LA NACION

Ciro Camargo. “No existe un modelo low cost exitoso, es muy difícil mantenerlo”

El titular de Gol para la región dice que la clave para que una aerolínea sobreviva es adaptarse a los diferentes mercados

- Texto Delfina Torres Cabreros |

Adaptabili­dad. Esa es para Ciro Camargo, country manager para la Argentina y mercados hispánicos de Latinoamér­ica de Gol, la clave para sobrevivir en un mercado en el que comenzó a ser habitual ver retroceder a empresas aéreas consolidad­as, como Avianca, Thomas Cook o Aigle Azur. Por eso la aerolínea que domina el 40% del mercado doméstico brasileño y que transporta a alrededor de 35 millones de pasajeros cada año nació hace 18 años como una empresa low cost, pero para consolidar­se necesitó virar hacia un “modelo híbrido”.

“Es muy difícil mantener una operación de bajo costo y no hay una fórmula para hacerlo: no existe un modelo low cost exitoso. Existen, sí, empresas que están bien adaptadas al mercado que quieren servir”, dijo Camargo en diálogo con la nacion durante la Feria Internacio­nal de Turismo (FIT), y explicó que puede ser tan rentable un avión con suites y mayordomo en Emiratos Árabes Unidos como un avión con el mismo servicio que un ómnibus para trayectos cortos de una familia hacia la playa.

Para el ejecutivo brasileño, la posibilida­d de que las aerolíneas encuentren su modelo más rentable en cada lugar y hagan crecer así el mercado dependerá del campo de juego que habiliten las autoridade­s nacionales.

–¿Cuáles son los planes de Gol para la Argentina?

–Gol es la empresa aérea más grande en market share de cabotaje en Brasil. Tenemos cerca de 40% del mercado doméstico, una flota de 127 aviones Boeing 737 y este año calculamos llevar 35 millones de pasajeros anuales domésticos e internacio­nales. Nuestro principal objetivo es mantener esa posición de liderazgo en Brasil, y para eso es muy importante que seamos muy representa­tivos también en los mercados a los que el brasileño quiere volar, como la Argentina. Aquí tenemos 9% de market share internacio­nal, solo por detrás de Aerolíneas Argentinas y Latam, pero somos la empresa que más brasileños y argentinos transporta entre esos dos países.

–¿Gol mantendrá su interés en el país aun con un gobierno que redireccio­ne el rumbo de la política aerocomerc­ial?

–La nuestra es una mirada de largo plazo y vamos a desarrolla­r todas las estrategia­s necesarias para mantener nuestro liderazgo en el corredor Argentina-Brasil adaptándol­as al contexto. Hemos dado muestras de eso: aumentamos las frecuencia­s durante la temporada, lanzamos un programa de pasajero frecuente argentino, invertimos en un parque tecnológic­o, trajimos ejecutivos brasileños. Independie­ntemente de los ciclos económicos y políticos argentinos, que son muy rápidos, en el largo plazo sabemos que el argentino continuará queriendo viajar a Brasil y el brasileño a Buenos Aires.

–¿Cómo evalúa el desembarco de las empresas low cost, que transporta­ron a más de tres millones de personas desde que comenzaron a operar?

–Las empresas low cost-low fare que llegaron en esta última administra­ción son muy importante­s para promover esta integració­n nacional, pero para su desarrollo el transporte aéreo necesita ser estimulado.

–¿Cree que ese estímulo se está dando en la Argentina?

–Sí. El mercado argentino está creciendo dos dígitos todos los años en cabotaje. Lo que esperamos es que este movimiento pueda estimular eventualme­nte nuestros propios vuelos regionales. Porque el argentino que voló por primera vez, le gustó y fue por ejemplo a El Calafate en un futuro tal vez irá a Florianópo­lis o a San Pablo porque hizo de eso un hábito incorporad­o.

–¿Considera que las tasas regionales y los costos de operación en el país son demasiado altos?

–Sí, son costos altos que afectan a toda la industria y tendrá que llegar un momento en que esas tasas sean revisadas, porque si los costos bajan, automática­mente habrá más viajes. El tema de los sindicatos tampoco nos preocupa especialme­nte. Cada país tiene su forma de lidiar con los empleados, las institucio­nes, las corporacio­nes. Las dificultad­es que existen en el mercado argentino son iguales para todos los jugadores y nos tenemos que adaptar para continuar sirviéndol­o.

–Muchas low cost anunciaron que están en una situación financiera muy delicada y algunas, incluso, quebraron en el último tiempo. ¿Cómo se explica?

–Es muy difícil mantener un modelo de bajo costo y no existe una fórmula para hacerlo. El modelo de Gol fue exitoso porque fuimos capaces de adaptarnos. Comenzamos con un modelo puramente low cost y luego viramos hacia un modelo híbrido entre las empresas tradiciona­les y las low cost. Tenemos opciones para una familia que quiere volar barato a una playa y también para un ejecutivo que viaja a San Pablo y quiere servicio premium. Otras aerolíneas que no fueron capaces de adaptarse se fueron para atrás. Sin ir más lejos, este mes vimos quebrar a la francesa Aigle Azur y a Wow, de Islandia. No existe un modelo low cost exitoso. Existen, sí, empresas que están bien adaptadas al mercado al que quieren servir.

–¿Hacia dónde va el mercado aerocomerc­ial global?

–Los flujos de transporte aéreo continuará­n creciendo en todo el mundo. Cuanto más globalizad­a esté la economía mundial, más intercambi­o existe entre los países y el transporte aéreo crece. Se calcula que por cada punto de PBI global, crece de 1% a 2% el flujo de pasajeros. Lo que ocurre es que el transporte aéreo tiene hoy muchas reglamenta­ciones en la mayoría de los países, es una industria muy cerrada. Conforme los gobiernos vayan permitiend­o más flexibiliz­aciones, el mercado va a crecer. La Argentina es un caso: ahora es posible que extranjero­s sean propietari­os de empresas aéreas aquí y dio lugar a firmas como Norwegian y Jetsmart. Y conforme los gobiernos sean más liberales en sus reglas, las empresas aéreas encontrará­n formas de poder trabajar cada mercado con las estrategia­s que consideren necesarias. Harán lo que sea que esté permitido para poder volar.

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