Harold Bloom. El defensor del canon occidental
Harold Bloom murió ayer a los 89 años en un hospital en New Haven, cerca de su casa en Connecticut, Estados Unidos. Prestigioso crítico literario, una de las figuras más influyentes de la literatura universal, fue el más respetado, el más odiado y el más leído. Acérrimo defensor del canon literario occidental, encarnado en autores como Kafka, Chaucer o Shakespeare (de este último declaró: “Es Dios”), su fallecimiento lo confirmó a The New York Times su esposa, Jeanne Bloom, quien contó que dio su última clase en la Universidad de Yale, donde trabajó durante seis décadas, el jueves pasado.
Nacido en Nueva York en 1930, Bloom escribió una veintena de obras de crítica literaria y religiosa, entre las que destaca su influyente selección de los 26 autores imprescindibles de Occidente (23 hombres y tres mujeres: Jane Austen, Virginia Woolf y Emily Dickinson), reunidos en El canon occidental, que llegó a convertirse en un best seller internacional a pesar de su carácter académico. Ante las críticas por su desafección por las minorías, él respondió que los críticos multiculturalistas, feministas, marxistas o neoconservadores forman “la Escuela del Resentimiento”.
En su larga trayectoria, Bloom descalificó el realismo mágico (“un disparate”) y a Harry Potter, dijo que el Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan era “un chiste” y en la videoconferencia de 2017 que será recordada como su último contacto con los lectores argentinos aseguró que el estudio académico de la obra de Shakespeare ha sido un “desastre”. Justamente él, que era un defensor de los dos más grandes: “Cervantes y Shakespeare, que murieron casi simultáneamente, son los autores occidentales primordiales, al menos desde Dante, y ningún escritor posterior los ha igualado: ni Tolstói, ni Goethe, Dickens, Proust o Joyce”, creía.