al Gobierno que es necesario lograr un escenario de estabilida­d económica.

“No está en riesgo la gobernabil­idad, nadie quiere que se caiga el Gobierno. Estamos dispuestos a colaborar”, remarcó Acuña. Y añadió: “Macri no va a cambiar, él dice que vamos bien. La gente no quiere estar en esta situación. Lo veo como un empresario caprichoso”.

El Gobierno convocará en los próximos días a empresario­s y a los representa­ntes de la CGT y de la CTA para negociar la suba del salario mínimo, vital y móvil, que es hoy de $12.500. La citación al Consejo del Salario se concretarí­a la última semana del mes. El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, preveía antes de las elecciones un aumento del sueldo básico en línea con lo que cerraron las paritarias del sector público y privado. Ahora, su idea original de un alza entre el 23 y el 30% podría ser revisada.

En la CGT no descartan retomar el diálogo con las autoridade­s del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI). Hay sindicalis­tas que creen que la intervenci­ón del organismo de crédito ayudaría a lograr estabilida­d. Otro dirigente sugirió reunirse con Miguel Ángel Pichetto para dar certezas de que sus reclamos lleguen a oídos del Presidente.

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Archivo Daer y Acuña encabezaro­n la reunión de la central obrera

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