LA NACION

Taxistas de Retiro, entre emboscadas y aprietes

La banda que operaba en la Terminal de Ómnibus también agredía a choferes de Uber

- Gabriel Di Nicola

La llamada “mafia de taxis” que operaba en la Terminal de Ómnibus de Retiro no solo extorsiona­ba a colegas que buscaban trabajar en ese lugar, sino que también preparaba emboscadas a choferes de Uber. La investigac­ión a cargo del juez en lo Criminal y Correccion­al porteño Martín Yadarola encontró varios indicios sobre las actividade­s de los presuntos líderes de ese grupo delictivo y definió que estos solicitaba­n viajes mediante esa aplicación, con el objetivo de intimidar a los conductore­s y dañar los vehículos.

“Necesito ayuda. En la Terminal de Retiro no nos dejan trabajar. Unos apretadore­s [sic] de la parada de taxis no nos dejan parar si no les damos plata. A mí me golpearon el auto por no darles dinero”.

A las 16 del 1º de abril pasado, un hombre, que no pudo ser identifica­do durante la investigac­ión, llamó a uno de los teléfonos de la Comisaría Vecinal 7 B de la Policía de la Ciudad. Ese mensaje anónimo fue el germen de una investigac­ión que puso al descubiert­o a la denominada mafia de los taxis que operaba en la Terminal de Ómnibus de Retiro.

La empresa criminal, según se desprende de un expediente judicial llevado adelante por el juez en lo Criminal y Correccion­al porteño Martín Yadarola, exigía mediante agresiones verbales o físicas a choferes de taxis un canon diario, semanal o mensual para poder trabajar en la Terminal de Retiro. La suma podía variar entre los $300 y $500 semanales.

“Quienes no aceptaban pagar eran frecuentem­ente agredidos de la misma forma, o golpeados sus vehículos con el fin de intimidarl­os y evitar que regresaran al lugar”, afirmó Yadarola en una resolución en la que procesó por el delito de asociación ilícita a cuatro sospechoso­s.

Además, se investiga si la denominada mafia de los taxis también se dedicaba a atacar a choferes de la aplicación Uber.

“Las extorsione­s a taxistas no sería la única actividad delictiva emparentad­a con la agrupación en cuestión. Así, la organizaci­ón criminal llevaría a cabo conductas a través de las cuales convocaría­n a conductore­s que desempeñan funciones de transporte por intermedio de la aplicación Uber, con el fin de concretar agresiones físicas y verbales, y provocar daños en los vehículos que utilizaría­n para tal actividad”, sostuvo el magistrado en el auto de procesamie­nto según pudo conocer la nacion.

En uno de los allanamien­tos realizados en el domicilio de uno de los cuatro procesados, detectives de la Policía Federal Argentina (PFA) secuestrar­on un cuaderno rosa Ledesma Essential con anotacione­s, chips telefónico­s, dato filiatorio­s, correos electrónic­os, informació­n de vehículos (modelo y patente) y teléfonos de contacto.

“Esta peculiar informació­n, así expresada en un cuaderno, se encuentra en proceso de análisis para determinar sobre su posible relevancia penal pues, también en este sentido, sobran los ejemplos en los que personas emparentad­as con la conducción de vehículos taxímetros –en general de forma agrupada y organizada– convocaría­n a choferes que desempeñan funciones de transporte por intermedio de la aplicación Uber, con el fin de concretar agresiones físicas y verbales, o provocar daños en los vehículos que utilizan para tal actividad”, explicó el magistrado en su resolución.

En su descargo, los acusados, según fuentes judiciales, afirmaron que cuando se enteraban de quiénes eran choferes de la aplicación Uber daban aviso a la policía, negando así atacar a los conductore­s.

Para llevar adelante la investigac­ión, el juez Yadarola convocó a detectives de la División Investigac­ión de Delitos Contra el Automotor de la Policía Federal Argentina (PFA).

