El argentino de los cien rostros que revive la historia de la fotografía
Ricardo Martínez Paz aparece retratado por Catherine Balet, en FOLA
“Yo tengo un problema de identidad muy grande, porque no conocí a mis padres”, dice sin rodeos desde París Ricardo Martínez Paz, el argentino de los cien rostros. Desde el viernes próximo, en FOLA, una muestra lo presentará como protagonista de los principales hitos de la historia de la fotografía, cual Forrest Gump nacido con el don de estar siempre en el lugar justo y el momento indicado.
Su amiga francesa Catherine Balet lo retrata como John Lennon besando a Yoko Ono, como Pablo Picasso posando para Robert Doisneau con su característica camiseta rayada o como uno de los freaks que tanto apasionaban a Diane Arbus. Es una selección de medio centenar de fotos, la mitad de las que produjeron juntos desde 2013, cuando todo comenzó como un juego.
Habituado a actuar desde pequeño en su casa de Coronel Pringles, donde recreaba obras de radioteatro, Martínez Paz se puso en la piel de cada personaje con la naturalidad de quien ya lo vivió todo. Y lo hizo con sus zapatos dorados, un sello de su particular estilo, lo cual inspiró el título de un libro y de la muestra que recorre el mundo: Looking for the Masters in Ricardo’s Golden Shoes (Buscando a los maestros en los zapatos dorados de Ricardo).
La increíble historia de este hombre de 79 años se tornó digna de Hollywood muy pronto, cuando se enteró a los siete por una maestra de que el apellido que figuraba en su certificado de nacimiento (Martínez) no coincidía con el de su familia (Bustamante). “No lo hablé nunca con mis padres adoptivos. Solo sé que me dejaron con ellos, pero no sé quién”, cuenta ahora Martínez Paz mientras trabaja en un documental sobre su vida. Y aclara que adoptó ese “nombre artístico” entre los muchos que solía inventarse poco antes de mudarse a Buenos Aires, a comienzos de la década de 1960.
A la capital francesa llegó en 1977, tras haber vivido una era dorada en la escena cultural porteña. En el Museo Nacional de Bellas Artes trabajó como guardián de sala y asistente de Grete Stern. Lo que hoy define como una “época de bohemia maravillosa” tuvo como escenarios la mítica Galería del Este, el conservatorio de arte dramático y las comedias musicales de varios teatros que lo incluyeron en el elenco.
Ya en tiempos de dictadura militar comenzaron a llegar desde Madrid las cartas de su amiga Cecilia Roth, instándolo al exilio. Solo se detuvo en España un mes, aunque fue suficiente: vivió la intensidad de la “movida madrileña” junto a artistas como Pedro Almodóvar, Carmen Maura, Eusebio Poncela, Alaska y Miguel Bosé. “No sé qué voy a hacer, pero será en París”, decidió Martínez Paz mientras se alojaba en el departamento de otra amiga, la pianista Gladys Le Bas. Aunque aún no hablaba francés, manejaba bien el código universal de la noche. En el Café de Flore y en Le Club 7 se cruzaba con Paloma Picasso, Rudolf Nureyev o Yves Saint-Laurent. Alfredo Arias y Marilú Marini le ofrecieron su primer trabajo, como asistente de escena en el Teatro Montparnasse.
Comenzó así una glamorosa carrera europea que incluyó una corresponsalía para revistas de Barcelona y la dirección artística en las agencias Kipa y Sygma, para las cuales cubrió los festivales de Cannes, Deauville y Venecia. Desde esa época frecuentó a grandes diseñadores, como Jean-Paul Gaultier, Karl Lagerfeld y Christian Lacroix. Fue en otro festival, el de fotografía en Arlés, donde nació el proyecto que ahora lo trae de regreso a la Argentina. Invitado por Balet, juntos comenzaron a ensayar allí las “fotos al estilo de”.
“Todo el trabajo que he hecho tiene que ver con mi resiliencia: en vez de estar en escena, yo mismo me puse en escena en la vida –dice Martínez Paz–. He jugado todo el tiempo con mi imagen, con mi manera de vestirme... Por la falta de conocimiento de mi historia personal me fabriqué personajes, me fabriqué de nuevo en París, como una manera de no ser yo, de ser otra persona”.
Para agendar
Looking for the Masters in Ricardo’s Golden Shoes en Fototeca FOLA (Godoy Cruz 2626), desde el viernes hasta el 1º de marzo.