Las claves para que los menores eviten las trampas virtuales
Recomiendan que los chicos se conecten en lugares comunes del hogar
El uso cotidiano de las redes sociales puede debilitar las barreras de protección de datos personales e imágenes, especialmente durante la navegación de menores en la web. La familiaridad con que hoy se comparten archivos tiene para los chicos el riesgo adicional que representan los acosadores online, que generan perfiles falsos para hacerse pasar por adolescentes en procura de generar vínculos de confianza con sus potenciales víctimas. Solo en la provincia de Buenos Aires fueron abiertas el año pasado 798 causas por grooming.
A partir de la experiencia en esas investigaciones de ciberacosos, los técnicos judiciales elaboraron una serie de consejos para que los padres puedan entender si sus hijos están en peligro o bien cómo evitar que esas redes de cibercrimen tomen contacto con los menores en la web. Las siguientes son las situaciones que deben ser consideradas:
Hay que indagar acerca de las aplicaciones que utilizan los hijos. Y preguntar con quiénes se contactan en internet. La clave no es prohibir el uso de los dispositivos electrónicos, sino acompañar la navegación sin invadir el espacio personal de los adolescentes.
Debe establecerse reglas y horarios de conexión.
Es importante que la conexión en la web de los menores sea realizada en los lugares comunes del hogar y que se evite el aislamiento en espacios privados, como los dormitorios.
Da resultado dialogar con los hijos para aportar información acerca de los riesgos existentes, especialmente con el uso de la cámara de la computadora o del celular. Y hay que prestar atención a las publicaciones en las redes sociales y educar a los hijos sobre la necesidad de configurar correctamente la privacidad de las cuentas.
Los padres deben explicar a los menores claramente la diferencia entre lo público y lo privado para desaconsejar la publicación de datos personales, de familiares o amigos.
Resulta importante en la prevención online que se siga con especial atención los cambios repentinos de humor de los chicos y observar si esa nueva conducta tiene que ver con los horarios de conexión. Los chicos tienen que saber que no puede borrarse totalmente todo el material subido a la web y que sus imágenes pueden ser retransmitidas y manipuladas.