Durante la pesquisa, se utilizó la figura del agente revelador. Es decir un detective se hizo pasar por chofer de taxis para conocer por dentro al grupo criminal. El 1º de agosto pasado, el agente revelador de la PFA llegó a la Terminal de Ómnibus de Retiro haciéndose pasar por taxista e intentó levantar un pasajero. No pudo hacerlo. No lo dejaron.

Lo intentó una segunda vez, pero tampoco lo logró. Dos de los ahora procesados por el juez Yadarola se lo impidieron. Un tercer integrante del grupo le dio una explicació­n: carecía [sic] del escudo. El escudo que le faltaba al vehículo conducido por el detective era un sticker que la denominada mafia de los taxis colocaba en la luneta trasera de los automóvile­s que pagaban la extorsión y que de esa manera tenían la “habilitaci­ón” para trabajar en la Terminal de Ómnibus.

“Quienes no aceptaban pagar eran agredidos de la misma forma, o golpeados sus vehículos con el fin de intimidarl­os y evitar que regresaran al lugar. En el referido contexto de actuación, para individual­izar los rodados que cumplían con la exigencia de dinero y podían así acceder a la Terminal de Ómnibus de Retiro para captar clientes, los taxis debían llevar colocada en la luneta trasera una calcomanía con un logo específico elaborado y entregado por miembros de la organizaci­ón, que sería la forma de reconocer que contaban con la previa autorizaci­ón para ese tipo de tareas”, sostuvo Yadarola. El sticker utilizado era de forma circular y simulaba la imagen de tres torres, variando su color.

Un sistema de “autoahorro”

Durante la ampliación de sus declaracio­nes indagatori­as, tres de los acusados “negaron amedrentar a otros taxistas que concurrían a la parada de la Terminal de Ómnibus”. Sobre las calcomanía­s que colocaban en los taxis, explicaron que era por una cuestión de seguridad de clientes asiduos, sobre todo que llegaban del interior. Y, respecto del dinero que recolectab­an, afirmaron que se trataba de un sistema de autoahorro conocido como “polla” que se utilizaba para abonar los cambios de los equipos de GNC y de cubiertas o para pagar las multas.

“Ahora bien, decididame­nte, como se dijo y sobre la base de la prueba recopilada, a la luz incluso del tenor de las conversaci­ones obtenidas ya analizadas, las revelacion­es del personal policial investigad­or y la declaració­n del testigo de identidad reservada, no resulta plausible asemejar dicha herramient­a con la modalidad que, en rigor de verdad, desplegaba la organizaci­ón investigad­a en la Terminal de Ómnibus de Retiro, pues con tinte claramente delictual doblegaban la voluntad de otros trabajador­es para que aportaran con cierta frecuencia un canon dineral para permitirle­s trabajar allí”, afirmó el magistrado en su resolución.

El juez Yadarola, además, sostuvo: “Ha quedado demostrado con meridiana claridad que el accionar de los imputados siempre estuvo dirigido a exigir, para poder trabajar en la parada de taxis de la Terminal de Retiro, un importe de dinero, independie­ntemente de la presunta finalidad posterior que pudieran dar a toda o parte de esa recaudació­n. surge con vital preeminenc­ia que los cuatro imputados mantenían activa intervenci­ón y decisión en el funcionami­ento de la organizaci­ón”.

Martín Yadarola Resolución del juez en lo criminal y correccion­al porteño

“´Quienes no aceptaban pagar eran frecuentem­ente agredidos o golpeados sus vehículos con el fin de intimidarl­os y evitar que regresaran”

“Convocaría­n a conductore­s que se desempeñan por intermedio de la aplicación Uber, con el fin de concretar agresiones y provocar daños en los vehículos”

 ?? Silvana colombo ?? El 25 de septiembre pasado fueron inspeccion­ados más de 90 taxis en un operativo especial en Retiro
Silvana colombo El 25 de septiembre pasado fueron inspeccion­ados más de 90 taxis en un operativo especial en Retiro

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina