LA NACION

Igualar oportunida­des

- Pablo de la Torre Secretario de Salud del municipio de San Miguel y presidente de la Asociación Civil Concordia

La pobreza no es principalm­ente una cuestión económica, sino de falta de vínculos, recursos emocionale­s, autoestima y capacidad de autogestió­n de la propia vida. Esto se potencia cuando se trata de madres, que no pueden dar a sus hijos lo que nunca recibieron. Desde 2015, el municipio de San Miguel lleva adelante el programa de acompañami­ento familiar 1000 Días, a través del cual se buscó dar un enfoque distinto al abordaje de la cuestión social desde el Estado. Se trata de pasar de un modelo proveedor-asistencia­l a uno que acompaña y brinda herramient­as.

Esta experienci­a tiene como finalidad revertir criterios de vulnerabil­idad medidos rigurosame­nte por medio de un sistema informátic­o. En 2017, Cippec evaluó el funcionami­ento del programa y destacó, sobre todas las prestacion­es y efectos positivos, la satisfacci­ón de las madres de sentirse acompañada­s y escuchadas, que suelen resumir en una frase: “Que alguien venga a preguntarm­e cómo estoy”.

Pero el desafío no termina allí. ¿Cómo lograr que esa madre, una vez dada de alta, no vuelva a caer en patrones de vida apenas supera dos? Muchas son mujeres fuertes, pero viven con el miedo y la desconfian­za que su historia les enseñó y, en la mayoría de los casos, no pueden pensar en el futuro o en un proyecto personal porque las necesidade­s urgentes del presente las ahogan. Es ahí donde el Estado que acompaña puede dar el salto cualitativ­o que el modelo asistencia­lista no puede dar: brindar herramient­as para que esas mujeres sean capaces de autogestio­nar su futuro y el de sus hijos.

Así nació el programa Proyecto de Vida, destinado a mujeres embarazada­s y madres con hijos de 0 a 3 años en situación de vulnerabil­idad. Son encuentros semanales donde primero se hace un taller orientado al desarrollo personal, la autovalora­ción y el fortalecim­iento afectivo, y en la segunda parte se dictan cursos de formación y capacitaci­ón en oficios como panadería, bijouterie, peluquería, costuras, herramient­as de emprendedo­rismo.

Proyecto de Vida no solo busca capacitar y potenciar talentos, sino generar redes comunitari­as entre mujeres en la misma situación. El principal objetivo es que logren alejarse de los círculos de violencia, puedan terminar sus estudios, se conviertan en el primer agente sanitario de su familia, encuentren seguridad, autonomía y valor personal. En cada encuentro se respira optimismo y se transmite alegría. Alegría que podría resumirse en lo que dijo una de las madres: “Yo vengo acá y aprendo. Sé que sirvo”. De eso se trata. Un verdadero empoderami­ento.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina