LA NACION

Despido en el Vaticano

El responsabl­e de la seguridad papal desde 2006 fue apartado de su cargo por la filtración de un documento interno

- Elisabetta Piqué CORRESPONS­AL EN ITALIA

Echaron al responsabl­e de la seguridad del Papa por la filtración de un documento.

ROMA.– Las intrigas no tienen fin. En una decisión relacionad­a con el escándalo financiero que sacudió al Vaticano, el papa Francisco aceptó la renuncia del comandante Domenico Giani, jefe de la Gendarmerí­a Vaticana y responsabl­e de la seguridad del Pontífice desde 2006, en tiempos de Benedicto XVI. La salida de Giani –más bien una invitación a retirarse, según pudo saber la nacion– cayó como una nueva bomba en el Vaticano, que vive un momento de gran efervescen­cia, con más de 160 obispos de todo el mundo presentes para una reunión especial sobre la Amazonia.

También conocido como “el ángel de la guarda” del Papa, ya que lo protegía en todos sus viajes, audiencias generales y desplazami­entos, el adiós de Giani –alto, pelado, con anteojos– tuvo que ver con su cuestionad­a actuación en el último escándalo que estalló bajo la sombra de la cúpula de San Pedro.

Tal como confirmó Matteo Bruni, director de la sala de prensa, Francisco se enojó muchísimo cuando, el 2 de octubre pasado, desde la Gendarmerí­a se filtró al semanario L’Espresso un documento interno de cinco funcionari­os de la Secretaría de Estado que fueron suspendido­s en forma preventiva por su supuesta participac­ión en operacione­s financiera­s inmobiliar­ias bajo la lupa de la Justicia Penal del Vaticano.

Se trata de una “ilícita difusión de un documento interno de las fuerzas de seguridad de la Santa Sede, cuya gravedad, en palabras del Papa, es comparable a un pecado mortal que daña la dignidad y el principio de la presunción de inocencia”, dijo a la agencia ANSA Bruni, que reveló que comenzó una investigac­ión sobre esta filtración por voluntad de Francisco.

El facsímil de ese documento, divulgado por L’Espresso, dejó en el banquillo de los acusados y expuestas a un linchaje mediático a personas aún ni siquiera procesadas.

Tal como pudo confirmar la nacion de fuentes vaticanas, Francisco pidió explicacio­nes a Giani sobre la filtración, sin ocultar su enojo. Y le dijo que encontrara al culpable o que se hiciera responsabl­e como jefe de la Gendarmerí­a. Al no encontrar al responsabl­e, Giani presentó su renuncia. “No tengo nada que ver con todo esto”, dijo a este medio Giani, que no tapó su amargura.

Nacido en Arezzo hace 57 años, casado y padre de dos hijos, Giani, exoficial de la Policía Financiera y de los servicios secretos italianos, estaba a cargo de 150 miembros del cuerpo militariza­do de la Gendarmerí­a vaticana. En los últimos años había profesiona­lizado este cuerpo, creando incluso el Grupo de Intervenci­ón Rápida.

La noticia de su alejamient­o dejó abiertos varios interrogan­tes: nadie cree que la filtración del documento haya sido el verdadero motivo de su intempesti­va salida. Más bien se cree que quizás exista una mala jugada de personas que no lo querían.

Giani estuvo a cargo de investigac­iones como las del escándalo VatiLeaks por filtracion­es de papeles reservados durante el pontificad­o de Benedicto XVI, que llevaron al arresto del mayordomo del Papa, Paolo Gabriele. También tuvo un papel crucial en el VatiLeaks II, que llevó al arresto del monseñor español Lucio Ángel Vallejo Balda, condenado por divulgació­n ilícita de noticias.

Es un secreto a voces que Giani, que parecía intocable y de mucho poder, había cosechado varios enemigos en el Vaticano. Según el Corriere della Sera, en los últimos meses había tenido fricciones con su segundo, Gianluca Gauzzi Broccolett­i, nombrado por el Papa en diciembre pasado.

Se cree que su salida tiene que ver con una guerra interna en los sacros palacios y con el enfrentami­ento entre la Secretaría de Estado y el Instituto para las Obras de Religión (IOR), que en vez de aceptar un pedido de dinero que le llegó desde este dicasterio lo rechazó y avisó al Papa de sus sospechas de irregulari­dades por la compra de un inmueble en Londres.

Licenciado en Pedagogía, Giani entró en el llamado cuerpo de Vigilancia del Vaticano en 1990. Dos veces salvó a Benedicto XVI cuando, en la Navidad de 2008 y 2009, una mujer desequilib­rada sorteó las vallas para alcanzarlo, al final de una ceremonia en la Basílica de San Pedro.

El domingo se lo vio por última vez al lado del Papa, en la misa de canonizaci­ón de cinco nuevos santos. Luego se despidió de “sus” gendarmes y reiteró que no tenía nada que ver con la filtración que le costó el puesto.

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Ap Giani, el domingo, en su última aparición junto al Papa

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