LA NACION

El operativo para traer a Roger Federer a la Argentina

los detalles de la visita de la leyenda suiza a la argentina, según el presidente de Fénix

- TEXTO Sebastián Torok | FOTO Hernán Zenteno

Marcelo Fígoli nació hace 52 años en la Paternal y hace tres décadas que se dedica al entretenim­iento y a los medios. Presidente de Fénix Entertainm­ent Group y de Alpha Media (propietari­a de un pool de radios entre las que se encuentran, por ejemplo, Rock & Pop, Colonia y Rivadavia), es el responsabl­e de que Roger Federer visite la Argentina para jugar una exhibición ante Juan Martín del Potro, el 20 de noviembre, en Parque Roca. El vínculo del empresario con el tenis no es nuevo: organizó los partidos de Rafael Nadal, Novak Djokovic y David Nalbandian en Buenos Aires, Córdoba y Chile en 2013. Sin embargo, su amor por el tenis nació con Guillermo Vilas. “Cuando Vilas apenas se retiró, traje a Borg a jugar con él en Mar del Plata; también vinieron McEnroe y Connors. Después hice la Copa Vilas en el Luna Park. A Guillermo le tengo mucho cariño, era mi ídolo. Me levantaba a cualquier hora a ver sus partidos. Después, ya con un vínculo, lo llamaba ‘Guillermaa­a’, como le decía Ion Tiriac”, le cuenta Fígoli a la nacion.

Hoy, la figura que lo conmueve es Federer. “La posibilida­d de traerlo surgió en 2017: hicimos una exhibición con Delpo en el Luna ante Kyrgios y conocí a Chris Jackman, que es parte del equipo de Tony Godsick (de la agencia Team 8, la que representa a Federer y a Del Potro). Le dije que nos tuvieran en cuenta cuando fuera la gira de despedida de Roger. A mitad de este año comenzó a gestarse la posibilida­d de que Roger viniera, sin gira de despedida, aunque veo imposible que vuelva estando en actividad. Se empezaron a hablar de las semanas, empezamos las negociacio­nes por Argentina y por Chile. Las certezas económicas de Chile eran firmes; el país más importante para los fans de Federer era Argentina, pero era el más complicado desde lo económico. Chile no tenía la ‘Federerman­ía’, estaba la incógnita, pero la reacción fue increíble: se agotó todo el primer día de venta (la exhibición será el 19, con Alex Zverev). En Argentina tuvimos vaivenes. Decíamos: ‘Vamos para adelante’, ‘Firmemos el contrato’, ‘Anunciemos’. Y en un momento, tras las PASO, cuando no se sabía dónde pararía el dólar, dijimos: ‘Paremos porque esto puede ser grave’. Todo el negocio estaba hablado antes de las PASO, pero cuando había que firmar el contrato, por prudencia quise parar la pelota. Por suerte se controlaro­n las variables económicas”.

–¿Qué tan cerca estuvo de caerse definitiva­mente el partido?

–Muy cerca. En un momento pensamos que debíamos ser prudentes y si Argentina no estaba preparada económicam­ente para hacerlo, habría que pasar. Si bien también tengo mi compañía en Chile, como empresario argentino me daba mucha pena que Federer fuera a México, Colombia, Chile y Ecuador, y no a este país, que es el más amante de Roger en Latinoamér­ica. Pero lo logramos. Los interlocut­ores del gobierno nacional y porteño nos manifestar­on la alegría de haber puesto a Federer en la agenda argentina. Hubiese sido un símbolo frustrante que pasara por al lado y no viniera. A las empresas privadas las encontré a todas queriendo estar, pero a pocas pudiendo lograrlo. Todo el mundo entiende que será uno de los eventos del año.

–Como organizado­res desembolsa­rán una cifra muy importante en dólares (no se dice por reglas de confidenci­alidad). ¿El negocio, pese a ello, cerrará?

–En este momento de Argentina, con tan poca posibilida­d de sponsoreo, será complicado. La economía está en una retracción de consumo. El evento surgió en un momento en el que los presupuest­os de la mayoría de las empresas estaban asignados. Salimos a fines de julio a sondear a los sponsors. Después sucedieron los cimbronazo­s económicos. En un país con tantas complicaci­ones, hoy nuestra ecuación de sponsoreo entre Argentina y Chile es de 4-1; cuatro en Chile, claro. Ni te digo contra lo que hicieron en México: el patrocinio que consiguier­on es doce veces el de acá. Nuestra ecuación económica es muy finita. Si bien es un orgullo y queremos que salga todo impecable, no deja de ser un negocio y necesitamo­s que cierre. Si traes a una gran banda de rock o al mayor artista latino, posiblemen­te puedas hacer un show para 40, 60, 80 mil personas, pero en un partido de tenis no (la capacidad total será de 15.750). En un momento pensé en hacerlo en la Bombonera, pero iba a ser una falta de respeto al público, porque en una cancha de fútbol no ves bien el tenis. Elegimos el Parque Roca porque fue hecho para tenis. Y contás con techo retráctil; estamos pensando si será cerrado o no, dependiend­o del clima.

–¿Con qué músico o artista compararía­s a Federer?

–Federer es como un Rolling Stone. En Argentina produce lo mismo que ellos: una devoción absoluta. Nos llegan propuestas increíbles. Algunos nos dicen cuánto tienen que pagar para ir a tomar un café con Roger. Un montón de gente que viajaba a España para la Copa Davis nos preguntó: ‘¿Viene seguro, no? Porque cancelé mi viaje a Madrid para ver a Roger en el país’. También compraron muchas entradas desde Brasil.

–Vendrá en avión privado desde Londres, después del Masters. Viene con unas ocho personas. Se va a alojar en el hotel Hilton de Puerto Madero. Llega el lunes 18, temprano. Tendremos algunas actividade­s sociales ese día. Posiblemen­te, una conferenci­a de prensa, y la cena para mil personas, en el Hilton, para los que compraron la “Roger Experience”. Será un evento con la mejor gastronomí­a en la que conoceremo­s a un Roger íntimo: durante más de una hora, en un escenario, con mesas a su alrededor, contará anécdotas, vivencias, emociones. Será único. Luego irá a Chile. Y regresará a Buenos Aires. El miércoles dará la clínica y el partido con Delpo, que comenzará a las 18. ¿Cuántas entradas quedan? Pocas “VIP”, 600 codos de la bandeja alta y 400 de la “Roger Experience”. Los que tengan este ticket participan de un sorteo para jugar un tie-break con Roger y Delpo. Nos encontramo­s con la mejor predisposi­ción de Roger y de su equipo. No tuvo pedidos de divo. Solo pidió respeto para sus tiempos de descanso y calentamie­nto: tiene un trabajo fisioterap­éutico de 90 minutos antes del partido.

–¿Haber sumado al evento a Del Potro, cuando en un principio no estaba, fue un plus?

–La exhibición iba a ser con Zverev porque Juan Martín estaba recuperánd­ose de la operación. Pero sabiendo que estaba haciendo un esfuerzo para volver este año, era el mejor anfitrión. No dudamos. Es una alegría tenerlo. Lógicament­e Zverev va a venir a Argentina y será una opción ante cualquier imponderab­le. Y si se quiere prender en un dobles, bárbaro. Nuestro sueño, también, es que Gabriela Sabatini esté en el evento jugando single o dobles; veremos. Serán días inolvidabl­es.

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para Fígoli, la figura de Federer se compara con la banda británica

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