LA NACION

Racing y el desafío de utilizar la Bombonera como un trampolín

La visita a los xeneizes resultó un quiebre para la Academia, camino al campeonato de 2014; Coudet intentará repetir la experienci­a y reconstrui­r al equipo que en la temporada pasada ganó la Liga local

- Nicolás Zuberman

Que todas la victorias valen tres puntos es una verdad tan relativa como la de que todos los goles valen uno. Pasado mañana, nada menos que en la Bombonera, Racing buscará poner a prueba esa afirmación. De los que ingresen al campo, será Iván Pillud el único que aún sentirá el eco de los gritos que Diego Cocca lanzó cinco años atrás durante la entrada en calor que el plantel visitante suele realizar en la cancha de fútbol 5, debajo de las tribunas de Casa Amarilla. “Intensidad: toco y voy a definir”, exclamaba Cocca en la antesala de un juego que tuvo tinte de hazaña y que marcó a aquel grupo en el recorrido hacia al título de 2014. Y que también quebró la historia de los cruces entre Racing y Boca. El partido se había interrumpi­do por la intensa lluvia cuando los xeneizes ganaban 1-0; la Academia lo dio vuelta en la reanudació­n con dos tantos de Gustavo Bou y le quitó el invicto al conjunto que dirigía Rodolfo Arruabarre­na. Desde esos 34 minutos que se jugaron el 25 de septiembre de 2014, se cruzaron seis veces por torneos locales, con cuatro triunfos de Racing, un empate y una victoria de Boca.

Aquel equipo de Cocca llegaba a la Bombonera tras ocho fechas irregulare­s, una derrota en el clásico ante Independie­nte y una reciente eliminació­n de Copa Argentina ante Argentinos Juniors, donde brillaba Riquelme. Necesitaba un golpe de efecto. “Para nosotros fue un antes y un después. Tuvimos una reunión fuerte y clave, donde nos unimos. Entramos en la cancha para llevarnos puesto al rival. A partir de ese partido ganamos una confianza tremenda y nos volvimos un equipo durísimo”, recuerda un integrante de aquel plantel campeón, que pidió el anonimato para mantener su bajo perfil, una caracterís­tica de su trayectori­a.

La presencia de Pillud, que jugó bajó la lluvia, pero que en la reanudació­n estuvo como espectador por un dolor en uno de los tobillos, no es la única coincidenc­ia. Hay diferencia­s entre este plantel campeón y aquel que comenzó a gestarse con ese triunfo en La Boca. Pero también hay un contexto similar: la necesidad de un triunfo revitaliza­nte, para volver a creer. “El peor rival de Racing es Racing, cuando no hacemos las cosas que trabajamos y queremos hacer. Es un equipo que se contagia muy rápido, para lo bueno y para lo malo”, reconoció Eduardo Coudet en la semana. Como ya demostró la temporada pasada para sostenerse puntero de la Superliga durante 21 fechas, el aspecto mental juega un papel importante para este grupo. “Nos está faltando creérnosla en el buen sentido. Tuvimos un golpe muy duro contra River [1-6], pero hay que recuperars­e. No tenemos que dejar de lado que la vara está muy alta porque nosotros la pusimos ahí”, admitió también el delantero Darío Cvitanich. El capitán Lisandro López buscó repetir la fórmula verbal que sirvió para conseguir el último campeonato: “Hay que pelear para agarrar la punta y no soltarla más”.

Dos meses después de aquella remontada con los dos tantos de Bou se jugaría el primero de los mano a mano coperos entre River y Boca que marcaron el ritmo del fútbol argentino en el último lustro. Los dos gigantes se cruzaron en la semifinal de la Copa Sudamerica­na 2014. La Academia se aprovechó de eso en el tramo final de aquel semestre que terminó con vuelta olímpica y también durante la pasada temporada, cuando se afianzó en la cima de la Superliga mientras todos los ojos atendían al superclási­co de la final de la Libertador­es 2018. Ahora también buscará repetir esa fórmula en una cancha que latirá más en futuro que en presente, pendiente de lo que suceda el martes en la vuelta de la semifinal por la Copa Libertador­es ante River.

Otro de los que estará junto a la delegación y que fue protagonis­ta aquella tarde de 2014 en la Bombonera es el actual mánager Diego Milito. El exdelanter­o eligió ayer salir de su habitual silencio para referirse al interés del Inter de Porto Alegre en llevarse a Coudet. “Me reventaron el teléfono estos días. Sabemos que hay un interés porque me lo dijo el mismo Chacho. Pero estamos tranquilos porque tiene contrato hasta junio de 2020 y está muy cómodo acá”, afirmó en radio La Red el ídolo que dejó los pantalones y se calzó el traje, que también apunto a lo inmediato, como para reafirmar cómo vive la Academia este cruce con Boca. “El viernes nos jugamos algo muy importante y todos estamos pensando en eso”, aseguró.

Este equipo de Coudet visitará a Boca tras cuatro triunfos y un empate en los últimos cinco partidos, pero sin la confianza y el contagio que había logrado imponer su entrenador como sello desde que comenzó su ciclo en enero de 2018. Al igual que tras el 1-6 ante River, hubo una reunión grupal luego del empate 1 a 1 ante Rosario Central, donde quizá llegó a su piso futbolísti­co. Tras el intercambi­o de ideas y la puesta en común de sensacione­s, se trazó el objetivo inmediato de recuperar la identidad como equipo. Ante Aldosivi se vio algo de la intensidad, la presión y el ritmo que marcaron al equipo del Chacho. Un clásico, de visitante, es el escenario ideal para rubricar esa recuperaci­ón. Hacer de la Bombonera un trampolín es el desafío para Racing.

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Fotobaires Calleri define ante Pillud, que vuelve a la escena; en 2014, bajo la lluvia, ganaba Boca, pero tras la suspensión festejó Racing

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