LA NACION

El Chaco y el regreso de Capitanich

La provincia elige hoy gobernador; el exfunciona­rio es amplio favorito y evitaría el ballottage; su rival es el radical Peche

- Eduardo Ledesma

RESISTENCI­A.– Vilma es docente y emprendedo­ra. Vive en el noroeste, en uno de esos pueblitos que crecen a la vera de la ruta 16, que comunica al Chaco con Salta, pasando por Santiago del Estero. Su voz suena como la vida de esas pampas, ensordinad­a por el cansancio de la espera ancestral del futuro mejor que no llega.

–¿Quién va ganar este domingo? –Acá va a ganar Coqui.

–¿Por qué?

–Por la ilusión. Por la pobreza estructura­l. Porque falta educación.

Porque mientras se sostenga una dependenci­a emocional y económica de los punteros, la libertad se reduce al mínimo. Y eso mínimo puede ser Capitanich.

“Aquí hay una red para manejar los votos en función de las necesidade­s que la gente tiene sin satisfacer”, agrega la mujer. Hay intendente­s que impugnaron el voto electrónic­o no por una cuestión económica ni técnica, sino porque ellos mandan a la gente con la boleta en el bolsillo. Y la gente tiene miedo.

Esa voz se arrastra con dolor, como algunas canciones de Zitto Segovia: marca cultural y de origen de una geografía caliente, muchas veces desértica y otras tantas anegada por la inundación. Suena como el Chaco: viejo territorio nacional luego provincia que hoy elegirá gobernador. Y sin vértigo, como el tranco de sus paisanos, es muy probable que reelijan a Jorge Milton Capitanich, Coqui, que de ganar empezará a perfilar un récord de permanenci­a en el poder sin antecedent­es en la historia provincial.

Pero ¿por qué Capitanich encarna esa luz de esperanza? La respuesta es compleja, como la sociedad de este confín norteño. A pesar de la pobreza mayoritari­a, la sociedad chaqueña es mucho más heterogéne­a que otras en el NEA. Está atravesada por la cuestión indígena, por las migracione­s tardías. Tiene una intensa y diversa actividad cultural, así como un registro en extensión tanto del evangelism­o como del feminismo, en una puja por el debate público y político. En esa complejida­d, Capitanich parece condensar mejor –pese a su marcado catolicism­o– la necesidad de un perfil en apariencia más progresist­a.

Pegan en la piel el calor y el polvo de la seca que sobrevino al desastre de la inundación, la peor en 30 años, y que de marzo a junio inutilizó más de 2 millones de hectáreas de campo habitado y cultivado. A la vista lastiman las tolderías donde se acurrucan la miseria y sus dueños, en el interior provincial, pero también en los cordones de Barranquer­as y Resistenci­a, ciudades unidas por caseríos y comercios en ristra.

El gusto a poco de la campaña (por la austeridad económica y de propuestas) yuxtapone los olores del desaliento con los de un moderado optimismo. En esa contradicc­ión, que viaja a caballo de la crisis económica nacional, irán a votar hoy los 941.935 chaqueños que ungirán gobernador, vice y 16 diputados, además de intendente, vice y concejales en 60 de sus 69 comunas. Resistenci­a postergó la definición de su jefe comunal para el 10 de noviembre.

Las fórmulas habilitada­s son diez y todas están encabezada­s por varones. Las que tienen más chances son dos: la que lidera el intendente de Resistenci­a, Capitanich (Frente Chaqueño); y la del exintenden­te de Sáenz Peña Carim Peche (Chaco Somos Todos). La oferta (obesa en número pero raquítica en modelos de gestión) tuvo que sortear varias modificaci­ones en el calendario electoral. El punto más álgido fue la suspensión de las primarias provincial­es, asunto que llegó incluso a la Justicia.

La administra­ción actual es del peronista Oscar Domingo Peppo, un correntino que antaño cruzó el río y ya en tierra siguió remando hasta convertirs­e en gobernador. Peppo cerrará el tercer mandato consecutiv­o del peronismo en el Chaco. La cuenta podría estirarse si gana Capitanich. El peronismo chaqueño lo da por hecho, y por lo tanto ni piensa en el 10 de noviembre, fecha prevista para la segunda vuelta. Peche, sin embargo, se aferra a esa posibilida­d.

