Tras la salida de Giani, el Papa nombró a su nuevo guardaespaldas
Gianluca Gauzzi era el segundo al mando en la estructura de seguridad, pero no tenía buena relación con su antecesor
ROMA.– Al día siguiente de la intempestiva salida del comandante Domenico Giani –que renunció después de verse involucrado en la filtración de un documento confidencial–, el Papa nombró ayer a un nuevo guardaespaldas pontificio y responsable máximo de la seguridad del Vaticano: se trata de Gianluca Gauzzi Broccoletti, experto en informática y ciberseguridad.
Se esperaba esta designación porque Gauzzi era anteriormente el número dos de Giani, con el que no se llevaba bien. Fuentes informadas contaron a la nacion que cuando Gauzzi, de 45 años, fue nombrado por Francisco, en diciembre del año pasado, vicedirector y vicecomandante de la Dirección de los Servicios de Seguridad y Protección Civil del Estado de la Ciudad del Vaticano, la designación había significado un duro revés para Giani, que tenía otro candidato para ese puesto de gran relevancia.
Gauzzi nació en Gubbio, en el centro de Italia. Es licenciado en Ingeniería de Seguridad y Protección en la Universidad La Sapienza, de Roma, está casado y es padre de dos hijos. Comenzó a trabajar en el cuerpo de la Gendarmería vaticana en 1995, a los 24 años. A partir de 1999 estuvo a cargo de la planificación y realización de la infraestructura de tecnología de networking, de seguridad y ciberseguridad del Vaticano.
En 2010 fue trasladado al Centro Operativo de Seguridad. Adquirió con el correr de los años más responsabilidades y subió gradualmente escalones hasta ser nombrado en diciembre pasado segundo de Giani.
“En el curso de los años Gauzzi ha instaurado una relación de confianza con las diversas secretarías privadas del Santo Padre, las autoridades superiores del Governatorato y de la Secretaría de Estado, donde se le exigió competencia y profesionalidad para investigaciones de carácter reservado”, indicó un comunicado de la Sala de Prensa, que destacó la gran experiencia del nuevo “ángel de la guarda” que acompañará a Jorge Bergoglio.
En tanto, el texto también enfatizó sobre la experiencia previa de Gauzzi para sobrellevar el cargo como jefe de seguridad. “Ha acompañado al Sumo Pontífice en numerosos viajes apostólicos y en las visitas pastorales en Italia y el mundo”, añadió.
El comunicado subrayó que Gauzzi incluso se ocupó de la seguridad de Juan Pablo II (19782005) durante sus vacaciones de verano y de Benedicto XVI, papa emérito, cuando se quedaba en la residencia pontificia de Castelgandolfo, en las afueras de Roma.
En otro detalle curioso, la nota vaticana reveló que el nuevo comandante, que hizo cursos y seminarios de todo tipo, estuvo en el equipo que manejó la seguridad tecnológica durante los cónclaves (elecciones papales) de 2005 y 2013, sin contar que en muchas ocasiones coordinó junto a la policía italiana la seguridad de grandes eventos que incluyeron la presencia del Papa.
Más allá de este currículum seguramente impactante, la salida de Giani, el hombre que permanecía siempre al cuidado de Francisco en viajes y audiencias, causó gran conmoción interna en el Vaticano, donde hasta ayer no se hablaba de otro tema.
La salida de Domenico Giani, jefe de la Gendarmería Vaticana y responsable de la seguridad del Pontífice desde 2006, en tiempos de Benedicto XVI, ocurrió como consecuencia de la filtración al semanario L’Espresso de un documento interno con fotos al estilo far west de cinco funcionarios de la Secretaría de Estado que fueron suspendidos en forma preventiva por estar supuestamente involucrados en operaciones financieras inmobiliarias.
Pero pocos creen que la salida de Giani haya tenido que ver con la filtración del documento interno. Más bien se sospecha que hay algo más detrás de la renuncia evidentemente forzada de Giani, que había acumulado muchísimo poder –y también enemigos– y era considerado intocable hasta hace algunos días.
“Es muy deprimente todo esto”, confesó a la nacion un monseñor, en un comentario que reflejó el clima enrarecido que se vive en el Vaticano, donde hay quienes creen que la cabeza de Giani, más allá de la filtración del documento confidencial salido desde la Gendarmería, probablemente rodó como parte de una guerra interna, con venganzas y estocadas, ya no subterránea, sino sin cuartel.
Según medios italianos, para suavizar su inesperada caída en desgracia después de 20 años de servicio irreprochable, el Vaticano le habría pedido al gobierno de Giuseppe Conte ayuda para encontrarle a Giani, que en el pasado trabajó en los servicios de inteligencia italianos, un nuevo trabajo “a la altura”.