La Superliga, en alerta por la decisión del BCRA de pesificar las ventas al exterior
Obliga a los clubes a liquidar las divisas en cinco días; cómo impacta en las entidades que tienen compromisos en moneda extranjera
Los clubes de la Superliga tratarán en los próximos días cómo moverse ante la decisión del Banco Central de pesificarles al precio oficial todas las transferencias de futbolistas que realicen al extranjero. No pueden, siquiera, dejar ese dinero en las cuentas bancarias que tuvieran en el exterior. Deben liquidar las divisas en el país y hacerlo en un plazo máximo de cinco días. La medida rige para todas las ventas que los clubes argentinos realicen a partir de ahora, por lo que impactará de manera decisiva a partir del próximo mercado de pases.
El principal problema lo tienen los clubes con obligaciones contraídas en moneda extranjera. En un escenario devaluatorio, cada vez van a necesitar más pesos para poder hacer frente a esos compromisos. En caso de que usaran alguna transferencia programada en dólares para cancelar esa obligación con otro club, el problema se acentúa: los dólares que vienen se pesifican a $54. Y los dólares que salen deben ser comprados a $57,25. Así, los clubes pierden el 6% del dinero. Siempre y cuando cancelen el compromiso en dólares el mismo día que liquidaron las divisas que les llegaron desde el extranjero.
Desde la Superliga confirmaron que habrá una reunión interna para tratar el tema, que impacta de lleno en los balances: la venta de futbolistas en moneda extranjera suele ser uno de los salvavidas más imunos portantes para compensar déficits operativos en pesos. Los dirigentes son pesimistas de cara al futuro: “Estamos evaluando el tema, haciendo consultas. Hay bastantes dudas. No creo que podamos zafar de este asunto mientras esté vigente la norma. Ni que exista ningún argumento para decir que el fútbol debe tener un tratamiento distinto al del resto”, ampliaron las fuentes de la principal categoría del fútbol argentino.
Mientras tanto, los departamentos legales de los clubes estudian el alcance de la medida. “Aún no hemos visto qué es lo que se podrá hacer, porque el gobierno saca normas todos los días”, dijeron en Boca. La entidad xeneize pagó todo lo que debía en moneda extranjera (dólares o euros) antes del 11 de septiembre (antes de ayer), la fecha tope para traer y liquidar las divisas. El problema que se le presenta a Boca es cómo hacer para conseguir los billetes para pagar la opción de Lisandro López: el pase está tasado en cuatro millones de euros. Si Boca trajera dinero desde el exterior para afrontar la operación, esas divisas serían pesificadas (a $54) y, luego, debería comprar (a $57,25) para transferirle a Benfica y así sellar la adquisición del zaguero central. “Estamos viendo qué hacemos, y probablemente desde la Superliga también haremos algún planteo, porque nos pasa a casi todos esto de tener opciones o compromisos de compra afuera del país”, completaron las fuentes de Boca.
La medida del Banco Central se suma a la que había tomado hace días, y que limitaba la compra de dólares por parte de las personas físicas a 10 mil por mes. Las dos iniciativas de la autoridad monetaria tendrán un efecto negativo en la jerarquía de los equipos del fútbol argentino. ¿La razón? Los extranjeros que pretenden cobrar en dólares para girarlos a sus familias en el exterior estarán limitados. Los mejores futbolistas argentinos, además, emigrarán más rápido, tentados por sueldos medios en dólares. Además, la pesificación de las transferencias de los futbolistas de la Superliga hará que los clubes argentinos piensen mil veces antes de firmar la compra de un jugador que viene desde el extranjero. Incluso hay quienes presagian una limitación en los préstamos de futbolistas, que muchas son con cargos en dólares o en euros.
Hasta hace unos años, algunos clubes se cubrían de las restricciones cambiarias con cuentas en el exterior (en Suiza o Estados Unidos, por ejemplo). Entregaban los códigos de esas cajas de ahorros a los clubes que les compraban futbolistas y el dinero nunca salía de Europa o América del Norte. Desde allí podía usarse para cubrir otras necesidades, o incluso se pesificaba para saldar obligaciones en pesos. Las cuentas, claro está, debían ser declaradas ante la AFIP. A partir de ahora, el Banco Central impide el uso de cuentas en el extranjero como recipientes del dinero producido por las transferencias. Esos fondos, al menos por ahora, tienen que ingresar al sistema financiero argentino.