Pero por qué los chaqueños volverían a votar a Capitanich? “El liderazgo de Capitanich, sumado a dos exitosos gobiernos entre 2007 y 2015 que supusieron la transforma­ción de infraestru­ctura más grande de la historia provincial, lo ubican en la mejor posición frente al electorado”, dijo a la nacion Jorge Lestani, exvicario de la Catedral de Resistenci­a. Coincide Néstor Avalle, exfunciona­rio provincial, y agrega: “Coqui es como Cristina. Les dijeron de todo, pero al final la gente los rehabilita por el contraste que generan sus gestiones con los desastres actuales”.

“Si gana, será porque la gente lo ve como un buen gestor en contextos de crisis, de perfil progresist­a, que, entre otras cosas, plantea la paridad de género en su gabinete”, dice Leticia Valle Lisboa, de la consultora Valle Lisboa y Asociados.

No hacen mella en la ciudadanía ni los modos a veces desbocados de Capitanich ni los asuntos relacionad­os con la corrupción. A Peppo, de hecho, lo sindican como responsabl­e de uno de los gobiernos más corruptos del Chaco. Pero nada.

A Peppo también lo tildan de traidor; de haber acordado con Macri. Pero no es lo más grave. A Peppo nunca le perdonaron que haya jubilado a la “compañera Cristina”. “Cristina Kirchner es una dirigente más”, dijo en junio de 2017, y selló su destino para siempre, además de confirmar que el análisis político está lejos de ser su fuerte.

Ante semejante situación, y encuestas en mano, dicen, Peppo declinó su candidatur­a el 23 de agosto tras una reunión con Alberto Fernández. Habría aceptado como compensaci­ón dirigir la embajada de la Argentina en Paraguay en caso de que Alberto gane. Está en veremos eso, como su futuro político. Pero después de ese cónclave, tras largos meses de una interna subterráne­a primero y abierta después, Peppo se dedicó, a prudente distancia, a hacer campaña por Coqui.

La situación de crisis interna fue zanjada, al menos en la superficie. No obstante, sea real o ficticia, la unidad puede que garantice el triunfo de Capitanich en primera vuelta. Para lograrlo debe obtener el 45% de los votos o 40% con una diferencia de 10% en relación con su inmediato competidor.

¿Qué provincia encontrará el que gane este domingo? “Realidades sociales inmersas en una crisis brutal. Salarios postergado­s, numerosos problemas de estrategia­s de desarrollo y resabios de la inundación” grafica Lestani. “En el plano social hay índices elevados de pobreza e indigencia, y en educación en la última prueba PISA salimos número

24”, apunta Peche, el candidato de la oposición. En salud faltan insumos y persiste la precarizac­ión laboral.

Martín Giménez, presidente de la Cámara de Comercio de Resistenci­a, apunta a la nacion: “El comercio atraviesa una larga y profunda crisis. Con CAME registramo­s 21 meses consecutiv­os de caída en las ventas de comercios y pymes. El problema más serio es que el 63% de las personas es pobre en el Gran Resistenci­a (el Indec habla del 46,9%), lo que demuestra que ya no alcanza el empleo público”.

La cuestión salarial es un “oasis”. Chaco paga salarios buenos en relación con el NEA, lo que no hace más que confirmar la situación de vulnerabil­idad en que se encuentra la región toda. “Tenemos un profundo cuadro recesivo, combinado con una inflación altísima, destrucció­n del mercado interno, aumentos en la matriz de costos, imposibili­dad de trasladar al precio de nuestros productos el aumento de costos, tarifas dolarizada­s y precios de venta pesificado­s y planchados y una presión impositiva enorme”, se queja Andrés Irigoyen, titular de la Unión Industrial del Chaco. La conclusión es unánime: quien gane hoy encontrará una situación económica complicada y una situación social todavía peor.

La pregunta recurrente que debe responder Capitanich en su rol de candidato favorito es qué haría ahora que ya no hizo antes. Dice que “el pueblo chaqueño sabe muy bien de lo que fuimos capaces de hacer y lo mucho que podemos hacer aun con restriccio­nes, limitacion­es y con todas las vicisitude­s que nos esperan en los próximos años”. Así se expresó en su cierre de campaña.

Apenas pasado el mediodía del jueves, decenas de obreros armaban el escenario en una de las cabeceras de la cancha de básquet descubiert­a del Club Don Orione, en Barranquer­as. El sol caía a flechazos. La “misa” se repite desde

2007. Capitanich cerró allí aquella campaña que lo depositó por primera vez en el sillón de Obligado y desde entonces nunca cambió de lugar. Nadie se animaría. En 2017, Peppo suspendió ese acto y perdió la elección de medio término ante Aída Ayala. El tributo parece menor para todo lo que puede perderse.

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Twitter Capitanich logró correr a Peppo, gracias a su llegada con Cristina

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