El congelamiento de las naftas por 90 días se hará con el acuerdo de las petroleras
Si bien en algún momento evaluó aplicar la ley de abastecimiento, el Gobierno decidió convocar a las empresas para consensuar la medida; fijarán los precios del viernes pasado
El Gobierno estuvo muy cerca ayer de reflotar la ley de abastecimiento para cumplir con la promesa de congelar los precios de las naftas por 90 días. La resolución, que utilizó el exsecretario de Comercio Guillermo Moreno durante el gobierno kirchnerista, estaba siendo redactada por el equipo económico para salir publicada hoy, pero finalmente se suspendió a última hora de la tarde y se decidió convocar a las petroleras para negociar.
El secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, había confirmado en una conferencia de la Universidad del CEMA, que al día siguiente saldría publicada la resolución. “Es un día triste para mí. Hay que asumir la responsabilidad que nos toca. El congelamiento de combustibles es una marca más que bajará la credibilidad de las inversiones a futuro”, dijo, con pesar.
Sin embargo, minutos después de terminada la charla, recibió un mensaje de su equipo de trabajo de que se había dado marcha atrás con la norma. Negociar con las empresas era en primer lugar la intención de Lopetegui, que había intentado dar todos los rodeos posibles para esquivar la norma peronista.
Ayer por la mañana, el Presidente anunció un congelamiento de naftas por los próximos tres meses. Una manera de hacerlo es a través de YPF, bajo control estatal: si la mayor petrolera no sube los precios, las otras tendrán dificultades para hacerlo. Pero la empresa, que tiene 49% de participación privada, no podría justificar esa decisión ante sus accionistas, sin ser penalizados sus directivos.
El precio de la nafta está directamente relacionado con el precio internacional del barril de petróleo, que se paga en dólares. Cada vez que sube el tipo de cambio, se necesitan más pesos para pagar el crudo. Sin embargo, la Secretaría de Energía fijó que se seguirá vendiendo combustible a los valores de las variables del viernes pasado, previo a las PASO. Es decir, se contabilizará el tipo de cambio a $45,19 (mercado mayorista) y el precio internacional del petróleo a US$59 (índice Brent).
Las consecuencias que podría traer una norma de fijación de precios es que haya desabastecimiento, ya que las empresas estarían obligadas a vender sus productos por debajo de sus costos. En el gasoil, por ejemplo, gran parte de la producción tiene un importante componente importado. El Gobierno deberá convencer a las petroleras de que importen el insumo con un tipo de cambio a $60 y lo vendan con un dólar a $45.
Habrá otras petroleras a las que les convendrá exportar directamente el crudo que producen, ya que no solo tienen liberado el precio internacional, sino que con la devaluación, la retención fija de $4 por dólar hizo caer el porcentaje que pagan de derecho de exportación de 10% a 6%.
Según pudo saber lanacion antes de hacer el anuncio, hubo petroleras que no recibieron ningún llamado por parte del Gobierno. “Hubo cero comunicación, lo habrán arreglado con YPF”, dijeron.
“Se entiende en las actuales circunstancias una medida que proteja a los consumidores. Lo que es inaceptable es que esa carga sea asumida por los operadores de upstream [las productoras que extraen el crudo]. Nadie nos llamó ni nos consultó. La medida se está tomando solo con la consulta de los dos o tres jugadores de la refinación [YPF, Axion y Raízen (a cargo de las estaciones de servicio Shell)]. El precio de barril criollo que están proponiendo (por debajo de los US$45) es una herida de muerte para Vaca Muerta. Como con el gas, se van a frenar todas las inversiones para el crudo, se van a bajar equipos y habrá despidos”, dijeron en otra petrolera, antes de saber que se había dado marcha atrás con la ley de abastecimiento.
En la cartera que conduce Lopetegui habían dicho que las empresas son las que absorberán la mayor parte del costo y que el Gobierno resignará algo por menor recaudación de impuestos. De hecho, el mes que viene se debería aplicar la actualización trimestral por inflación del impuesto a los combustibles y de los biocombustibles con los que se cortan las naftas (etanol) y el diésel (biodiésel). Además, todavía queda un aumento de la última actualización trimestral de junio.
En el año, las petroleras aplicaron cinco aumentos y los precios de los combustibles acumulan un alza promedio de 15%, mientras que la caída de las ventas es de entre 10% y 15%, dependiendo del producto.